Estrenos: crítica de «Metok», de Martín Solá (MALBA)

Estrenos: crítica de «Metok», de Martín Solá (MALBA)

por - cine, Críticas, Estrenos
02 Abr, 2024 01:28 | Sin comentarios

Filmada en Tíbet, «Metok» es la tercera parte de una trilogía que componen «Hamdan», que transcurre en Palestina, y «La familia chechena», en Chechenia. Los sábados de abril a las 18 en MALBA.

En su quinta película y la tercera de una trilogía que hace eje en historias que transcurren en zonas de conflicto político fronterizo –las anteriores fueron HAMDAN y LA FAMILIA CHECHENA–, Solá se centra en la tensa situación existente entre el Tíbet y la República China desde un costado específico, pero en el que esos problemas resuenan fuertemente. Metok es una joven tibetana a quien la familia envió de pequeña a vivir a la India para estudiar allí y, a la vez, salir de la complicada situación política que se vive en su región.

La película se centra en una Metok ya adulta, que es médica y monje budista, a la que vemos y escuchamos contar parte de su historia en su lugar de residencia. La joven recibe la noticia de parte de su madre de que la necesitan en su pueblo para atender un parto complicado –no hay nadie allí que pueda hacerlo– y Metok debe cruzar la peligrosa frontera para lo cual necesita de un guía que la ayude para poder llegar y cumplir con la misión encomendada.

El film tiene una primera parte que transcurre en el templo en el que Metok vive y mantiene un tono espiritual, casi cósmico, con largos planos de rituales y caminatas por el lugar. Luego de eso la joven se pondrá en movimiento y la película hará lo propio, sin perder del todo esa forma sugerente y casi etérea que tiene Solá de filmar y que combina muy bien con la temática elegida, si bien aquí el centro pasa menos por lo místico y más por cuestiones de índole política y hasta de género.

Como en los anteriores films de esta trilogía, Solá encuentra siempre recursos formales propios y personales para poner en escena conflictos políticos que suelen ser tratados en el cine (tanto en ficciones como en documentales y METOK parece una mezcla de las dos cosas) usualmente de un modo más convencional. Y eso le da a su filmografía un carácter único y reconocible, como si sus films fueran más un «mood» –un estado anímico o de la mente– que un relato propiamente dicho. Aquí aparecen las dos cosas ya que Metok tiene una tarea y una misión bastante difícil que cumplir, pero la poética cinematográfica sigue siendo fiel a la obra de un realizador que observa y narra todo como si la cámara se fundiera con el ambiente físico que retrata.


Sábados 6, 13, 20 y 27 de abril a las 18, en Malba Cine, Av. Figueroa Alcorta 3415