Estrenos online: crítica de «Girls State», de Amanda McBaine y Jesse Moss (Apple TV+)

Estrenos online: crítica de «Girls State», de Amanda McBaine y Jesse Moss (Apple TV+)

En este documental, que continúa a «Boys State», un grupo de jóvenes mujeres de orígenes muy diferentes navega un experimento inmersivo para construir un gobierno desde cero. Desde el viernes 5 en Apple TV.

En 2020, los documentalistas Amanda McBaine y Jesse Moss dirigieron BOYS STATE, que se centraba en la versión masculina y más conocida de este programa en el que jóvenes de todo el país se juntan durante una semana para hacer un experimento de aprendizaje del sistema democrático. Aquí mudan la historia de Texas a Missouri y, fundamentalmente, cambian la reunión masculina por una femenina. El formato en el que las chicas participan de su GIRLS STATE tiene algunas diferencias con el masculino pero es esencialmente lo mismo: un laboratorio del funcionamiento de la democracia. Y la otra diferencia es más curiosa: son mujeres y no hombres, con lo que algunos parámetros son distintos.

De entrada es eso lo que incomoda a muchas chicas. Al llegar a la universidad de Missouri donde harán este «campamento electoral» se dan cuenta que tienen limitaciones de cómo vestirse, de dónde pueden ir solas y algunas cuestiones que irán conociendo al ver la película. Es un tema que parece secundario pero termina siendo central, especialmente porque ellas hacen su programa al lado del que los chicos hacen el suyo. Y claramente las condiciones no son iguales.

Más allá de eso, GIRLS STATE tomará a algunas chicas que han llegado allí a aprender o a probarse a sí mismas como futuras políticas. Está la «conservadora» Emily Worthmore, una de esas chicas que parece imitar a Reese Witherspoon en ELECTION: quiere convencer a todos que la voten, participa en todas las actividades existentes y ya admite –a los 16 años– que su objetivo es ser presidente en 2040. Hay algunas cosas que no maneja del todo bien –hablar en público no es lo suyo, admite–, pero parece la candidata más obvia a ganar la elección a Gobernadora, la principal de la semana.

Entre sus rivales están las más «progresistas» y directas Cecilia Bartin y Faith Glasgow, que son feministas, están en contra del aborto y parecen tener más claro qué es lo que piensan en cada tema. Otras chicas que los directores siguen «compiten» por otros cargos que también se deciden ahí: la afroamericana y descendiente de nigerianos Tochi Ihekona quiere ser jueza, pero sabe que está en un lugar en el que muchas chicas casi no hay tratado con personas de otras razas. Algo similar le pasa a Nisha Murali, de origen indio, una chica más tímida y estudiosa que quiere ser miembro de la Corte Suprema del lugar.

GIRLS STATE va observando las relaciones entre las chicas, pero más que su competitividad lo que acá se resalta es su solidaridad y compañerismo, muchas veces entre chicas con ideas políticas y orígenes muy diferentes, algunas de las cuales terminan siendo muy amigas. Y esa, más que cualquier otra, quizás sea la parte más importante de esta mezcla entre ejercicio social y reality show: que las participantes conozcan y entiendan a otras jóvenes que tienen vidas y que piensan de un modo muy distinto a ellas para así empezar a darse cuenta que son más similares de lo que creen.

Ideológicamente bastante más progresistas que los hombres (solo basta recordar lo que eran los chicos del documental anterior), las protagonistas de GIRLS STATE están además preocupadas por el tema del aborto, que en el momento de hacerse el documental estaba a punto de ser declarado ilegal por la Corte Suprema estadounidense. Quizás sea esa la línea donde más se nota la mano de los directores: mostrar cómo las chicas seguramente gobernarían mejor y más sanamente un país que los hombres. A juzgar por este documental –y no solo por eso– hay que decir que la propuesta suena muy convincente.