Estrenos online: crítica de «Las tres hijas» («His Three Daughters»), de Azazel Jacobs (Netflix)
Tres hermanas se unen para acompañar y cuidar a su padre enfermo en los últimos días de su vida en este drama protagonizado por Carrie Coon, Elizabeth Olsen y Natasha Lyonne.
Hijo del cineasta experimental Ken Jacobs, el neoyorquino Azazel Jacobs ha tenido una carrera oscilante entre películas más independientes y otras más comerciales. LAS TRES HIJAS, su excelente drama familiar que estrena Netflix, se ubica más cerca del primer tipo de película, si bien tiene un elenco propio de un título mucho más grande. Es que, más allá de contar con los nombres de Carrie Coon, Natasha Lyonne y Elizabeth Olsen como las tres hermanas del título, la película tiene mucho de obra teatral off-Brodway, un drama chejoviano con tres grandes actrices que encarnan a tres muy diferentes hermanas que tienen que acompañar a su padre enfermo y al que le quedan pocos días de vida.
Una película que es más probable ver en MUBI que en Netflix, especialmente por su formato tan propio del cine más indie, HIS THREE DAUGHTERS comienza en plena acción, en una charla-discusión de las muchas que tendrán las hermanas en cuestión. La casa en la que transcurre la historia es en la que el padre está en cama, en su pieza (durante un largo rato ni siquiera se lo ve, tan solo se escucha el ruido de las máquinas), con una enfermedad terminal. De hecho, hay enfermeros que vienen todo el tiempo y con ellos se habla acerca de la eutanasia y lo que eso implica. Pero ese no es el tema central de la película, sino la historia de esa familia, de esas hermanas.
La que vive con el padre en la casa neoyorquina es Rachel (Lyonne), la hermana del medio en términos de edad, aunque en realidad la historia es un poco más compleja. Rachel lo cuida, se ocupa de él, pero a la vez es una mujer desorganizada, en apariencia caótica, que se la pasa fumando porro y mirando deportes por televisión. La que ha venido a acompañarla en este momento –queda claro que no lo hizo mucho antes– es la mayor Katie (Coon), que también vive en Nueva York pero se muestra como una profesional nerviosa, eficiente, ocupada todo el tiempo y con poca paciencia para la colgada de su hermana.
La tercera en cuestión es Christina (Olsen), la menor, que vive lejos y por eso viene poco. Ella es un punto intermedio entre las otras y una típica «californiana»: hace yoga, habla de sus hijos todo el tiempo, se emociona más fácilmente, trata de no chocar con las otras y de hacerlas congeniar cuando las discusiones se vuelven intensas. Y la película tendrá muchas de esas. Habrá otros personajes (los citados enfermeros, el encargado del edificio, un «novio» de Rachel), pero en lo central estamos ante tres hermanas lidiando con un padre al borde de la muerte y cruzando filosos dardos acerca de su historia, sus diferencias y su complicada relación.
Cualquiera que haya pasado situaciones así –ligadas al cuidado de un padre/madre enfermo y las «divisiones de tareas» entre hermanos– se sentirá más que identificado con el pase de facturas permanente que parece haber acá. Katie es exigente todo el tiempo y se queja de la suciedad, del porro y del estado de la heladera. Rachel no se defiende mucho de las acusaciones y prefiere ignorarla o ponerse a hablar con el encargado. Y Christina, que no para de mostrar fotos de su familia o hablar de su amor por los Grateful Dead, será la que intente, a veces de maneras también un tanto irritantes, ponerle un manto de «paz y amor» a todo.
Si bien las tipologías de las tres hermanas bordean los estereotipos, las tres actrices son tan buenas y los diálogos tan específicos y naturales, que nos creemos que esa familia existe y que esas tensiones no se han ido. Claro que la cercanía de la muerte las llevará a intensificar el conflicto y luego tratar de encontrar alguna resolución –la última media hora es muy tocante en ese sentido–, pero Jacobs no se pasa de rosca nunca. Ni con la sensiblería ni con la crudeza. Su película existe en un punto justo, uno que permite la identificación inmediata pero también cierta distancia analítica.
LAS TRES HIJAS es, más que cualquier otra cosa, un show de las tres actrices, notables todas dentro de sus particulares características, ritmos y velocidades. Coon es todo tensión y ansiedad, Lyonne fascina con ese tempo tan particular que tiene para expresarse, y Olsen –si bien no es la hermana del medio– logra ser esa persona que todo grupo familiar necesita, la que intenta que las cosas no lleguen a los extremos. Drama de hermanas con una historia familiar compleja, una película con mucho de obra teatral clásica y una película notable, un lujo para la habitual programación mucho más convencional que suele tener la plataforma.
Diego: la aparición en escena del ausente podría pensarse como un recurso narrativo para cohesionar a los personajes pero … Realmente pensé que se trataba de una fantasía o una expresión de deseo de alguna de las hermanas.
No parece muy verosímil.
Disculpas por el spoiler.
No entendí si el discurso del padre es real o fue una ilusión de las tres hermanas