Estrenos online: crítica de «Los feos» («Uglies»), de McG (Netflix)
En esta saga de ciencia ficción una chica se enfrenta a una cirugía estética que promete solucionarle todos los problemas de su vida. Pero la realidad es más compleja. Con Joey King. Estreno de Netflix.
Algunas buenas ideas sueltas no hacen una película. Especialmente si se meten en medio de una historia tan inconsistente, trillada y convencional que ni siquiera respeta esas ideas que propone. LOS FEOS puede intentar ser una crítica a la presión social por ser lindo, perfecto, tener una vida hecha como por un filtro de Instagram, pero en el fondo no es más que una mediocre película de acción políticamente correcta en formato videojuego. Una de esas aventuras típicas de novelas de «adultos jóvenes» que ya se hicieron hasta el hartazgo más de una década atrás, cuando LOS JUEGOS DEL HAMBRE eran una novedad.
En la adaptación de la novela de Scott Westerfeld de 2005 (época de furor de esa literatura «chica rebelde enfrenta al mundo»), Joey King (FUIMOS LOS AFORTUNADOS) interpreta a Tally, una joven pronta a cumplir los 16 años, edad en la que será sometida a una operación que la volverá «linda» (el subtitulado al castellano traduce «pretty» como «perfecta» por algún motivo), algo con lo que soñó toda su vida. Estamos unos cientos de años en el futuro y en una sociedad que encontró, tras una serie de crisis ligadas al cambio climático, una solución a sus problemas a partir de la inteligencia artificial, la modificación genética de alimentos y una suerte de «estado de bienestar» que controla todo, supuestamente, en beneficio de la gente.
A tal punto es así que a los 16 años la gente accede a una cirugía plástica que los hace bonitos, cura sus dolencias y los hace ingresar a un mundo perfecto. Pero antes de llegar a eso, se los conoce como los «feos» y viven en unos edificios grises mientras estudian y esperan el momento de convertirse en lo que soñaron toda la vida. Tally lo desea con pasión, no hace más que pensar en cruzar el charco –literalmente, los «lindos/perfectos» viven del otro lado de un río– y ser como ellos. Más todavía desde que su mejor amigo/noviecito Peris (Chase Stoke) se va pocos meses antes que ella para allá prometiéndole reunirse cuando a Tally le toque su turno.
Pero, una vez operado, Peris no la llama más. Y cuando Tally cruza ilegalmente el río para buscarlo, él la ignora y la maltrata. Confundida, en su regreso empezará a cruzarse con otra gente «fea» que no ve ese futuro como algo ideal o buscado. Entre ellas está Shay (Brianne Tju), quien de a poco va haciéndole ver lo que oculta esa sociedad ideal e intenta sumarla a un grupo rebelde (una suerte de neo-ecologistas que viven en un bosque) que combate contra «el sistema». Pero a Tally también la presionan de adentro para que juegue a dos puntas, funcionando como espía para los poderosos que la usan para acabar con «la resistencia».
Todo esto transcurre en una película con estética de videojuego, con caprichosas escenas de acción, unos efectos digitales de cuarta categoría y unos diálogos que no pasarían ni una revisión de una escuela de guión. Si bien intenta alcanzar a un público de no más de 13, 14 años, LOS FEOS es tan pero tan básica y predecible que no creo que funcione ni con las chicas de esa edad. Al verla uno tiene la sensación de que alguien armó una mezcla de sagas como DIVERGENTE y películas como AVATAR y le salió una revuelto sin sabor a nada.
Hay ideas que, en lo esencial, tienen sentido. La presión social por ser bella, tener un cuerpo perfecto, sonreír y no pensar en otra cosa más que en pasarlo bien es algo existente y parece promoverse en redes sociales. Y no está mal que chicos de, digamos, doce años entiendan que las imperfecciones son valiosas y que tener una personalidad propia también. Pero se puede hacer eso mismo sin usar una trama básica y una decena de metáforas burdas, como el descubrimiento de la lectura o el de hacer cosas con las propias manos y así. Hay una diferencia entre simple y torpe, y la película está más cerca de lo segundo.
Algún giro inesperado sobre el final dará a entender que la saga continuará, mientras la historia nos sigue intentando convencer de algo que es obvio desde la primera escena: que lo importante es la belleza interior, que la amistad tiene valor, que la vida en la naturaleza es más sana que en las ciudades y que pensar es mejor que obedecer. Todo eso es tan cierto que también existen cuentas de Instagram que lo promocionan y películas de plataformas que lo venden. Ser imperfecto hoy es un negocio como cualquier otro.
«intentando convencer de algo que es obvio desde la primera escena»
A lo mejor no es tan obvio…
¿No os habéis leído los libros no…? Claro que es obvia, pero no creo que vaya con ninguna pretención. Además lo de los detalles obvios es tal cual los libros
Un mierda de película y los libros más