San Sebastián 2024: crítica de «Cuando cae el otoño» («Quand vient l’automne»), de François Ozon (Competición)
Esta comedia negra del realizador francés se centra en una septuagenaria abuela y los conflictos en los que se mete tratando de resolver la mala relación que tiene con su hija.
A fuerza de ser sinceros, a esta altura de su carrera uno ya no le pone demasiadas fichas a los nuevos films de François Ozon. Es cierto que ha hecho muy buenas películas (cada uno tendrá sus favoritas, yo prefiero las de la época de LA PISCINA y BAJO LA ARENA), pero ya hace años que sus películas pasan un tanto más desapercibidas, no llegan a la altura de aquellas. En términos de premiaciones y festivales, FRANTZ, de 2016, fue su última película más o menos relevante. En lo que respecta a calidad per se, uno diría que VERANO DE 1985 no estuvo mal, pero tampoco daba para entusiasmarse demasiado.
Quizás sea por eso, por tener las expectativas bajas, que CUANDO CAE EL OTOÑO me haya resultado una más que agradable sorpresa, una tragicomedia propiamente dicha, un drama con tonos cómicos y mucha oscuridad mezclado con ligereza que se toma con bastante humor una serie de situaciones que, presentadas de otra manera, bien podrían ser bastante trágicas. De no ser por un par de poco felices corrimientos a cierto «realismo mágico» en un par de escenas, bien podríamos estar hablando de su mejor película desde DANS LA MAISON (EN LA CASA), de 2012.
Es, en función de sus intenciones y tamaño, una película pequeña y sin enormes ambiciones. Y quizás por eso funciona mejor que muchas otras suyas que apuestan más alto. CUANDO CAE EL OTOÑO cuenta la historia de Michelle (la veterana actriz y directora Hélène Vincent), una abuela septuagenaria muy activa que vive en un pueblo de la región de Borgoña y tiene una relación conflictiva con Valérie (Ludivine Sagnier), su hija, quien no le deja ver a su nieto Lucas tanto como quisiera. Algunos son problemas recientes mientras que otros, históricos, se irán revelando con el paso de los minutos.
La vida de Michelle incluye, además, a su amiga Marie-Claude (Josiane Balasko), otra señora activa y de carácter intenso que tiene a su propio hijo en la cárcel. Los conflictos se dispararán a partir de dos hechos en apariencia muy diferentes que terminan conectándose entre sí. Por un lado, una visita de Valérie a la casa de Michelle que no termina de buena manera e intensifica la difícil relación entre ambas. Y, por otro, la salida de Vincent (Pierre Lottin), el hijo de Marie-Claude, de prisión.
A falta de buena relación con su hija, Michelle le da trabajo en su casa a Vincent y el hombre, tratando de no volver a una vida criminal, se ocupa de cuidar su jardín y sus cultivos. A tal punto se compenetra con los problemas de Michelle que se preocupa cuando la ve sufrir por la mala relación que tiene con su hija. Tanto es así que, por su cuenta, intenta ayudarla a mejorar esa relación, intento que no saldrá como él lo imagina, lo cual traerá una serie de nuevos inconvenientes. Problemas que, sin quererlo, quizás terminen hasta siendo más parecidos a soluciones.
Ozon cuenta esta pequeña trama pueblerina con una buena dosis de humor negro y un personaje principal muy particular, cuya historia y personalidad llaman la atención en el pueblo, para bien o para mal, algo que en menor medida también le sucede a su amiga Marie-Claude. Estas dos mujeres de fuerte personalidad y que se las arreglan muy bien solas tienen, sin embargo, una debilidad: sus hijos. Por distintos motivos, la relación entre todos ellos es complicada, trabada. Y eso terminará afectándolo todo y de maneras más que inesperadas.
Comedia negra o drama contado con ligereza, CUANDO CAE EL OTOÑO es un cuento simpático, pícaro, amable pero áspero a la vez, centrado en una «abuelita» que puede parecer tierna y dulce pero que también tiene lo suyo, tanto en el pasado como en el presente. En ese sentido, la película de Ozon es un raro caso de una historia de señoras mayores, septuagenarias, que siguen intentando ponerle algún tipo de «picante» a sus vidas, aún cuando sus hijos no necesariamente compartan su manera de ver el mundo y tengan otra mirada respecto a sus historias de vida y sus secretos.
Es que, en el fondo, se trata de una película sobre la diferencia que existe entre lo público y lo privado, en cómo una señora mayor que se muestra independiente y con una enorme fortaleza puede representar una cosa para el mundo exterior y otra, muy distinta, para su hija que ve, conoce y sufre otras cosas. Quizás sean, finalmente, sus nietos los que las entiendan y para eso habrá que saltear una generación entera, como sea. CUANDO CAE EL OTOÑO funciona en ese espacio impreciso en el que comedia y tragedia se juntan, coexisten. Todo depende de quién y cómo la mire.