Series: crítica de «La pareja perfecta» («The Perfect Couple»), de Jenna Lamia y Susanne Bier (Netflix)

Series: crítica de «La pareja perfecta» («The Perfect Couple»), de Jenna Lamia y Susanne Bier (Netflix)

En la noche previa a una lujosa boda en una isla aparece una mujer muerta en el mar y todos son potenciales sospechosos del asesinato. Con Nicole Kidman, Liev Schreiber, Dakota Fanning y Eve Hewson. En Netflix.

Hace ya unos cuantos años apareció un fenómeno en las series de televisión que no es nuevo pero que se presenta ahora de una manera diferente. Simplificando, antes había una diferencia más evidente entre la llamada «TV de prestigio» y la más comercial, sencilla, masiva. Ahora ha surgido con toda la fuerza algo que se ubica exactamente a mitad de camino entre ambas. Se presenta desde el «prestigio», como una adaptación literaria con un elenco de caras famosas, gran presupuesto y mucha prensa, pero en realidad tiene mucho de entretenimiento pasajero. Son best sellers que se disfrazan de literatura.

Lo más rescatable, quizás, de LA PAREJA PERFECTA es que no intenta disimular demasiado su costado más tradicional, un whodunit clásico entre ricos y famosos, con muchos actores conocidos juntos en una locación, un crimen impensado y lo esperable: tratar de hallar al criminal. Hay un poco de THE WHITE LOTUS, bastante de otras series como BIG LITTLE LIES y mucho de libro de tapa blanda para leer en vacaciones. Solo que esta es la versión Netflix de ese formato. Uno puede ingresar por los nombres del elenco y después se dará cuenta que no logra salir porque, bueno, uno es humano y quiere saber quién es el asesino, por poco que importe.

La serie basada en una de las muchas novelas de Elin Hilderbrand (ésta la publicó en 2018 y escribió nueve más después) y dirigida en sus seis episodios por la danesa Susanne Bier tiene como nombre principal dentro de su elenco de notables a Nicole Kidman, quien interpreta a Greer Garrison Winbury, una escritora de una serie de novelas que no son muy distintas a la que estamos viendo, una mujer muy famosa, con mucho dinero y con una familia bastante dislocada. El evento que junta a todos es el casamiento de uno de sus hijos, Benji (Billy Howle), con Amelia (Eve Hewson), una chica de una clase social más baja a la que se ve un poco fuera de lugar en ese caserón playero lleno de wasps rubios y vanidosos.

El grupo reunido en la muy exclusiva isla de Nantucket lo integran Tag (Liev Schreiber), el alcohólico marido de Greer; los otros dos hijos de la pareja (Jack Reynor y Sam Nivola), la embarazada esposa del primero (Dakota Fanning), una veterana amiga de la familia llamada Isabel (la diva francesa Isabelle Adjani), un amigo de origen hindú de Benji (Ishaan Khatter), la mejor amiga de Amelia, Merritt (Meghann Fahy), la ama de llaves con acento del Este de Europa (Irina Dubova) y otros personajes que irán cobrando mayor peso a partir del segundo episodio. ¿Por qué? SPOILER DEL FINAL DEL PRIMER EPISODIO Porque al final del primero aparece el cuerpo sin vida de Merritt, en el agua y en medio de la noche, a metros de la casa y a horas del casamiento. ¿Qué pudo haber pasado? ¿Se desmadró la fiesta o algo más?

Ese es, básicamente, el disparador para que veamos a todos los integrantes de este grupo ser potenciales sospechosos del crimen ya que, en mayor o menor medida, todos podrían tener algún interés en matarla. Al saberse más cosas de su vida, algunos sospechosos pasan a ser más importantes que otros, pero cualquiera que haya leído un libro de Agatha Christie entiende que hay que saber mirar donde nadie presta atención. Y THE PERFECT COUPLE va y viene con el espectador en ese sentido, a lo que hay que sumarle apariciones inesperadas, potenciales combinaciones y otras sorpresas que pueden desarmar todas las hipótesis que los dos dedicados pero algo crédulos policías tienen.

La serie es, como toda lectura playera, inconsecuente y banal. Los personajes son todos impresentables u horribles por lo que llega un punto que da lo mismo quien puede haberla matado. De hecho, su muerte es más que nada una excusa para que conozcamos la enorme cantidad de mentiras y falsedades que existen en esta familia de la alta sociedad. Algunos han querido ver en la serie una crítica a las elites socioeconómicas –tanto Amelia como Merritt no son de ahí y, de hecho, los padres de Amelia son objeto de burla por sus gustos «populares»–, pero es una exageración considerarla una serie o novela cuyo objetivo es hacer algún tipo de crítica social. Es, solamente, un elemento más entre las posibilidades narrativas, uno que sirve para que la serie transcurra en bellas locaciones y con vestuarios de grandes marcas.

Más que Kidman –que recién cobra peso en la segunda mitad–, la serie pertenece a Hewson, una actriz que es mucho más que «la hija de Bono» y que ya lo ha demostrado en sus trabajos previos. Schreiber aprovecha su personaje de patriarca alcohólico y perverso para divertirse un rato, el personaje de Fanning transpira falsedad por todos sus poros y Adjani luce relajada entre tanta tensión, como corresponde a una francesa que no ve nada demasiado extraño ni llamativo al enterarse que en esa casa nadie es fiel con nadie. Ella, obvio, es la primera en saltar de cama en cama…

La serie no construye un buen misterio ni genera demasiado suspenso (los policías parecen más bien un relevo cómico que otra cosa) pero se ve casi de corrido porque la buena y vieja idea de juntar a una serie de actores famosos y/o carismáticos en un lugar para adivinar quien es el asesino sigue funcionando como cuando la inventaron. Olvídense del prestigio que los nombres propios venden, LA PAREJA PERFECTA es tan amable e intrascendente como leer una revista sobre las vidas escandalosas de celebridades o scrollear alguna red social buscando un hilo que atrape un rato y se olvide apenas uno apaga el celular.