Series: reseña de «Angel Di María: romper la pared – Episodio 1», de Juan Baldana (Netflix)
Esta serie documental de tres episodios recorre la vida personal y la carrera profesional del futbolista argentino Angel Di María. Estreno: 12 de septiembre por Netflix.
Angel Di María hace llorar. Al instante, por cualquier cosa. Llora él y lloramos todos. Al menos, los argentinos. Ni siquiera le hace falta llorar, de hecho. Con solo ver cómo se le llenan los ojos de lágrimas, uno ya se quiebra. El sistema es así. Al tipo le muestran una foto, le recuerdan una anécdota, le piden que cuente algo y ya fue, las lágrimas lo cubren todo. ROMPER LA PARED quizás quiebre algún récord de llanto mundial, dentro y fuera de la pantalla. Angel llora mucho. Su papá también. Su esposa y su madre, más duras y «de armas tomar», menos. Y los espectadores, salvo los inconmovibles, los desinteresados por el fulbo o los que tengan algún encono personal con «Fideo», llorarán también.
La serie documental del realizador de SOY HUAO y LOS DEL SUELO se organiza de manera clásica. Empieza, como todo en Netflix, con una especie de resumen de sí mismo, esa «obligación contractual» que parece decir que todo documental debe arrancar con su propio trailer, un coming attractions para que el espectador no se aburra. Y este lleva a que la película empiece con la muy reciente conquista de la Copa América en Estados Unidos, hace unas pocas semanas, con la salida de Di María del campo unos pocos minutos antes del final y de la nueva conquista. Para entonces, él ya llora, vos llorás, yo lloro y todos lloramos. De ahí para atrás, se irá contando su historia, una de luchas, sacrificios, sufrimientos, críticas, tensiones, éxito y todos los triunfos juntos para hacer olvidar los malos tragos vividos.
El primer episodio se centra en su infancia en Rosario y en él se lo presenta como un chico inquieto al que mandan a jugar al fútbol para que no se golpee contra las paredes de la casa. Eso llevará a que la cosa se vaya volviendo más seria y, en algún momento, profesional. Todo a costa de un sacrificio familiar ligado al tiempo, al dinero (el padre trabajaba comprando y vendiendo carbón y «Angelito» lo ayudaba) y, lloramos de vuelta, al «descuido» que Angel siente que sufrieron sus hermanas, ya que toda su familia parecía armada en torno a él.
Algunos contratiempos –con técnicos, con clubes– no impedirán que el talento natural y el desparpajo futbolístico de Angelito se haga notar y pronto el jugador estará triunfando en Rosario Central, luego se irá a Europa –al Benfica de Lisboa, más precisamente, donde las cosas no le fueron fáciles de entrada– y de allí a debutar en la Selección Argentina. En medio de eso se contará la historia de su relación con su esposa, Jorgelina Cardoso, algunas intimidades de la vida de su padre y su frustrado sueño de no haber podido ser futbolista, complicaciones económicas impensadas y otras situaciones que la familia fue atravesando, entre alegrías y sinsabores.
El resto de las idas y vueltas, los contratiempos, las cuestiones personales y otros detalles específicos de la vida de Angel durante los años siguientes podrán descubrirlos al ver los otros episodios. Además de muchísimos materiales documentales (salvo sus partidos como infantil, toda su carrera fue en este siglo, por lo que hay muchísimo material de archivo disponible), hay entrevistas a una larga cantidad de jugadores, amigos y personas que lo trataron o conocieron, empezando por Lionel Messi y terminando por sus amigos de barrio, que se siguen reuniendo a comer asados con él cada vez que vuelve a Rosario. En el medio –al menos en este primer episodio–, las palabras de Carlo Ancellotti, José Mourinho, David Luiz, Sergio Ramos, «Kily» González, Ezequiel Lavezzi, Neymar Jr., Rui Costa, Pablo Aimar, Marcelo y, por supuesto, todos sus familiares: papá, mamá, esposa, hermanas.
De a poco se irá construyendo un recorrido clásico, de crecimiento en los clubes europeos (Benfica, Real Madrid) y en el que empieza a asomarse su relación con la selección (Juegos Olímpicos de Shanghai 2008, Mundial de Sudáfrica 2010), pero al que todavía le falta llegar a los momentos más controvertidos, los que volvieron un tanto complicada su relación con cierta parte del público y de la prensa. Es una historia conocida en términos generales, pero que en sus detalles se hace más rica. Una que, seguramente, hará lagrimear más y más con el correr de los episodios, las dificultades, los sufrimientos y, por supuesto, la coronación de gloria.