Venecia 2024/Estrenos online: crítica de «El affaire Miu Miu», de Laura Citarella (Giornate degli autori/YouTube)
Este cortometraje de la directora argentina, encargado por la marca de ropa Miu Miu, es una lúdica extensión del universo narrado en su película «Trenque Lauquen». Se vio en el Festival de Venecia y está disponible, gratis, en YouTube.
Las «Women’s Tales» son una serie de cortos creados en 2011 por la marca de moda Miu Miu (subsidiaria de Prada) y que son dirigidos por mujeres. Se hacen usualmente dos películas por año –una para cada colección– y se presentan en el Festival de Venecia, en la sección Giornate degli autori (también llamada Venice Days). Son cortos independientes entre sí, hechos con total libertad creativa por sus responsables y no de corte publicitario, aunque de todos modos promocionan indirectamente la marca, ya que la única condición que pone la compañía para financiarlos es que se use su ropa en la ficción. En esta serie ya han participado nombres como Lucrecia Martel, Miranda July, Alice Rohrwacher, Agnès Varda, Naomi Kawase, Lynne Ramsay, Mati Diop, Carla Simón y Lila Avilés, entre las 28 que ya filmaron. Y la invitada para esta ocasión fue Laura Citarella, la directora argentina de TRENQUE LAUQUEN.
A su modo, EL AFFAIRE MIU MIU (que se puede ver de forma gratuita en YouTube o acá abajo) funciona como una extensión o spin-off de esa película, en un tono marcada y efectivamente humorístico, en el que Citarella utiliza un recurso que es bastante usual en muchas de las producciones de El Pampero, que es incorporar la propuesta en sí a la trama de sus películas. Si bien aquí no hay recursos tan directos de conexión entre realidad y ficción como sí los hay en EL ESCARABAJO DE ORO, de Alejo Moguillansky, o la más reciente CLORINDO TESTA, de Mariano Llinás, que ficcionalizan y problematizan en sus historias las propuestas que les dieron origen, lo que Citarella hace es incorporar a la marca Miu Miu a un universo similar al de TRENQUE LAUQUEN al llevar a una modelo italiana a hacer una presentación de esa ropa a esa ciudad bonaerense.
Si bien la gran mayoría de los actores son los mismos que en el largometraje, no interpretan aquí, necesariamente, a los mismos personajes. Pero los ambientes, el tono, la idea y el universo remiten a TRENQUE LAUQUEN en versión más lúdica y ligera. Lo que sucede en el corto está ligado a otra desaparición, la de la modelo italiana en cuestión, que ha hecho su trabajo presentándose en una sesión de fotos en la ciudad y luego se esfumó del hotel en el que estaba parando. Si bien las cámaras de la ciudad parecen dar cuenta de algún tipo de fuga, lo cierto que la historia se vuelve un tanto más complicada y fantasmagórica, con reminiscencias «lynchianas» a partir de ciertas situaciones que se presentan.
En la casi media hora que se extiende EL AFFAIRE MIU MIU lo que veremos será, fundamentalmente, a un simpático grupo de investigadoras integrado por Verónica Llinás, Laura Paredes y Juliana Muras (en los roles de una detective, una vidente y una oficial de policía) que trata de descifrar qué sucedió con la modelo, mientras que Ezequiel Pierri y Rafael Spregelburd reaparecen también en el rol de dos personas conectadas con la visita de la modelo y la marca a la ciudad. El mayor efecto cómico del corto está relacionado con la aparente incongruencia de tener una altísima modelo italiana de una prestigiosa marca de alta costura visitando una ciudad de La Pampa argentina, efecto que Citarella utiliza de un modo amable y curioso sin exagerar burlonamente con la evidente ironía que genera ese contraste.
Al ingresar en ese misma zona de misterio en la que se metía la protagonista de TRENQUE LAUQUEN, lo que Citarella logra aquí es seguir reforzando la idea de ese lugar como una suerte de Twin Peaks local, una ciudad (no le digan pueblo chico, please) donde suceden cosas misteriosas, inexplicables y potencialmente fantásticas. Un universo en el que, convengamos, se podrían crear nuevas historias. Las detectives –que funcionan, a su manera, como los de las series de Bruno Dumont, aunque bastante más capacitadas para su tarea– ya están ahí. Quizás sea hora de buscarles otros misterios por resolver. O, al menos, tratar de hacerlos.