Estrenos online: crítica de «El atraco» («Napad»), de Michal Gazda (Netflix)

Estrenos online: crítica de «El atraco» («Napad»), de Michal Gazda (Netflix)

Un veterano y retirado policía se junta con una detective más joven para resolver un complicado robo a un banco en este policial polaco que estrenó Netflix.

Las películas polacas son una categoría en sí misma dentro de la programación de Netflix. Las notas periodísticas que investigaron su éxito dicen que se debe a la combinación entre buenos profesionales y técnicos, importantes descuentos impositivos para filmar, y la posibilidad que da la plataforma de producir películas con temáticas que no siempre son aceptadas por los organismos oficiales de financiación. Una película como EL ATRACO podría existir por cualquiera o bien por todas estas características. Si bien he visto apenas una mínima parte del cine y las series polacas que hay en la plataforma, me atrevería a decir que es una de las propuestas más consistentes: un policial oscuro y violento que se mete en temáticas ligadas a la historia política de ese país.

En principio se trata de una “heist movie” que tiene lugar en los años ‘90 (inspirado en un caso real) en la que se cuenta la investigación que unos policías hacen para descifrar quienes se llevaron dinero de un banco. Para resolverlo en solo 14 días (ese es su límite, ya verán los motivos) sacan de su retiro a Gadacz (Olaf Lubaszenko), un veterano investigador con un oscuro pasado trabajando para el régimen comunista que ha sido dado de baja y que tiene fama de usar métodos de esos que ya no se permiten. A Gadacz lo juntan con una detective más joven llamada Aleksandra (Wiktoria Gorodeckaja), más respetuosa de las reglas, y de entrada da la impresión de que no se llevarán bien. Se nota, además, que hay gente por detrás de esta dupla con otras intenciones.

Algo parecido pasa con el robo en sí, ya que justo ocurrió poco antes de anunciarse una fusión entre ese y otro banco. Lo que sorprende a los detectives es que los ladrones se llevaron menos del diez por ciento del dinero que se calculaba podrían haber robado y encima dejaron varios muertos tras el episodio. ¿Qué sucedió? Pronto los investigadores empiezan a hallar pistas que los conducen a tres posibles sospechosos y allí la película dará un giro para mostrarlos a ellos y seguir sus puntos de vista en este asunto: sus problemas, situaciones personales y conflictos, en especial los de uno de los tres, Kacper (Jedrzej Hycnar).

EL ATRACO (en inglés la llamaron JUSTICE y el título original significa algo así como ATAQUE) va combinando intrigas psicológicas, económicas y políticas, reflejadas en las historias de los protagonistas. Al severo Gadacz lo atormentan algunos aspectos de su pasado como policía del régimen mientras que Kacper sufre presiones de otro tipo de poderes, si se quiere gangsteriles. Y la película, que va de a poco ganando en violencia y tensión con el correr de los minutos, logra meterse en las mentes de dos personas complicadas pero similares en varios aspectos a las que, quizás casualmente, les toca estar del lado opuesto de la ley.

La película transcurre en una ciudad de provincia, rodeada de nieve, lo que por momentos le dan un aire a esos helados policiales de los hermanos Coen, como FARGO. Y si bien el film del realizador de EL CURANDERO (también en Netflix) no explora a fondo los detalles específicos del robo en sí (cuando lo hace, de hecho, es bastante escueto), lo que pierde por ese lado lo aprovecha para ahondar en las vidas de los protagonistas, dándole además a la historia un marco específico que –más allá de que su modelo de policial negro no se aleje demasiado de los formatos conocidos– la hace en cierto modo distinta a muchas de sus pares estadounidenses.

Una película en cierto sentido modesta, que logra ser seria sin ser grave y violenta sin excesos, EL ATRACO es un policial seco de Europa del Este que uno bien podría haber visto en alguna sección paralela de un festival internacional. A diferencia de otras películas polacas que he visto en Netflix, no busca el impacto por el impacto mismo ni se regodea en la crueldad o el absurdo. Aún sin llegar a ser una gran película –es demasiado plana para serlo–, se cuenta entre lo mejorcito que esa pujante cinematografía ha producido desde que sus películas empezaron a ser bancadas por esa plataforma.