Estrenos online: crítica de «Siempre juntos» («Ezra»), de Tony Goldwyn (Amazon Prime Video)

Estrenos online: crítica de «Siempre juntos» («Ezra»), de Tony Goldwyn (Amazon Prime Video)

Un padre se lleva sin avisar a su hijo autista a cruzar los Estados Unidos en auto en esta comedia dramática protagonizada por Bobby Cannavale, Rose Byrne y Robert De Niro. Disponible en Amazon Prime Video.

Inspirada en eventos de la vida real de su guionista, Tony Spiridakis, SIEMPRE JUNTOS es una despareja comedia dramática cuyos momentos emotivos logran dejar momentáneamente en el olvido todo aquello que no funciona demasiado bien. La historia de la relación entre un padre confundido y su hijo en el espectro autista atraviesa un sinfín de circunstancias forzadas, propias de una road movie bastante injustificada, pero aún dentro de su confusión y de sus recursos un tanto manipuladores, la película logra atrapar algo acerca de las dificultades y placeres de esa relación.

Max Bernal (Bobby Cannavale, de BOARDWALK EMPIRE y VINYL, entre muchas otras) es un comediante de stand up que, como lo hacen todos sus pares, acostumbra a hablar con humor de sus problemas y vivencias cotidianas. En su caso llama la atención que usa parte de su set para hablar, en tono de broma, de su relación con su hijo de 11 años Ezra (William A. Fitzgerald), que es autista. A no todos le parece divertido pero para Max es una manera de lidiar con una situación que le resulta en más de un sentido inmanejable.

Separado de su mujer, Jenna (Rose Byrne), que ya está en pareja con Bruce, un abogado (Tony Goldwyn, el director del film, que es también un reconocido actor de reparto), a Max no le queda otra que vivir con su propio padre, un ex chef que hoy trabaja de portero de edificios y que interpreta nada menos que Robert De Niro. El tipo es seco, amargo y tiene fama de ser un tipo amargo y hasta violento. El problema de Max no tiene que ver con que no acepta o quiere a su hijo –de hecho, lo lleva a sus shows–, sino que en cierto modo se rehusa a tratarlo como indican los especialistas, rechazando casi cualquier tipo de cuidado o sobreprotección, lo mismo que medicaciones o cualquier comentario de parte de sus maestras.

Todo se complica más cuando, tras algunos incidentes escolares, Jenna y Bruce insisten con cambiarlo a un colegio especial y, aconsejados por un doctor, empezar a medicarlo. Ezra, cuyo comportamiento está lleno de específicas particularidades, entiende además que ellos quieren deshacerse de Max (su dificultad para captar una broma motoriza buena parte del relato) y sale a la calle a buscarlo, provocando un caos de tránsito. Tras eso, ya no parece haber vuelta atrás, por lo que un muy tenso Max no tiene mejor idea que «secuestrarlo» y llevárselo de viaje de Nueva York a Los Angeles, ya que tiene programado allí una participación en el talk show de Jimmy Kimmel.

De allí en adelante empezará una forzada road movie que los llevará a visitar a algunos familiares, amigos o personas del pasado de Max (Rainn Wilson y Vera Farmiga aparecerán allí), mientras Jenna trata de encontrarlo, frenarlo y devolver al chico sano y salvo a su casa. En el fondo, el recorrido servirá para intensificar el lazo entre ambos pero a la vez también para que Max entienda que las cosas no siempre pueden resolverse como él lo desea o solo por la persistencia. Si bien EZRA es una película que entra en una zona gris al aceptar algunos comportamientos problemáticos, a la vez no entra del todo en el juego de que las cosas se pueden arreglar mágicamente. Los lazos, el amor y el cariño ayudan mucho, pero no hay soluciones fáciles.

Pese a un guión que hace atravesar a los personajes una serie de eventos más que caprichosos (difícil creer que los del show de Kimmel no les pagan un pasaje de avión a los comediantes que actúan en sus shows, para empezar), SIEMPRE JUNTOS logra superar ese tipo de arbitrariedades gracias a la naturalidad y emoción a flor de piel de Cannavale –que siempre parece estar a punto de explotar–, a la ternura que Byrne logra darle a un personaje complicado, pero más que nada gracias al pequeño Fitzgerald, un chico en el espectro autista con el que cualquier espectador más o menos sensible empatizará. Gracias a la credibilidad que le da a su personaje, la película logra salir de sus zonas más manipuladoras.

Quienes conozcan más en profundidad el tema seguramente discutirán algunas elecciones o decisiones que el guión hace tomar a sus personajes, pero eso corre un poco por afuera del ámbito de una crítica cinematográfica. En lo que respecta a la película propiamente dicha, EZRA logra meterse en el complejo tema de la paternidad a través de las generaciones (la relación de Max con su padre es importante también para entender su modo de actuar y algunas de sus negaciones) con una mirada amplia y abierta, sin juzgar ni condenar a sus personajes y entendiendo que, dentro de las complicadas circunstancias que atraviesan, cada uno hace lo mejor que puede.