Series: reseña de «La agencia» («The Agency»), de Jez Butterworth y John-Henry Butterworth (Paramount+)
Michael Fassbender, Jeffrey Wright y Richard Gere protagonizan esta serie de espionaje centrada en las operaciones de la oficina de la CIA ubicada en Londres. En Paramount+
Solo por los nombres involucrados, LA AGENCIA es una serie que merece atención. Creada por los hermanos-guionistas Jez y John-Henry Butterworth (AL FILO DEL MAÑANA, FORD VS. FERRARI y la última de Indiana Jones, entre otras), con un elenco impresionante que incluye a Michael Fassbender, Richard Gere, Jeffrey Wright, Jodie Turner-Smith, Katherine Waterston, John Magaro y Dominic West; y con Joe Wright (ORGULLO Y PREJUICIO, ATONEMENT, LAS HORAS MAS OSCURAS) como director de sus dos primeros episodios, tiene todo para estar entre las más esperadas del año. Hay un tema, sin embargo, que le quita algo de intriga y quizás de interés: no se trata de una serie original, sino de una remake, y eso quizás explique su relativo bajo perfil.
THE AGENCY es una remake de LE BUREAU DES LÉGENDES, serie de espionaje francesa (conocida en inglés como THE BUREAU) protagonizada por Mathieu Kassovitz, que tuvo cinco exitosas temporadas que se exhibieron entre 2015 y 2020. Se trata de una adaptación que ha mantenido el eje central de la historia –uno, en principio, ligado más a la vida privada del protagonista que a los casos específicos que se cuentan–, pero que ha modificado conflictos políticos y escenarios en los que se mueve. Acá, la DGSE francesa se ha cambiado por la CIA estadounidense, más específicamente a la oficina londinense de esa agencia. Y la acción se ha movido, al menos en los tres primeros episodios que ya se vieron (la temporada tiene diez en total), de Medio Oriente al Este de Europa.
Lo que tenemos acá es otra serie clásica de espionaje internacional, pero una que tiene la mirada puesta principalmente en los conflictos psicológicos y personales de quienes se dedican a ese rubro. Específicamente, los que viven mucho tiempo como infiltrados (espías encubiertos o doble agentes) y que tienen que mantener una identidad ficticia durante años, desdibujando la propia. Tal es el caso de Brandon Martian (Fassbender, dejando en claro que bien podría ser el nuevo James Bond, aunque él ya ha negado su interés en el personaje), un agente de la CIA que estuvo infiltrado en Etiopía durante seis años y ha sido «exfiltrado» y enviado de regreso a Londres.
A diferencia de la mayor parte de las series de género, LA AGENCIA no arranca con una escena de acción o de suspenso, sino con una despedida amorosa. Martian se está despidiendo de Sami (Turner-Smith), su amante, una mujer africana, casada, con la que tiene una relación personal muy fuerte y alejada de lo laboral. A sus «manejadores» les miente y les dice que no es alguien importante en su vida, pero está claro que sí lo es. En Londres se va a vivir a un departamento, se reconecta con Poppy –su rebelde hija adolescente a la que no ve hace años–, lidia con los controles psicológicos que le hacen en la CIA y, cuando descubre que Sami está también en la capital inglesa, tiene encuentros secretos en diversas locaciones con ella, tratando de escaparle a los agentes de su propia organización que lo siguen para ver cómo actúa en su regreso.
Recién después la serie presentará sus conflictos políticos. En las oficinas de la CIA dentro del coqueto edificio de la Embajada de los Estados Unidos están también los superiores de Brandon, como Henry Ogletree (Wright) y Bosko (Gere), los oficiales Owen (Magaro) y Naomi (Waterston) y, del otro lado del océano, el director de la CIA (West), que por ahora aparece muy brevemente. A ellos hay que sumarle a una psicóloga (Harriet Sansom Harris) y una nueva candidata a infiltrarse –en este caso, en Irán– llamada Danny (Saura Lightfoot-Leon), a la que hay que entrenar. Y con lo que tienen que lidiar todos ellos es con los problemas de agentes infiltrados en Belarus que podrían haber sido descubiertos por los rusos, lo cual, además de poner en peligro las vidas de muchos colegas que trabajan en la zona, aumentaría los riesgos de una guerra a mayor escala.
Es una serie que –quizás por tener de arranque a un director con mucha experiencia en cine como es Wright– se va presentando de a poco, eligiendo poner en clima a los espectadores y permitiendo conocer a los personajes, algo que hace utilizando planos más elegantes y sugerentes –mucho reflejo, vidrio y espejo– que los utilitarios que suelen funcionar en este tipo de shows. En ese sentido, el esquema de la serie tiene algo similar al de la última etapa de la saga de James Bond (Butterworth fue uno de los guionistas de SPECTRE), tanto o más preocupada por los traumas y los problemas amorosos del protagonista que por los específicos asuntos geopolíticos que su agencia debe resolver.
Como muchas de las series de espionaje recientes, LA AGENCIA intenta hacer funcionar ambas narrativas a la vez, la personal y la profesional, poniendo el eje en las fragilidades y temores de agentes ultra-profesionales que dejan ver sus lados más sensibles. Martian puede ser el más experto de los agentes encubiertos –solo basta ver la escena en la que le da una lección, tipo coach, a Danny–, pero su «talón de Aquiles» parece ser su relación con Sami, ya que lo lleva a meterse en situaciones complicadas y problemas inesperados. Pero también corre para Henry –su cuñado, agente también, está apostado en Belarus– y para la propia Danny, que se va dando cuenta rápidamente que no es fácil abandonar la propia identidad para convertirse en «otra persona».
THE AGENCY no logra escaparle, de todos modos, a la norma y el formato tradicionales, ya que para los siguientes episodios ya todos estarán hablando en ese lenguaje conspirativo internacional y un tanto incomprensible de tantas series y películas de espionaje. Pero aún dentro de ese esquema más clásico, el guión tiene sus elementos de intriga, tensión y un par de fuertes escenas de acción. Curiosamente, es en el drama personal donde por momentos la serie se pasa de melodramática y solemne, uno de los potenciales problemas de las tramas de espionaje que se toman demasiado en serio a sí mismas.
De todos modos, al menos en los tres primeros de sus diez episodios, LA AGENCIA demuestra estar bastante bien encaminada, manteniendo bajo control y de manera elegante su complejo sistema de subtramas y las diversas angustias de sus muchos personajes. Como ya hay segunda temporada anunciada, hay que ver cómo evolucionan sus diversos hilos narrativos con el paso del tiempo. Todavía falta mucho.