Berlinale 2025: crítica de «Little Trouble Girls» («Kaj ti je deklica»), de Urška Djukić (Perspectives)

Berlinale 2025: crítica de «Little Trouble Girls» («Kaj ti je deklica»), de Urška Djukić (Perspectives)

por - cine, Críticas, Festivales
14 Feb, 2025 11:30 | Sin comentarios

Una chica de 16 años viaja con un coro por un fin de semana a un convento católico y allí atraviesa sus dudas respecto al sexo y a la religión.

La conexión entre religiosidad y deseo sexual en la adolescencia es algo bastante estudiado. El cine, de hecho, ha presentado temáticas de ese tipo a lo largo de la historia, siendo LA NIÑA SANTA, de Lucrecia Martel, uno de los ejemplos más recientes. Apuesto que la realizadora eslovena Urška Djukić ha visto películas de la directora argentina, ya que su impronta está más que presente en LITTLE TROUBLE GIRLS y no solo por eso. Además de su tema, las elecciones formales de la directora tienen bastantes similitudes con las de Martel. Pero no se trata de una imitación ni mucho menos. La película de Djukić es valiosa por méritos propios ya que logra traducir en imágenes, sonidos y sentidos lo que pasa por la mente de sus protagonistas adolescentes.

La protagonista se llama Lucía. Tiene 16 años y ha llegado hace poco a una escuela católica. Pese a ser tímida y solitaria, no tiene problemas en hacerse de un grupito de amigas, encabezadas por Ana-María, que es más abierta y, a su modo, relajada. Con ella y muchas otras participa de un muy bien ensamblado coro de voces femeninas a las que el maestro les ha organizado un viaje. Todos irán a un convento a lo largo de un fin de semana para ensayar y practicar.

Al llegar allí descubren que cantar es difícil porque hay un grupo de obreros de la construcción restaurando el lugar y haciendo un ruido infernal. Así, entre sesiones musicales (la película tiene muchas y es muy bueno lo que se escucha), comidas y paseos, Lucía, Ana-María y sus amigas van interesándose en esos trabajadores, en especial uno de ellos, joven y delgado. Pícaras, le roban la ropa y se dedican a perseguirlo, ocultándose, cuando ellos van al río a nadar.

En las conversaciones entre las chicas, en tanto, empiezan a hablar de sexo y a confesar algunos secretos. La gran diferencia de Lucía con las demás es que la chica está igual o más fascinada por el convento en sí, por las imágenes religiosas y la conexión con Dios de la que le hablan las monjas que por el joven trabajador. De hecho, si algo le tienta sexualmente es más su amiga que el chico que todas desean.

LITTLE TROUBLE GIRLS es el racconto de esos días intensos en ese convento, días en los que las tensiones crecerán entre las chicas, pero también entre Lucía y su profesor, mientras ella va tratando de descifrar qué es lo que le pasa y qué la mueve sexual y emocionalmente. La realizadora se detiene en detalles, ofrece curiosos y específicos encuadres (uno de ellos involucra una escena de masturbación) y pone la cara sobre los poros de las chicas mientras hablan, se acercan unas a otras, cantan y observan a los operarios o a las estatuas de las vírgenes con similar devoción.

Un coming of age inspirado y bello, la película de Djukić utiliza, sí, la canción de Sonic Youth a la que cita en el título, pero su banda sonora principal pasa por las canciones religiosas que las chicas interpretan con el coro. Esa musicalidad sacra le da a LITTLE TROUBLE GIRLS un tono casi imponente que contrasta muy bien con los problemas más mundanos de unas chicas que están descubriendo el mundo e intentando entender cuál es su lugar en él.