
Estrenos online: crítica de «Por el mal camino» («På villspor»), de Hallvar Witzø (Netflix)
Dos hermanos se reencuentran cuando uno ayuda a la otra a entrenar para una carrera de esquí de larga distancia en Noruega. Estreno de Netflix.
Lo más interesante –quizás, lo único interesante– de POR EL MAL CAMINO es descubrir la existencia de la Birkebeinerrennet, una carrera cross country de esquí que se extiende por 54 kilómetros entre las ciudades de Rena y Lillehammer, en Noruega. Algunos la hacen de un modo profesional y competitivo, pero para la gran mayoría de la gente es una suerte de desafío, un valioso esfuerzo de superación personal que puede extenderse más de ocho horas. El film arranca con material de archivo mostrando carreras históricas de «la Birken» para llegar a la actualidad, en la que vemos a Gjermund (Trond Fausa) entrenando para esa competencia.
Pero esa no es la principal historia que cuenta el film. La protagonista en realidad es Emilie (Ada Eide), su hermana, una mujer que se ha divorciado y se lleva pésimo con su ex, está sin trabajo y no está atravesando su mejor momento: yendo de fiesta en fiesta, olvidándose de buscar a su hija en la escuela y con un caos hogareño –se le inunda la casa por la rotura del inodoro– que la obliga a quedarse un tiempo en lo de su hermano y su cuñada, Silje. Ambos la reciben, aunque con cierto fastidio ya que los incomoda, se bebe todo lo que encuentra y, además, los interrumpe en sus planes para quedar embarazados.

Gjermund decide inscribir a su hermana en la carrera en cuestión y el resto de la película se irá en los preparativos, entrenamientos, asuntos personales y la carrera en sí, que ocupa buena parte del film. THE WRONG TRACKS es una historia sencilla y en exceso banal en la que dos hermanos muy distintos entre sí reconectan a partir de esa experiencia y, cada uno por su lado, lidia con sus problemas personales. Para ella, el entrenamiento es una forma de salir de ese pozo en el que está, aunque le cueste. Y para él, bueno, lo hará repensar algunas cosas de su vida y su relación de pareja.
Hay alguna desventura, amantes, conflictos específicos de la carrera y no mucho más que eso. En 90 minutos la película avanza sin ofrecer muchos más atractivos que ver lo bien que viven en Noruega (para los que les gusta el esquí, el sauna y meterse en un hot tub en medio de la nieve es casi pornográfico), lo sanos y esbeltos que todos lucen físicamente (estuve en Noruega y, créanme, es bastante así) y un par de bromas apenas simpáticas, dentro de una trama que habla de la superación personal y la empatía con el otro. Así como empieza, POR EL MAL CAMINO se termina y se olvida. Y lo único que queda en la memoria es las ganas de darse un paseo por ahí. Que otros corran la carrera, claro. Uno los espera en el jacuzzi con una cervecita en la mano.
Está película y fue estrenada en Netflix hace tiempo