
BAFICI 2025: crítica de «Suerte de pinos», de Lorena Muñoz
La directora viaja al pueblo español del que proviene su familia para sacar a la luz un caso policial que sucedió hace 70 años y que involucra a su bisabuela y a su tía abuela.
A lo largo de una carrera en la que ha combinado documentales de investigación con ficciones masivas, a Lorena Muñoz le tocó contar una historia íntima, personal, una ligada a su propia saga familiar. Así, la directora de LOS PROXIMOS PASADOS y GILDA recupera un espíritu detectivesco similar al de su opera prima, YO NO SE QUE ME HAN HECHO TUS OJOS, para acercarse a un caso policial que la toca de cerca ya que mataron en él a su bisabuela y a una tía abuela. El hecho fue notorio porque transcurrió en un pueblo de pocas casas llamado Salduero –cerca de Soria, en el norte español– en 1954, pero desde entonces ha quedado en una zona gris.
Muñoz viaja con su equipo de rodaje al bonito y típico pueblo de la zona, recorre los lugares que vivieron sus antepasados e intenta averiguar detalles acerca del doble crimen. Pero se topa con dos complicaciones: quedan muy pocos testigos del hecho (y los que viven son muy ancianos, con problemas de memoria) y muchos no quieren hablar del asunto, ya que en los pueblos chicos se tapan esas cosas. No solo eso. Muñoz nota poca colaboración de parte de las autoridades y distintos entes burocráticos que apelan a viejas regulaciones para no darle el expediente del caso y, especialmente, para impedir que se filme.

Es así que la pesquisa de Muñoz se torna un tanto áspera. De todos modos, la directora consigue convocar a algunas personas para que den detalles de ese doble crimen que se cometió en público y en pleno día. Y saldrán a la luz algunos hechos y comentarios que clarificarán lo que pasó. A la vez, ronda la sensación de que los herederos del asesino no quieren saber nada con la presencia del equipo de rodaje en el pueblo, tensando aún más la situación. Pero ella seguirá adelante, esquivando si es necesario algunas regulaciones para conocer más a fondo los detalles de la causa.
La realizadora de MARIA SOLEDAD: EL FIN DEL SILENCIO explora el machismo arraigado en el pueblo, que se siente aún hasta hoy y que explica no solo ese doble femicidio sino las leyes que justifican ese tipo de crímenes, exacerbados en esa época franquista. Entre planos impactantes del pueblo y sus alrededores –Salduero está cerca del nacimiento del Río Duero y está rodeado de bellas colinas–, Muñoz se acerca a contar de un modo delicado y a la vez honesto una historia que conecta lo privado con lo público y lo personal con lo político.