Series: reseña de «Lazarus», de Shinichirō Watanabe (Max)

Series: reseña de «Lazarus», de Shinichirō Watanabe (Max)

Cuando se anuncia que un medicamento que todo el mundo consume matará a la gente en 30 días, se arma un grupo para detener al responsable y encontrar una cura. Disponible en Max.

Este futurista animé creado por Shinichirō Watanabe, el mismo autor de COWBOY BEBOP, acaso uno de los más influyentes clásicos del género, tiene todo para convertirse en otro éxito. De manera inteligente, LAZARUS logra combinar un tradicional relato de acción con una temática actual y bastante urgente ligada a los negocios de la salud y la desesperación de la gente por encontrar el medicamento perfecto que los haga olvidar de todos los problemas.

La acción transcurre en el año 2055, en una sociedad en la que todos consumen un mismo medicamento legal llamado Hapna que logra calmar todo tipo de dolores, volviendo a las personas bastante estables y en apariencia felices pero a la vez despreocupadas por todo el caos del mundo y de sus propias vidas. Su misterioso creador, el Dr. Skinner, se hizo multimillonario con la invención pero poco después que Hapna se convirtió en un éxito global, el tipo desapareció y nadie más lo volvió a ver.

Tres años después del hecho, Hapna reaparece con un mensaje temible, diciéndole al mundo que su droga traía incluida una mutación que matará a todos los que la consumieron. Asegura que en 30 días empezarán a morir los primeros en haberla tomado y así seguirá hasta que no quede ninguno. Considerando la popularidad de la droga, da la impresión que desaparecerá casi todo el mundo. Esta supuesta lección existencial que da el tal Skinner tiene una cura, pero no es fácil de obtener, ya que solo podrán conseguirla al encontrarlo. Y el tipo está, aparentemente, oculto quién sabe dónde.

LAZARUS se pone en marcha a partir del intento de armar un grupo de personas (bastante marginales todos ellos) para encontrar y capturar a Skinner, lo que permitiría encontrar la cura a lo que algunos ya consideran como el fin del mundo. Reunidos por una enigmática entidad, el grupo está conformado por Axel, un prisionero al que le gusta fugarse de todos lados y, junto a él están Doug, Elena, Leland y Chris, un grupo variopinto, todos con sus pequeños o no tan pequeños asuntos. Los cinco conforman este caótico grupo de choque, a los que les gusta compararse con los Avengers: todas personalidades complicadas y nerviosas, muchas veces enfrentadas entre sí, a los que se les da la ya clásica misión de «salvar al mundo». ¿Podrán hacerlo?

La serie tiene como curiosidad una llamativa coincidencia con COMMON SIDE EFFECTS, otra serie de animación estrenada por Max que trataba también de una conspiración ligada a un poderoso medicamento. Pero aquí la apuesta parece pasar menos por la conspiración en sí y más por entender los motivos por los que esté tipo de droga que funciona como calmante y tranquilizadora resulta tan popular en distintos grupos y generaciones, un poco a la manera que actualmente funcionan los opioides. En medio del caos, Watanabe inserta unas cuantas ironías respecto a cómo la sociedad actúa cuando se anuncia ese posible e inminente fin de la humanidad.

Entre escenas de acción coreografiadas por el especialista Chad Stahelski (JOHN WICK), LAZARUS encuentra algunos momentos para comentar y analizar esa necesidad de «entumecerse» en el contexto del mundo en el que se vive, que no es tan distinto al actual, con ricos millonarios viviendo vidas lujosas y grandes porciones de la gente en la pobreza, con excesiva violencia y crímenes de todo tipo. Con una rica y detallista banda sonora creada nada menos que por Kamasi Washington, Floating Points y Bonobo (cada uno tiene su propia banda sonora disponible en Spotify), y un montaje acelerado y lúdico que le permite conservar el ritmo típico de los animé de acción–, LAZARUS podría llegar a convertirse en un futuro clásico del género.