Estrenos online: crítica de «Corazón delator», de Marcos Carnevale (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Corazón delator», de Marcos Carnevale (Netflix)

Un empresario tiene un ataque cardíaco y recibe el corazón de un hombre que muere en un accidente de tránsito. Al ir a conocer a su familia se incorporará a sus vidas sin develar su secreto. Con Benjamín Vicuña y Julieta Díaz. Estreno Netflix: 30 de enero.

Un drama sentimental, tradicional al punto de que podría haberse filmado casi igual hace 40 años, CORAZON DELATOR cuenta una historia simple, aparentemente bien intencionada pero de todos modos bastante banal. Un cuentito casi infantil que si bien tiene a favor estar a contracorriente de los tiempos que corren, lo hace de una manera algo ñoña para trabajar los temas que pretende tratar por fuera de la historia de amor que la organiza.

El muy ocupado Benjamín Vicuña (se lo vio en media docena de películas y series en el último año y tiene encaminadas otras tantas) encarna a Juan Manuel, un arquitecto millonario que tiene una vida llena de lujos y comodidades. Tiene, eso sí, un inconveniente: un crónico problema cardíaco que no lo deja en paz nunca. En paralelo, la película nos presenta la vida en un barrio popular en el que una gran empresa vendrá a comprar todos los terrenos para armar un proyecto inmobiliario de lujo. Allí vive Valeria (Julieta Díaz) con su marido Pedro y su hijo pequeño, haciendo lo posible por convencer a los vecinos de resistir. El emprendimiento en cuestión lo está llevando adelante la empresa que maneja Juan Manuel y su socio (Peto Menahem).

Un mismo día suceden dos cosas en paralelo que los conectan. Juan Manuel tiene un ataque cardíaco mientras maneja y Pedro, un accidente con una moto. No chocan entre ellos –ya sería demasiado–, pero la conexión se produce porque Pedro muere, Valeria dona el corazón de su marido y no es otro que Juan Manuel el que lo recibe. Y tras una larga elipsis nos daremos cuenta que, ya adaptado a su corazón nuevo, Juan Manuel ha empezado a convertirse en otra persona: mejor, más humano y solidario, irreconocible para sus amigos ricachones. Investigando quién es el donante, decide ir a visitar el barrio y pronto está ayudándolos en la construcción de una salita y colaborando en la resistencia contra… sí mismo.

Obviamente que a eso hay que sumarle que rápidamente conecta con Valeria, que no tiene idea quién es él ni qué hace ahí, pero deja que se integre al grupo del barrio. Sin entender muy bien cómo manejarse en este nuevo universo, Juan Manuel vivirá algunas experiencias raras (le roban, lo golpean, etcétera), pero seguirá intentando luchar junto a esas mismas personas que, un corazón atrás, despreciaba. En el medio, además, cuestiones políticas, internas barriales y la intriga de la gente que rodea a Juan Manuel acerca de qué le está pasando se incorporará a la módica trama que avanza, sin prisas, hacia donde más o menos sabemos que irá.

El cuentito de un persona egoísta y fría que al recibir un corazón de un hombre bueno cambia y se vuelve solidario y amable se ha visto, en distintas versiones, a lo largo de los años y casi podría pertenecer a un cuento de hadas tradicional. CORAZON DELATOR no hace más que traer la idea a la actualidad con un punto de partida que podría tocarse con temas que están en la discusión contemporánea –me refiero a este aparente triunfo de la crueldad, el egoísmo y el desprecio por el otro que se maneja tanto desde el poder como desde algunos de sus seguidores, especialmente los empresarios tipo Juan Manuel–, pero la historia es tan genérica, tan propia de un telefilm de 30 años atrás, que ni siquiera deja mucha huella en ese sentido.