
Estrenos online: crítica de «La viuda negra», de Carlos Sedes (Netflix)
Este policial basado en un caso real se centra en el crimen de un hombre que apareció apuñalado en un estacionamiento de la zona de Patraix, en Valencia. Con Carmen Machi e Ivana Baquero. Por Netflix.
El true crime funciona en todos los mercados y España no es la excepción. Lo que sí es cierto es que los casos que para un país pueden haber sido llamativos, para otros significan poco y nada. De hecho, ese desconocimiento de los detalles puede darle más intriga a la propuesta, ya que uno parte sin tener mucha idea de qué pasó, qué crimen se cometió y quién fue el culpable, si es que se sabe. Pero para eso hace falta un caso rico en detalles. Y el de LA VIUDA NEGRA no lo es.
Basada en el crimen de un hombre que apareció apuñalado en un estacionamiento de la zona de Patraix, en Valencia, en 2017, LA VIUDA NEGRA se divide en tres partes para contar su historia, tres tiempos y puntos de vista que van complementando la información que uno tiene de entrada y que es la del asesinato en sí. Más allá de que el Departamento de Homicidios de la policía de Valencia investigue varias puntas, el equipo comandado por Eva (la gran Carmen Machi) parece tener en la mira a Maje (Ivana Baquero, la niña de EL LABERINTO DEL FAUNO hoy treintañera), la viuda del asesinado Antonio.
Es que la chica, de entrada, no parece ni muy conmovida ni afectada por la muerte de su marido, chequeando su celular a cada rato e impasible ante las emociones familiares. Pero la escucha de sus conversaciones telefónicas empieza a pintar a un personaje bastante más complejo y engañoso de lo que parece. Eso se irá confirmando –y a la vez complejizando– en el segundo episodio del film, que se apoya en el punto de vista de la propia Maje y que viaja atrás en el tiempo para ir contando la historia previa, una en la que conocemos más su historia de vida y su personalidad. Y la tercera pata será la de un hombre llamado Salvador (Tristán Ulloa), que terminó de algún modo involucrándose en el asunto.

El esquema policial es tradicional y se mueve en las líneas del policial negro, con un personaje que a su manera hace las veces de la femme fatale de los clásicos films de los años ’40 y ’50. Así, la película pasa de un tono más detectivesco a otro que tiene un cierto aroma a los thrillers eróticos de décadas pasadas, ya que la tal Maje tenía una vida sexual bastante activa que generaba en su marido accesos de celos y violencia, al menos según su punto de vista. Y Salva será otro peón en esos juegos de poder, uno cuyo rol se irá descubriendo de a poco.
Si uno conoce el caso –o lo lee al investigar sobre él–, no hay muchas sorpresas por aquí y el film no es otra cosa que una puesta en escena de lo que pudo haber pasado, con algunas obvias ficcionalizaciones. Si uno no sabe nada de «El crimen de Patraix» convengamos que el caso es, en términos de intriga policial, bastante sencillo. Más allá de dos giros que quizás no se vean venir del todo (uno tiene que ver con un móvil económico), los procedimientos del caso son bastante convencionales y estándar. Y el director de EL VERANO QUE VIVIMOS, más allá de algunos intentos visuales de sacar a su película de la estética del telefilm, tampoco consigue insuflarle mucho más que profesionalismo en su realización.
SPOILER ALERT Quizás lo que más llamó la atención del caso y lo volvió mediático fue que sucedió en pleno furor del #MeToo y lo que pasó allí complicaba un poco el argumento que empezó a sostenerse en esa época ligado a la «sororidad», al «te creo, hermana» y al discurso de la mujer como víctima de violencia de género. Si bien LA VIUDA NEGRA elige no meterse en ese terreno y no intenta equiparar violencias (sería absurdo si lo hiciera), buena parte de lo que sucedió en este caso va a contramano del discurso de la época y hasta seguramente fue usado para contradecirlo. Pero por fuera de ese impacto, no hay mucho más acá que un rutinario caso policial apenas prolijamente contado.