Estrenos online: crítica de «Nonnas», de Stephen Chbosky (Netflix)

Desvergonzadamente sentimental, muy old school y bien tana, como un episodio de los SOPRANO pero casi sin hombres y sin violencia física, esta historia acerca de un restaurante de Staten Island, New York, es un postre un tanto pasado de azúcar pero igualmente rico, de esos que uno come con dedicación aún cuando sabe que, al final, terminará cayéndole algo pesado. La historia se basa en un restaurante real y, más allá de las exageraciones y giros dramáticos propios de una ficción, logra emocionar desde la simpleza y la familiaridad de su propuesta. Que no es precisamente gourmet, pero sí hecha con buen corazón.

El protagonista de esta historia es Joey Scaravella (Vince Vaughn) y si el apellido no lo deja claro, es un hijo de una familia de inmigrantes italianos devotos –como casi todos de esa procedencia– del buon mangiare. NONNAS arranca con un flashback a los años ’60 en la que el pequeño Joey admira a su nonna y a su madre mientras cocinan para un inmenso grupo familiar. Corte a algún momento de los años 2000 y Joey está en el entierro de su mamma, conversando con amigos y vecinos que la recuerdan con cariño y siempre comentan sus recetas.

El tipo, soltero y trabajador de la MTA, viaja a Staten Island (frente a Manhattan, pasando por la Estatua de la Libertad si uno toma el ferry) a comprar productos al mercado al que iba su madre y allí se reencuentra con Olivia (Linda Cardellini), una vieja amiga de la escuela, acompañada por una intensa conocida de ella, Antonella (Brenda Vaccaro). Pero lo más importante es que descubre un viejo restaurante italiano que ha cerrado y toma la decisión de usar su herencia para comprarlo, con la idea de hacer con él algo especial. Lo llamará «Enoteca María» en homenaje a su madre y contratará solo a abuelas italianas (nonnas) para que cocinen allí sus recetas familiares. Y ese será su menú.

El grueso del film se irá en el armado del restaurante y en la relación entre Joey y tales nonnas, un talentoso grupo de actrices que incluye a dos amigas de su madre: la siciliana Roberta (Lorraine Bracco, ella sí un pase directo del mundo SOPRANOS), la especializada en postres y aún sexy Gia (Susan Sarandon), la bolognesa Antonella y una que llega por su cuenta: una ex monja llamada Teresa e interpretada por una irreconocible Talia Shire (hermana de Francis Ford Coppola y la mítica Connie Corleone de EL PADRINO). Las cuatro son extraordinarias cocinando pero de entrada no se llevan nada bien, complicando el arranque del asunto. Y una vez que el boliche abra, no le será sencillo a Joey conseguir que la gente venga a un restaurante tan alejado de Manhattan y de propuesta tan particular.

NONNAS, casi que el título lo anuncia, es un film familiar y familiero, de amistades y peleas –al restaurante lo financia el mejor amigo de Joey, Bruno (Joe Manganiello) y su esposa Stella (Drea de Matteo, otra ex-SOPRANO), de nostalgia y cariño, y especialmente de cocina italiana. El camarógrafo se regodea en filmar todo tipo de pastas, carnes, postres y diversos preparados de la cucina italiana regional que aquí no son tan populares como deberían serlo. Y es claro aún sin olerlos ni probarlos que todo es riquísimo. Lo difícil es que la gente se entere y vaya a comer ahí.

Así, entre anécdotas, historias personales, homenajes a las recetas de la mamma, algún romance recuperado (entre Joey y Olivia), NONNAS habla de la importancia y el reconocimiento que merecen estas mujeres de más de 70 cuyos talentos son apreciados familiarmente pero que muy pocas veces se las valora en público. Seguramente muchos les han dicho a sus madres, abuelas o suegras que deberían abrir un restaurante tomando en cuenta lo bien que cocinan, y acá lo que pasa es que a un tipo se le ocurrió lo mismo y armó ese restaurante con un cuarteto de explosivas y divertidas veteranas.

Sí, la película del director de LAS VENTAJAS DE SER INVISIBLE y EXTRAORDINARIO es sentimental, académica, con canciones melódicas italianas de todos los tiempos (algunas muy conocidas, otras no tanto) y la salsa se le pasa dramáticamente un par de veces, pero si uno es de familia de inmigrantes y se siente un poco nostálgico, no la va a pasar nada mal viendo a estas NONNAS cocinar, aún cuando el público, la gente del barrio y hasta la influyente crítica (al menos en este área) tarde mucho más de lo debido en reconocer su valor. Cosas que pasan…

Nota: Como dato extra y pequeño SPOILER, el restaurante sigue existiendo, con algunas diferencias, en la actualidad. Si pasan por Nueva York, tómense el clásico ferry gratis a Staten Island, le sacan fotos a la Estatua, se bajan y lo encuentran acá, a diez minutos de la terminal. Después me cuentan si es tan bueno como dicen…