Series: crítica de «Las cuatro estaciones» («The Four Seasons»), de Tina Fey, Lang Fisher y Tracey Wigfield (Netflix)

Series: crítica de «Las cuatro estaciones» («The Four Seasons»), de Tina Fey, Lang Fisher y Tracey Wigfield (Netflix)

En esta comedia dramática, la separación de una pareja desacomoda las vidas de un grupo de amigos con los que comparten vacaciones. Con Tina Fey, Steve Carell, Will Forte y Colman Domingo. Estreno de Netflix: 1 de mayo.

Amable es lo mejor que se puede decir de esta remake de LAS CUATRO ESTACIONES. Lo peor, anodina. Un éxito de crítica y público cuando se estrenó en 1981, dirigida y protagonizada por Alan Alda –que hace un breve y emotivo cameo acá a sus casi 90 años–, la película se reversiona en formato serial con Tina Fey como una de las creadoras y protagonistas, acompañada de un gran elenco en el que se destacan Steve Carell, Colman Domingo y Will Forte. Estirada a ocho breves episodios, la serie expande, modifica y actualiza las historias de aquella época pero no parece revelar nada nuevo ni particularmente interesante. Lo hace, sí, de forma simpática. Pero no mucho más que eso.

El concepto es sencillo y refleja, con la consabida música de Vivaldi incluida, lo que pasa a lo largo de un año en el que tres parejas de amigos cincuentones se van de viaje y/o vacaciones a distintos lugares. Lo hacen una vez por temporada (Primavera, Verano, Otoño e Invierno) y cada una de ellas ocupa dos episodios en la serie. Las parejas están integradas así: Kate (Fey) y Jack (Forte) se llevan bien y parecen tener una vida tranquila pero hay un manojo de nervios, tensiones e hipocondrías varias detrás de su amabilidad. Danny (Domingo) y Claude (el italiano Marco Calvani) son una pareja gay que parecen muy libres y abiertos pero tienen sus problemas y celos. Y por último Nick (Carell) y Anne (Kerri Kenney-Silver) son los primeros en dar a conocer sus conflictos: él se quiere separar y la noticia llegará en el momento menos indicado posible.

Ya para el segundo episodio Nick aparecerá con una novia más joven llamada Ginny (Erika Henningsen) y tendrá un típico comportamiento de divorciado que quiere mostrarse rejuvenecido. Y las otras parejas lidiarán más con los problemas de Nick que con los propios. Es que la ex Anne no desaparece por completo del mapa y las cosas se complican no solo ante su presencia (y la de Ginny) sino ante la decisión de los amigos acerca de cómo relacionarse con ellos. Sin embargo, los celos, incomodidades y conflictos internos entre las otras dos parejas siguen ahí.

Y así seguirá la serie, con otros conflictos familiares (Nick y Anne tienen una hija adolescente a la que la separación no le cayó nada bien), el impacto que en todos ellos tiene el divorcio de sus amigos y las desaveniencias esperables hasta incorporar una sorpresa un tanto llamativa que no estaba en la película original pero que la serie maneja sin perder casi nunca el estilo ligero. Más allá de eso, LAS CUATRO ESTACIONES no tiene grandes picos narrativos o conflictos llamativos y funciona como un retrato de tres parejas de mediana edad y las decisiones personales que deben tomar en un momento clave de sus vidas.

Amable, ligera y un tanto intrascendente, es de esos productos que muchos críticos definen con la frase «se deja ver». Algo de eso sucede acá. La gracia de Fey, Domingo, Forte y, especialmente, de Carell levantan de vez en cuando el tono de la propuesta generando alguna que otra risa franca, pero más allá de unas pocas excepciones, THE FOUR SEASONS no es mucho más que una amena y un tanto irrelevante comedia dramática. Quizás, en 1981, las consecuencias y repercusiones que un divorcio podía despertar en un grupo de parejas amigas podía ser llamativo o sorprendente. Hoy es lo más común del mundo. Sorprendente sería que no suceda…