
Estrenos online: crítica de «El club del crimen de los jueves» («The Thursday Murder Club»), de Chris Columbus (Netflix)
Un grupo de jubilados que vive en una lujosa residencia geriátrica intentan resolver el crimen de uno de sus dueños, muerte que pone en peligro la supervivencia del lugar. Con Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley, Naomi Ackie, Richard E. Grant y Jonathan Pryce. Estrena Netflix el jueves 28 de agosto.
Una mezcla en partes casi iguales de UN HOMBRE INFILTRADO –la serie de Netflix basada en EL AGENTE TOPO, que transcurre en un hogar de ancianos– y ONLY MURDERS IN THE BUILDING con una dosis de campiña británica, la película inglesa EL CLUB DEL CRIMEN DE LOS JUEVES busca ocupar ese nicho de mercado al que la plataforma apuesta cada vez más: un público mayor de 50, 60 años que quiere que sus películas de intriga y misterio tengan una cierta calidez y elegancia a la antigua. Y si tiene un elenco de veteranas figuras del cine, mucho mejor.
En esta película, el realizador de MI POBRE ANGELITO, PAPA POR SIEMPRE y las dos primeras películas de HARRY POTTER regresa a Gran Bretaña para centrar su amable whodunit en una elegante residencia geriátrica que debe costar una fortuna poder pagar. Se trata de un inmenso palacio en la campiña que bien podría ser uno de esos hogares de verano de la aristocracia de ese país. Un grupito de «abuelos» que viven allí han formado un club y se reúnen los jueves para intentar encontrar al o los culpables de casos policiales que han quedado sin resolver. Es un entretenimiento placentero y, en principio, no mucho más que eso. Hasta que se topan con un asesinato que les toca de cerca. Y tienen que actuar.
Helen Mirren es la líder del grupo, Elizabeth, una ex directora del MI6, espía jubilada, que está allí más que nada como acompañante de su marido, un escritor llamado Stephen (Jonathan Pryce) que está empezando a perder la memoria. El grupo lo completan Ben Kingsley como Ibrahim, que fue psiquiatra y tuvo pelo, y Pierce Brosnan como Ron, un ex líder sindical fanático del West Ham. A ellos se les acaba de sumar la simpática Joyce (Celia Imrie, la intensa madre de BETTER THINGS), una enfermera y repostera aficionada.

El plan de resolver un viejo caso de 1973 se deja, en apariencia, de lado cuando aparece un muerto más cercano. Se trata de Tony Curran (Geoff Bell, que con Mirren y Brosnan está en la muy buena serie TIERRA DE MAFIA), uno de los dueños del geriátrico, crimen que pone en riesgo la supervivencia del lugar. Y con la colaboración de una mujer policía (Naomi Ackie, de MICKEY 17), el grupito se pone en marcha para tratar de resolverlo. El elenco se completará con Richard E. Grant, David Tennant y Daniel Mays, haciendo un seleccionado de buenos, sólidos y muy diferentes intérpretes británicos.
Es esa selección la que le da un toque de cierta gracia a este compendio de intrigas propias de algún relato de Agatha Christie, que no aporta demasiadas novedades al menos en lo que respecta a su costado policial. Donde la película –que podría ser una saga de varias ya que se basa en una serie de cinco exitosas novelas escritas por Richard Osman desde el 2020 a la actualidad– se pone más interesante es en el lado íntimo, personal, de los protagonistas, en especial en la cálida relación que Elizabeth tiene con su marido Stephen, que le da un tono melancólico al asunto.
Sus dos horas de duración son un tanto excesivas y uno tiene la impresión que a la película le faltó un golpe de horno y algún esfuerzo más en la elaboración de un guión que por momentos se apoya en bromas fáciles y recursos algo trillados. Pero hay un cierto placer y comodidad en ver a grandes actores juntándose y entreteniéndose haciendo un producto que todos saben que es liviano y que les permite tomarse las cosas con cierta ligereza. No hay mucho más que eso por acá, un pasatiempo amable que se deja ver y que se olvida apenas los créditos finales empiezan a rodar.
Y debe generar nostalgia de Prime Suspect ver a Mirren liderando una investigación policial, y no casualmente con el mismo peinado…