Estrenos/San Sebastián: crítica de «Verano Trippin», de Morena Fernández Quinteros

Estrenos/San Sebastián: crítica de «Verano Trippin», de Morena Fernández Quinteros

Dos amigas se ponen a vender marihuana en un pueblo patagónico sin saber que se cruzarán con gente peligrosa que maneja el negocio. Con Miranda de la Serna, Zoe Hochbaum, Ariel Staltari y Lali Espósito. Se estrena en cines el 11 de septiembre y se verá en el Festival de San Sebastián.

Una aventura de una pareja de amigas veinteañeras termina complicándose más de lo imaginado en VERANO TRIPPIN, película de suspenso que pasa de la comedia al drama en tanto la situación en la que se meten las chicas se va volviendo más peligrosa. Toni (Miranda de la Serna) y Lena (Zoe Hochbaum) son dos amigas que viven en la Patagonia y que, entre salidas con amigos y diversiones varias, toman una decisión que en principio les parece ligera. Todo empieza cuando le quieren comprar marihuana a un dealer local que les cobra una fortuna que no pueden pagar. Sabiendo que un amigo cuenta con una plantación personal, las chicas deciden comprarle a él, arman un producto para la venta y salir a comercializarlo por su cuenta.

Al principio todo es fantástico. Tienen dinero, salen de fiesta, lo pasan bien y no parecen correr peligro alguno. Pero pronto queda claro que el control del tráfico en esa zona patagónica lo tiene una tal Dolores (Lali Espósito, en una simpática personificación) y a partir de su aparición –y de algunos otros personajes que trafican, además de policías y políticos de la zona– las cosas empiezan a tomar un cariz más peligroso para estas dos amigas que, claramente, no sabían muy bien en qué se estaban metiendo cuando tomaron la decisión de vender.

Ariel Staltari encarna al padre de una de ellas que tiene un restaurante en la zona en el que la policía –más sospechosa en realidad que los dealers— pasa a buscar «lo suyo», mientras que otros siniestros personajes circulan entre las sombras. Pero lo central será la relación entre estas dos amigas que se llevan muy bien y que se encuentran ante una situación que se les torna por completo inmanejable, a punto de poner en riesgo sus vidas, algo impensable tan solo unos días antes.

Con un tono de western patagónico mezclado con policial y algunos toques de comedia, además de canciones de Intoxicados, Dillom y un cover de «La casa del sol naciente» de Santiago Motorizado en la banda sonora, VERANO TRIPPIN es un amable pasatiempo y no mucho más que eso. Con una duración que apenas alcanza los 70 minutos, tiene algo de película clase B y otro poco de piloto de una serie en la que estas dos amigas se van metiendo en nuevas y distintas aventuras en varias locaciones mientras se fugan de quienes las persiguen.

De hecho, si la intención es complementar un film que, así como está, parece un poco «flaco» en cuanto a potencia, bien se podría pensar en llevar la historia a ese formato, uno que funciona muy bien en series como la actual POKER FACE, por ejemplo. La química entre las dos actrices protagonistas funciona a la perfección y seguir sus desventuras a lo largo del tiempo y del país podría darle a la historia un plus que la película que por sí sola no termina por generar.