
San Sebastián 2025: crítica de «Bugonia», de Yorgos Lanthimos (Perlak)
Dos jóvenes obsesionados con las conspiraciones secuestran a la poderosa directora ejecutiva de una importante empresa, convencidos de que es un extraterrestre que intenta destruir el planeta Tierra.
El tema de los llamados «rabbit holes», madrigueras de conejos, cámara de eco o como se llame a esa relativamente novedosa costumbre de encerrarse en algoritmos de ideas que reflejan y refuerzan las limitaciones del pensamiento propio encuentra, al menos durante un muy buen rato, un escenario inquietante de disputa en BUGONIA, una comedia negra que pone en conflicto a dos personajes ubicados en lados opuestos de cualquier paradigma social o ideológico y los hace enfrentarse entre sí en una batalla, digamos, por el futuro del planeta.
En este mundo de extremos Teddy (Jesse Plemons) es un caso muy grave. El tipo está convencido –hizo su investigación online, escuchó podcasts, vio videos en YouTube, esas cosas– que los poderosos que dominan el mundo son parte de una raza proveniente del planeta Andrómeda y que tienen planes siniestros para con los seres humanos. En su bizarra filosofía –llena de traumas, soledad y mucho tiempo libre– lo acompaña su primo Donny (Aidan Delbis), un chico sin muchas luces que vive en su misma cabaña alejada del mundo.

Teddy tiene un plan macabro que implica secuestrar a Michelle Fuller (Emma Stone), la gélida CEO del laboratorio Auxolith Corp., quien supone es miembro de esa raza alienígena que quiere hacer que los humanos actúen a su extraterrestre antojo. A la mujer, a la fuerza y con mucha torpeza, los primos la secuestran. Y, una vez atrapada, querrán que Michelle confiese su carácter de alien y, justo el día de un eclipse lunar, le pida al emperador de su planeta que abandone su macabro plan y se marchen todos de ahí. Y Michelle no puede creer en lo que está metida y, especialmente, en los delirantes secuestradores que la rapan, la untan con raras cremas y le exigen a los golpes que confiese su plan verdadero.
De a poco irán surgiendo historias y secretos pero Yorgos Lanthimos no se mete tanto en eso sino que prefiere plantear la oposición entre una población radicalizada online (por derecha o por izquierda, acá por momentos es un tanto confuso) y los grandes jefes corporativos que se presentan socialmente como responsables y cuidadosos pero en el fondo son expresiones evidentes del más brutal capitalismo salvaje. La película, por fuera de algunas salidas al exterior, se convierte en una pieza de cámara en la que Plemons y Stone se enfrentan física e «ideológicamente» por algo que podría involucrar el futuro del universo.
BUGONIA –inspirada en la película coreana SAVE THE GREEN PLANET, de Jang Joon-Hwan– es una parodia en clave de terror sobre el universo cerradísimo de las creencias más bizarras posibles y a la vez es una crítica feroz a los más salvajes representantes del capitalismo que, pueden o no ser extraterrestres, pero que en definitiva es claro que no sienten demasiada compasión por nada que se parezca a lo humano. En ese sentido, los dos protagonistas (y, un poco menos, Donny), van construyendo una serie de oposiciones ideológicas que reflejan con claridad lo que sucede actualmente, incluyendo hasta el concepto de «la tierra plana» y otras bizarreadas que circulan online si uno se pone a «investigar».

En algún momento la película tendrá que levantar la apuesta dramática agregando acción y tensión y allí perderá un poco la línea. Pero aún así es mucho mejor y más inquietante que el intento de Ari Aster, en EDDINGTON, de plantear similares disputas políticas e ideológicas. Lo que Lanthimos hace acá es poner el foco en la cerrazón, en el convencimiento de que la realidad es una y que eso no entra en discusión. La película deja en evidencia que el asunto es más complicado de lo que dictan los algoritmos, pero a la vez que es muy difícil «convencer» a los fanáticos de los errores que cometen.
BUGONIA se compra algunos problemas más cerca del final ya que, previsiblemente, Lanthimos levanta la apuesta a niveles ya granguiñolescos, conviertiendo el film más en una irónica comedia sobre las limitaciones del campo de visión ideológico de sus personajes que en un planteo que pueda servir para un debate serio. Pero más allá de los guiños paródicos del final, BUGONIA se pregunta y nos pregunta cuál es el mundo real, en qué mundo creemos estar viviendo y si existen o no coincidencias entre las partes.