Toronto 2025: crítica de «Levers», de Rhayne Vermette (Wavelengths)

Toronto 2025: crítica de «Levers», de Rhayne Vermette (Wavelengths)

por - cine, Críticas, Festivales
09 Sep, 2025 07:39 | Sin comentarios

Un largo eclipse altera las vidas de los habitantes de un pueblo canadiense en este subyugante relato experimental de la realizadora de «Ste. Anne». En la sección Wavelengths del Festival de Toronto.

La palabra «enigmática» le queda chica a LEVERS, la fascinante, bella y un tanto indescifrable nueva película de la realizadora canadiense de STE. ANNE. Es una película que puede ser englobada dentro de los márgenes de lo experimental que, en todo momento, intriga y hasta subyuga con imágenes capturadas en 16mm. y, en muchos casos, utilizando varios trucos visuales ópticos. Filmada en la región de Manitoba, de la que Vermette –como Guy Maddin, un director con una estética en cierto modo comparable– es oriunda, LEVERS podría resumirse, narrativamente, como un retrato de un pueblo luego de que un largo apagón/eclipse afectó su vida cotidiana. Y la psiquis de sus habitantes.

No se trata de un apagón eléctrico, o eso uno asume en función de que la televisión sigue funcionando y las luces en las casas también. Es, más bien, como si de un día para el otro no hubiera vuelto a amanecer, rompiendo la lógica que todos conocemos. Eso, en algún momento, concluirá, pero nadie saldrá del todo entero de la experiencia. No esperen aquí un desarrollo narrativo clásico ni un seguimiento de personajes más o menos identificable. Vermette captura un estado de la mente, una suerte de sensación de que en el lugar algo se rompió, se quebró para siempre.

Incorporando escenas e imágenes de tono onírico junto a planos de una oscura belleza capturados en material fílmico que le dan al film un aspecto entre espectral y enigmático, Vermette va mezclando conversaciones (en francés y en inglés), extrañas imágenes y la sensación de que algo se hubiera roto en la noción de «aburrida normalidad» que existía en ese lugar. De hecho, el film comienza con la inauguración de un monumento que da a entender que en ese lugar no pasaba nunca realmente nada interesante. La época, indefinida, parece ser a principios de los años ’80. Y más de un guiño pareciera dar a entender que quizás entonces algo se rompió en la lógica del mundo y jamás nos recuperamos de aquello.

Hipnótica y demandante a la vez, LEVERS –que se ve en la excelente sección Wavelengths de Toronto y participará luego del Festival de Nueva York– consigue ese clima enigmático también a partir de un uso curioso de sonido, muchas veces desfasado de lo que estamos viendo. En algún momento el film tomará las características de un relato de terror. ¿Será que hay alguna secta que lo maneja todo o algún castigo bíblico por ser, no sé, canadienses? ¿Tiene algo que ver con un ritual de los pueblos originarios de la región? ¿Qué rol cumplen las cartas de tarot que separan aparentes episodios? La película no lo explica y hace bien en no hacerlo. Lo que transmite es la extravagante, lynchiana sensación de ver que el mundo que nos rodea en cualquier momento puede empezar a verse muy distinto a como lo conocimos. Y eso, amigos, es exactamente lo que está pasando. Y no solo en la ficción…