Series: crítica de «Mr. Scorsese», de Rebecca Miller (Apple TV+)

Series: crítica de «Mr. Scorsese», de Rebecca Miller (Apple TV+)

Esta notable serie documental de cinco episodios recorre la vida y la carrera del realizador de «Taxi Driver», «Toro salvaje», «Buenos muchachos» y «El lobo de Wall Street». Desde el 17 de octubre por Apple TV+

Un documental de cinco episodios y casi cinco horas sobre la vida y la carrera de Martin Scorsese puede parecer exagerado, mucho o hasta suficiente para la mayoría de los cinéfilos. Pero para los que hemos seguido su carrera desde los inicios nos parece hasta poco. Son tantas las películas, las historias, las anécdotas, las ideas y las vidas que TAXI DRIVER que quizás no lleguen a hacerle justicia. Pero para eso están los libros y las entrevistas y las biografías y los miles de análisis sobre su obra que circulan por el mundo. MR. SCORSESE no puede serlo todo pero intenta y logra lo que se propone: crear un retrato bastante completo, inteligente y hasta audaz de la vida y la obra de uno de los directores más importantes de la historia del cine.

Rebecca Miller no intenta reinventar el género aquí ni mucho menos. Lo que hace es meter mano y tiempo en el archivo de Scorsese, empezando por su infancia, su familia, sus amigos, sus mudanzas, su salud (es asmático y su amor por el cine surgió a partir de su imposibilidad por hacer actividades físicas) para llegar a su larga e intensa carrera llena de picos y descensos, éxitos y fracasos, idas y vueltas. Es un recorrido también personal por sus zonas más complicadas: sus tempestuosas relaciones matrimoniales, su rol como padre, su adicción a las drogas, su coqueteo bastante evidente con la violencia y la culpa que trae todo eso aparejado.

Scorsese recibe aquí un tratamiento honesto como son sus películas, uno que no disimula sus zonas oscuras, que no deja todo servido al espectador y que explora ese mundo lleno de contradicciones que es su cine, el espacio en donde el pone en juego todas esas tensiones. En la película hablan, en entrevistas actuales y también de archivo, desde sus colaboradores más constantes (Robert De Niro, Thelma Schoonmaker, Leonardo DiCaprio, Paul Schrader, Nicholas Pileggi, Jay Cocks, Daniel Day-Lewis), a directores amigos o admiradores (Steven Spielberg, Brian de Palma, Ari Aster, Spike Lee, los hermanos Safdie), a actores que trabajaron con él como Joe Pesci, Sharon Stone y muchos más. Quizás los más destacados dentro de este grupo sean los amigos de la infancia y adolescencia de Marty que parecen sacados de un casting de extras de algunas de sus películas de gangsters.

La serie toca casi todos sus films (salvo la mayoría de sus documentales recientes y HUGO, creo que pasa por todos), se detiene más en unos que en otros, pero se toma el tiempo para analizarlos cinematográficamente, ponerlos en contexto de la época de Hollywood y, sobre todo, en relación a su momento y situación dentro de la historia del cine. Es una saga de intensidades crecientes (de todo tipo), de nervios, de peleas con estudios, de reencuentros, de pasión y, sobre todo, de controversias. Por el tipo de cine abierto y «no masticado» que hace el realizador, sus películas siempre han estado metidas en medio del caos cultural, de TAXI DRIVER a EL LOBO DE WALL STREET pasando por EL REY DE LA COMEDIA, BUENOS MUCHACHOS, CASINO y sobre todo LA ULTIMA TENTACION DE CRISTO.

Su cine es accesible pero no fácil, no apto para estómagos sensibles o aquellos que quieren que sea claro cuáles son los héroes y cuáles los villanos, qué es lo correcto y qué no. Scorsese se anticipó a fenómenos culturales que hoy son constantes y problemáticos. El mundo hoy está lleno de potenciales imitadores de Travis Bickle, Rupert Pumpkin o Jordan Belfort, personas que tomaron esos mundos y esas personalidades que describe Scorsese como algo a imitar, cuando no suele ser el caso. El «problema» es que Marty no sentencia ni condena: confía en la inteligencia del espectador. Y siempre hay alguno que entiende lo que quiere entender.

Scorsese ha pintado ese Lado B de la cultura norteamericana –ese mix de santos y pecadores–, ha cambiado la manera de hacer cine en su país (el uso del montaje, la música, el movimiento de cámara), se ha acercado a la realidad y a la vez ha viajado al territorio más puro de la religión y lo místico, en un intento que lleva ya seis décadas de tratar de entender cómo funciona el ser humano y su relación con un mundo complejo, lleno de «tentaciones», oscuridades y zonas grises. Ya para el último episodio –que se ocupa del cine de Scorsese en este siglo– aparece el hombre más calmo y sabio que conocemos hoy, el que está pendiente de su esposa con Parkinson, el que sale en redes sociales con su hija y el que se transformó en una especie de gurú cinéfilo de cabello y cejas blancas. Pero no siempre fue así. Y la diferencia que hay entre MEAN STREETS y EL IRLANDES es similar a la que hay entre el frenético Marty de Little Italy de los años ’70 al señor anciano y risueño de hoy.

La serie hablará de su batalla casi siempre perdida con los Oscars, de la crueldad de la industria de Hollywood, de su obsesión y su perfeccionismo y, sobre todo, de los ya conocidos temas que abordó a lo largo de su cine. Dejará un poco de lado su cinefilia (uno no entiende cuando tiene tiempo de ver tantas películas además de lo que hace) y análisis críticos más complejos, pero como documental abarcativo sobre un hombre que atravesó seis décadas de cine, es un trabajo extraordinario. El fan reciente podrá satisfacer su curiosidad y explorar todas esas otras películas de Scorsese que aún no ha visto. Los que creemos haber visto y leído casi todo quizás descubramos menos cosas, pero tendremos este álbum de familia como recuerdo para siempre. Un álbum del que, de alguna u otra manera, nos sentimos parte.