Estrenos online: crítica de «Adiós, June» («Goodbye June»), de Kate Winslet (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Adiós, June» («Goodbye June»), de Kate Winslet (Netflix)

La película transcurre antes de Navidad, cuando un giro inesperado en la salud de su madre sumerge en el caos a cuatro hermanos adultos y a su exasperante padre, obligándolos a enfrentarse a las complejas dinámicas familiares ante la posibilidad de una pérdida. En Netflix, desde el 24 de diciembre.

Dos excelentes actrices debutaron como realizadoras este año y las dos hicieron películas con muchos puntos en común. En el Festival de Cannes, Scarlett Johansson dio a conocer su opera prima, Eleanor the Great, mientras que meses después su colega Kate Winslet ofreció la propia, Goodbye June. Las similitudes van más allá del título que nombra a su protagonista. Ambas cuentan historias de dos mujeres de la tercera edad, cada una peculiar a su manera. Y si bien sus tramas y sus temas son muy diferentes, ambas películas dejan entrever una sensibilidad con ese tipo de sagas familiares complejas reflejadas en la piel de una mujer veterana.

Ambos films son bastante más convencionales de lo que uno podía imaginar y ambos pertenecen, a la vez, a un subgénero específico. La de Johansson, a su modo, es una película sobre el Holocausto. Y la de Winslet pertenece al hoy llamativamente popular formato de las «películas de cáncer». Acá la mujer que lo sufre –ya antes de empezar el film– es la June del título (la gran Helen Mirren, excelente como siempre), a quien internan tras la primera escena de la película en la que tiene un accidente que marca una recaída en su delicada salud. Su marido, Bernie (Timothy Spall), parece ser un hombre simple o con pocas luces, también físicamente frágil, por lo que los que se encargan de todo el proceso son sus cuatro hijos, cada uno con sus respectivos asuntos..

La propia Winslet encarna a Julia, la segunda hija en edad pero la más responsable, al menos económicamente, de sus padres. Es una mujer con un trabajo en apariencia importante, con tres hijos y un marido un tanto ausente. Y se maneja un poco como la jefa del asunto. Su relación con Molly (Andrea Riseborough), la tercera de la lista, es tensa, problemática. Molly tiene cuatro hijos –incluyendo un bebé–, un marido un tanto despistado (Stephen Merchant) y todo el tiempo choca con Julia, se irrita con ella. El menor, Connor (Johnny Flynn), vive todavía con sus padres y es el que más emocionalmente devastado por todo lo que pasa. Y luego aparecerá la mayor, Helen (Toni Colette), que vive en Alemania y es una excéntrica coach dedicada a algún tipo de terapia alternativa y holística.

Es claro que la mujer atraviesa sus últimos días –ya está en etapa terminal– y ha decidido quedarse en el hospital, donde la cuida un dedicado enfermero llamado Angel (Fisayo Akinade), y al que van a visitarla constantemente sus familiares. Y esas visitas servirán para ir conociendo la mecánica familiar, las tensiones entre sus miembros y los conflictos que cargan a través de los años. Son los días previos a la Navidad, por lo que la historia terminará teniendo, a su modo, las características de un film de esa temporada, quizás uno un tanto más doloroso que la mayoría.

El gran elenco que tiene el film se esfuerza y en muchas instancias logra hacer brillar a personajes armados de una manera un tanto arquetípica, con los roles muy claramente asignados: la hermana seria, la frustrada, el sensible y la «loca». Un tanto más original, si se quiere, es la pareja protagónica, ya que Spall encarna a un decididamente curioso padre –que gran parte del tiempo solo piensa en comer, beber y dormir– mientras que Mirren, sin casi moverse de la cama, muestra ser capaz de ir manejando los acontecimientos, como si todo fuera un plan cuidadosamente calculado desde el principio. El guión del film es de Joe Anders, que no es otro que el hijo de Winslet con su ex marido Sam Mendes. Más familiar, imposible.

Salvo por ciertas instancias, Goodbye June bien podría adaptarse a una obra de teatro que transcurre en un cuarto de hospital entre una mujer enferma y sus familiares que vienen a visitarla. Los conflictos e historias que surgen ahí no se alejan demasiado de lo previsible, con situaciones vistas en decenas de relatos similares. Lo que diferencia a la película de Winslet, sin dudas, es el nivel de sus actores, que son los responsables de que todo el andamiaje dramático de la película se sostenga y logre, aún con sus problemas, emocionar. Si fuera una canción, la de Winslet sería una con grandes intérpretes haciendo una melodía bastante convencional. La hacen sonar lo mejor posible, pero tampoco pueden hacer magia.