Berlinale 2016: «Cartas da guerra», de Ivo M. Ferreira
Ya hay un premio que la película de Ivo Ferreira seguramente ganará y es el de mejor fotografía, si es que se otorga. No hay dudas que la imagen de la película portuguesa, fotografiada por Joao Ribeiro (TRANCE, OS MAIAS), es una de las mas exquisitas que se han visto en el festival en mucho […]
Ya hay un premio que la película de Ivo Ferreira seguramente ganará y es el de mejor fotografía, si es que se otorga. No hay dudas que la imagen de la película portuguesa, fotografiada por Joao Ribeiro (TRANCE, OS MAIAS), es una de las mas exquisitas que se han visto en el festival en mucho tiempo y uno podría perderse mirando sólo ese costado, tomando en cuenta lo gloriosas y bellas que son las imagenes en blanco y negro que el filme tiene. Pero CARTAS DA GUERRA es más que eso, y si bien el resto de los valores de la película no están a la altura de su fotografía, se trata de otro muy interesante título (y cineasta) portugués a sumar a la lista de los muchos notables nombres que salen de ese país.
La película, como su título lo indica, se centra en la lectura de cartas de guerra. Para ser más precisos, son las enviadas por el escritor Antonio Lobo Antunes a su mujer mientras estaba en el frente de combate en Angola, entre 1971 y 1972. En ese momento, Antonio era doctor en el ejército portugués y las cartas van reflejando sus experiencias en los combates, su cambio de parecer en cuestiones políticas y, fundamentalmente, su nostalgia por volver a ver a su mujer, a su recién nacida hija y retornar a su país mientras la situacion en Africa se estira y empeora.
Las cartas en sí son leídas –modificando el parámetro habitual del cine– por la mujer, lo cual resulta un tanto confuso al principio, pero luego queda claro que en lugar de usar la voz de quien las escribe, Ferreira prefirió usar la de quien las lee. Lo que también queda claro es que el entonces joven médico tiene «pasta» de escritor ya que las cartas tienen un vuelo poético y romántico (por momentos excesivo y casi barroco) muy pero muy alejadas de lo que normalmente se esperaría de unas cartas enviadas desde un frente de combate, si bien en su rol de médico es poco lo que el protagonista ve del frente real.
El formato –textos leidos y muy pocos diálogos dichos «en vivo», la locación, el tema y la propia compañía productora– hace pensar, inevitablemente, en TABU, de Miguel Gomes, una película con la que comparte el mismo universo. Pero se trata de un producto bastante diferente, más estilizado que aquel filme y sin el tono lúdico (y por momentos humorístico) que el otro tenía. Se trata de una película más grave y oscura, mas ostensiblemente «refinada» y confiada en el poder de su combo imágenes + textos.
Y es cierto que la combinación es poderosa. Ferreira (ÁGUAS MIL, EM VOLTA) logra crear un mundo que se siente vívido y real, aún dentro de esa cuidadosa serie de decisiones estéticas. Uno puede sentir en carne propia la densidad, amargura, tensión y violencia de la situación, lo mismo que los momentos aparentemente livianos y aburridos de la vida en un frente de batalla. Pero lo que más se destaca –acaso por el recargado romanticismo de los textos– es la pasión del protagonista por su esposa, a la que dedica un sinnumero de recargados adjetivos que por momentos superan el límite de lo «amoroso» para volverse casi obsesivo. (Nota: Maria Jose Xavier da Fonseca e Costa, la entonces esposa de Antunes, falleció en 1999 y las cartas se publicaron en 2005).
En cierto modo el filme es la puesta en imágenes de esas cartas. Ferreira no necesariamente combina lo que se ve con lo que se va narrando y por momentos el filme toma una forma alegórica parecida a las de las películas de Terrence Malick (especialmente LA DELGADA LINEA ROJA), en las que textos e imágenes se refuerzan entre sí aunque tengan un caracter casi azaroso en cuanto al momento o situación en las que aparecen. Pero en otras escenas –algunas actuadas de forma mas clásica, con dialogos «en vivo»– sí hay una correspondencia mas estrecha entre las experiencias que narra el protagonista y lo que se pone en imágenes.
CARTAS DE GUERRA termina convirtiéndose en una bella y oscura remembranza de la disolución y caída de lo que alguna vez fue un imperio colonizador como Portugal, con un ejército que de a poco va dándose cuenta que tiene poco o ningún sentido lo que están haciendo en ese frente de batalla. Y, en lo personal, es una película acerca del amor y la devoción romántica, de las saudades de un futuro escritor que no puede estar donde quisiera estar, junto a su mujer y a su recién nacida hija, por tener que pelear una guerra absurda.