San Sebastián: críticas de «Pororoca», de Constantin Popescu y «Soldiers», de Ivana Mladenovic

San Sebastián: críticas de «Pororoca», de Constantin Popescu y «Soldiers», de Ivana Mladenovic

por - cine, Críticas, Festivales
27 Sep, 2017 09:59 | Sin comentarios

Estas dos películas rumanas que se presentan en competencia dejan en claro que en ese país se sigue haciendo buena parte del mejor cine de autor actual. Dos filmes muy distintos entre sí que muestran el compromiso de los realizadores rumanos por retratar los conflictos sociales y culturales contemporáneos de su país.

Nadie sabe bien cuál es pero es evidente que los rumanos tienen una fórmula secreta para hacer cine. Se puede intentar replicarla pero siempre se sentirá como una imitación. Uno puede hacer una lista tipo «ayuda memoria» de sus características más reconocibles, pero nunca le saldrá de esa manera. Habrá algo en el aire, quién sabe, que hace que el cine de ese país tenga esa calidad tan particular. Una que, al menos para mí, torna a casi todas las películas de ese origen de la última década o más en algo como mínimo recomendable. Y, en algunos casos, cercano a lo extraordinario.

Dos películas rumanas se presentaron en competencia en San Sebastián. Una de las cuáles califica cómodamente como recomendable y, la otra, bordea lo extraordinario. La primera se llama POROROCA, la dirigió Constantin Popescu, y se centra en una pareja con dos hijos que lleva una vida en apariencia muy feliz y tranquila en Bucarest, la que se interrumpe bruscamente cuando en un parque de la ciudad su hija de 5 años desaparece cuando está con su padre en los juegos infantiles.

Con 150 minutos de duración, la película se toma su tiempo para mostrar la vida de los protagonistas hasta llegar a ese momento clave y dramático que, también, es contado casi en tiempo real. De allí en adelante la película será una historia de disoluciones, tanto matrimonial como personal, ya que el padre entra en una espiral irrefrenable que va de la impotencia a algo parecido a la locura, mientras a su manera trata de encontrar a su hija.

Siendo rumana, obviamente, la película no pondrá el eje en una trama detectivesca sino que se enredará en burocracias imposibles y discusiones legales que derivarán en que el personaje empiece a pensar que no le queda otra que volverse él mismo el perseguidor, algo que el filme cuenta de manera puramente visual. Si bien uno puede encontrar algunos atisbos de fórmula en la película (al menos en relación al sistema narrativo usual en los rumanos) y su final tiene aristas un tanto discutibles, POROROCA es de esas películas que se meten bajo la piel e incomodan, poniendo al espectador a enfrentarse a algunos miedos difíciles de manejar, pasando de la identificación a la distancia con el cada vez más desesperado y desesperante protagonista.

SOLDIERS. STORY FROM FERENTARI, de Ivana Mladenovic, marca un punto de inflexión o una diferencia en el modelo de relato dentro del cine de ese país. Si bien mantiene la costumbre de las escenas largas y que parecen desarrollarse en tiempo real, la apuesta de Mladenovic bordea casi el documental, observando la vida en Ferentari –un barrio humilde y bastante peligroso de la ciudad habitado mayormente por romaníes– a partir de la llegada al lugar de un antropólogo que está haciendo una tesis sobre la música «manele», el pop bailable y/o romántico que consume buena parte de la comunidad antes conocida como gitana.

Pero pronto la película tomará como eje la relación que este hombre empieza a mantener con un ex presidiario que vive allí, relación que se volverá sexual y que se tornará historia de amor con una serie de aristas complicadas, tanto por las diferencias sociales y culturales entre los personajes como por las dificultades específicas de llevar una relación homosexual en ese marco y contexto. La película será bastante franca y realista en su manera de tratar el tema pero siempre se escapará de lo previsible prefiriendo centrarse en ciertos detalles y en tensiones específicas de una relación de ese tipo, en ese lugar y con personajes con tantas diferencias de todo tipo.

La película irá de la intimidad de esta inesperada pareja a observar el contexto que los rodea y el lugar también que la música popular tiene en ese ámbito poco retratado en el cine. Pero más que cualquier otra cosa será una historia de amor en la que las necesidades mutuas, la utilización y los juegos de poder se cruzarán con el deseo humano y real de compañía, apoyo y cariño. Una película que invita a mirar también otras formas y a abrir perspectivas novedosas para el cine rumano del futuro.