Cannes 2018: crítica de «Capernaum», de Nadine Labaki (Competencia)
Recibida en el festival con una ovación de 15 minutos, la película de la directora libanesa de «Caramel» se centra en un chico de Beirut que, tras sobrevivir a un sinfín de penurias y desventuras, se decide a llevar a juicio a sus padres por haberlo traido al mundo. Más allá de los importantes temas que trata es un filme manipulador y efectista sobre la pobreza y la infancia en el Tercer Mundo.
CAPERNAUM es el tipo de película que gana premios, ovaciones de pie, recomendaciones de políticos de turno y que se usan para campañas de concientización sobre la pobreza en el Tercer Mundo, el sufrimiento de los niños, la pedofilia y hasta puede ser citada en alguna discusión sobre el aborto. Es un catálogo, como los de ropa, pero las distintas opciones del dolor. Tiene a su favor dos elementos importantes: está realizada de manera competente y tiene un protagonista tan carismático que por momentos uno puede olvidarse que está siendo manipulado como las pastillas de antidepresivos que el niño mezcla con agua para vender en la feria como «shots».
El protagonista es un chico de probables (nadie sabe bien) doce años llamado Zein. Y la historia arranca de una manera original pero que deja entrever la lógica del filme: el niño está en la cárcel por un crimen que cometió (luego se revelará cuál fue) y desde allí ha decidido llevar a juicio a sus padres por haberlo hecho venir al mundo. El juicio, que es más un punto de partida dramático que otra cosa, es el eje sobre el que pivotean los flashbacks que recuentan la historia. La película trancurre en el pasado y se divide en dos grandes partes.
En la primera se muestra a Zein y sus hermanos (varios, ni él sabe cuántos son) viviendo todos juntos y durmiendo una misma cama mientras venden jugos y otras cosas al paso en la calle sin ser casi atendidos por sus padres. Los chicos están adaptados a esa vida caótica y difícil, pero lo que más le preocupa a Zein es saber que su hermana ha menstruado por primera vez y que sus padres ya pueden ofrecerla en matrimonio a uno de los babosos comerciantes con negocio en la calle. La hermana tiene… once años.
El segundo gran bloque lo muestra a Zein en otra parte de la ciudad, en la que intenta conseguir trabajo en un tristísimo parque de diversiones, sin conseguirlo. Sin lugar donde parar termina viviendo en lo de una mujer de origen etíope que trabaja en el parque en cuestión y que tiene un bebé pequeño. El siempre determinado, intenso y muy responsable Zein termina siendo «babysitter» del bebé mientras su madre se ocupa de otros trabajos mientras intenta conseguir la ciudadanía libanesa. Ese trabajo se volverá más largo de lo pensado cuando la mujer se ausente por un buen tiempo por motivos que tampoco sabremos hasta el final.
El esquema es sencillo. En un estilo tomado del neorrealismo pero pasteurizado a lo largo de los años por los festivales de cine y los estudios de Hollywood (un neorrealismo UNICEF, una pornomiseria para burgueses sensibles del Primer Mundo), Labaki muestra a este chico valiente y resistente hacerle frente a todos los males del Tercer Mundo. Además de la pobreza y el hacinamiento –al que ya están acostumbrados– hay que sumarle la pedofilia, el tráfico de niños, la violencia de género/sexual y la sensación de que nadie debería traer hijos al mundo si no está dispuesto al menos a cuidarlos y protegerlos un poco.
Las ideas, especialmente la última, son importantes y –se puede decir– hasta necesarias, pero el formato en que están envueltas es problemático. La manipulación emocional que hace Labaki, especialmente a partir de la mitad de la película, cuando Zein se queda cuidando al bebé, se va volviendo tan excesiva y obvia que uno no puede evitar sentirse usado, violentado por emociones que la película no evoca sino que te tira por la cabeza. De hecho, la actuación de Zain Alrafeea, que encarna al protagonista, es tan buena –y el niño es tan perspicaz y noble– que hasta la misma idea de hablar de la interrupción del embarazo en función de estas circunstancias es endeble. La película es, en ese sentido, contraproducente, ya que el más humano de los personajes es el que enjuicia a sus padres por haberlo traído al mundo.
Como sucede en muchas de estas películas que explotan de manera pornográfica la miseria disfrazándola de «colorida pobreza tercermundista» es el modo, la forma, lo que fastidia. Como sucedió con YOMEDDINE y GIRLS OF THE SUMMER, las dos peores películas vistas en la competencia, CAPERNAUM (que, hay que decirlo, funciona bastante mejor que las otras dos) confunde denuncia con miserabilismo, emoción con manipulación y potencia dramática con efectismos varios. Cuando la cámara, seguramente en un drone, se pasea por los techos de Beirut mostrando a sus habitantes más pobres como insectos en un laberinto infernal, la operación queda más clara que nunca.
Sin duda, un gran escollo visionar cuando la obviedad se impone. Ahora, ¿no era éste el mismo tenor de una peli, coproducción franco-turca, que se presentó en Cannes y se llevó muchos premios y hasta una postulación al Óscar? Mustang, creo se llamaba. ¿No recuerdo que señalara eso mismo que sí advirtió en ésta?
«Que uno no puede evitar sentirse usado, violentado»… ahora resulta, que aquí lo principal es dejar bien claro lo conceptual del neoriberalismo y presentar a usted el mensaje correcto a trravés de la «no manipulación» de las emociones, vamos que usted deba no sentirse utilizado para poder coger el mensaje bonito y de una manera correcta. Que ridículo, en mi México somos muchas personas las que luchamos porque dejemos de ser el infame primer lugar en consumo y distribución en pornografía infantil, y usted se siente utilizado y violentado por la película ja! No me joda, que la palabra tenga que ser usada por alguien desde su computadora, quejándose de la pornomiseria de una película, cuando si existe algo más vano y dentro de la pornomiseria es criticar una película sobre problemas reales y delicados de la vida
Excelente comentario.
Este tipo es un estupido!
Mis felicitaciones por su comentario!
Excelente película, el actor nos hace recordar a James Deam
Completamente de acuerdo
Imbecil!!!!!
Excelente…
Me parece que es una película, cruda pero real, y que lamentable que hiera la sencilbilidad del crítico, que con sus palabras deja de manifiesto que no conoce estas realidades y cuando se las muestran un poco se siente manipulado.
Totalmente de acuerdo con este comentario
Jaquemate
Con críticas como ésta usted sólo ayuda a hacer un mundo peor. Está claro que no es tan listo ni tan moralmente superior como se piensa.
Si se siente manipulado por una película como esta, es que no vive en un país como lo nuestros
Hay una cosa importante que se debe saber diferenciar: la realidad de un país (que puede ser igual o aún peor de lo que se ve en la película) y su forma de representación cinematográfica. Negar la calidad de una película no es negar los problemas de una sociedad. Son ejes de discusión distintos.
Saludos,
D
Hola Diego.
Lo que dices es cierto en un 80 u 85 %.
Pero hay una cosa que se te olvida indicar: ésta es una pelïcula de esas que son absolutamente necesarias. Lo siento.
Solo tengo una palabra para este crítico: ESTUPIDEZ SIN FILTRO
Cuando busque sobre esta película, uno de los primeros enlaces que me tiro google fue este.
Una critica pedorra de una persona pedorra que cree saber criticar cine.
Es un peliculón y lo dirige una mujer.
Dos factores que se complementan a la perfección.
Saludos! ❤
La verdad su crítica es pésima, los detalles ya lo han referenciado los comentarios anteriores. Llena de bajeza intelectual su mirada.
Ignorante bruto resentido, propio de quienes siguen promoviendo que a la pobreza hay que ocultarla.
A quienes comentan… vieron la película?
Excelente película pero deja en el aire un mensaje muy simplista,: hay que detener la procreación de hijos!, argumento tan usado por las «buenas» ONGs promotoras del aborto y cuyo papel lo juegan los rubios, los buenos de la película, los que sí pueden hacer algo. El verdadero problema es mucho más profundo que eso, el verdadero problema se deja ver en la película en ese derroche de guerra que vuela por los aires como pálaros aciagos, me refiero a los mercaderes de la guerra y la pobreza que pasan en helicópteros.
Me vi la pelicula pero quede corta porque el final no se ve que hicieron con zair despues que le tomaron la foto…??
Soy latinoamericano. No me extraña que en tu sesgada crítica hayas olvidado mencionar otro tema presente en la película: las migraciones ilegales que tanto les molesta a los europeos. Cuando la denuncia te toca, la película resulta criticable. La vieja e insaciable Europa no es ajena a la miseria del Tercer Mundo. Cuando alguien lo muestra les molesta.
El tramadol no es un antidepresivo, es un analgésico parecido a la morfina. Informarse para no desinformár
De verdad eres critico de de cine? entre otros …….
Un critico no deberia ser imparcial ?
Buenas tardes, q lastima q una persona tan ignorante, se atreva a hablar de un tema tan relevante, q atañe a tantos a nivel mundial. Pornomiseria q afecto su sencibilidad, pobre diablo! … La realidad lo insulto, yo he visto más miseria, tragedia y dolor, en una cuadra de barriadas, q para su desconocimiento y evaciòn, son tan verdaderas como crueles. Informese, por ello, esta peliculs fue ovasionada, por lo real y necesaria, para q tontod como usted, aprendan
¿Manipulado, usado y violentado?, me pregunto, ¿por qué ves películas? En todas se apela en mayor o menor medida al uso de la razón y a mover emociones y conciencias, si no quieres sentirte así ponte a mirar pedazos de cartón sobre una pared y te sentirás tal cual, pero al fin y al cabo es lo que parece que buscas.
Claro, cualquier obra de arte que describe, representa o denuncia una realidad trágica, explota esa realidad de manera pornográfica. Además, la mayoría de los directores de cine intentan provocar emociones, interés y admiración con el único objetivo de ganar dinero y manipular nuestras opiniones. La guinda sobre esta patética crítica es el uso de la palabra dron con E final. Typical.