Estrenos: crítica de «Liberami», de Federica Di Giacomo

Estrenos: crítica de «Liberami», de Federica Di Giacomo

Este muy buen documental italiano que compitió el año pasado en BAFICI se centra en una iglesia siciliana en la que se practican exorcismos y en las personas que van allí tratando de «liberarse de sus demonios».

Este documental italiano apunta a un tema controvertido: la relación de la Iglesia con el exorcismo. El filme se centra en un cura italiano que en un pueblo de Sicilia realiza exorcismos, tanto en misas generales como en citas particulares y, lo que es más absurdo aún, por teléfono. Hacia él van decenas, cientos de personas con evidentes problemas psiquiátricos quienes, junto a sus familiares, recurren a religiosos de este tipo que, por lo general, recitan similares mantras (en plan “fuera Satánas”) y les dicen a las familias que todo pasará si creen más en Dios y van más seguido a la Iglesia. A su Iglesia.

El filme hace foco en un grupo de personajes –una mujer y una adolescente que sufren ataques y un joven adicto con tendencia a actos violentos– y los muestra, tanto en la iglesia como en sus casas, haciendo sus sesiones y atravesando momentos de aparente posesión demoníaca. La directora los filma muy de cerca, pero no subraya ni toma posición directa respecto a lo que vemos, por lo que dependerá en muchos casos de cómo cada espectador se relacione previamente con este tipo de creencias si toman a estas prácticas como absurdas o sensatas. Pero todo parece indicar que hay mucho de “chanta” en el cura en cuestión (luego veremos que hay más, muchos más, y que la práctica están en franco crecimiento) y mucha confusión y miedo en los personajes “poseídos” y, especialmente, en sus familiares.

La presencia excesivamente cercana de la cámara es, sin duda, un elemento a tomar en cuenta, ya que es inseparable de esas “performances” de posesión demoníaca. Entendiendo que los familiares dieron permiso para ser filmados, es difícil saber hasta qué punto la cámara no es un elemento que modifica o altera los comportamientos de personas que, es evidente, están realizando algún tipo de llamado de atención o pedido de auxilio. Si los medicamentos no pueden y el cura tampoco, tal vez las cámaras los salven de Satanás.

En el MALBA, los sábados a las 22.