Ciclos: «La pasión de Juana de Arco», de Carl Theodor Dreyer (Sala Lugones)

Ciclos: «La pasión de Juana de Arco», de Carl Theodor Dreyer (Sala Lugones)

por - Ciclos, cine, Críticas
31 Jul, 2019 02:10 | Sin comentarios

El clásico de 1928 se exhibe el sábado 3 y el domingo 4 de agosto a las 14, 16.30 y 21.30 en la Sala Leopoldo Lugones, en el marco del ciclo «La Pasión Según Carl Theodor Dreyer».

El habitual centro de atención de toda retrospectiva de Dreyer suele ser, con lógica, LA PASION DE JUANA DE ARCO. Si bien el realizador ha hecho otras grandes –y en mi opinión, aún mejores– películas en su carrera, esta quedará como un hito histórico por motivos que conviene recordar. Por un lado, claro, la célebre actuación de Falconetti, considerada como una de las mejores de la historia del cine, un milagro de tensión, sufrimiento y entrega de una actriz que parece tan «poseída» como su personaje. La mirada intensa, casi sacada, de Falconetti es algo que ninguno que vea esta película podrá olvidar, lo mismo que las distintas emociones que atraviesan su rostro mientras el juicio a Juana de Arco va yendo por los caminos trágicos y terribles que todos conocemos.

El otro motivo se conecta con el de Falconetti y tiene que ver con la decisión de Dreyer de hacer pasar casi todo el drama de este film mudo por el rostro de la actriz ajustando el tamaño de sus planos a la extensión de sus facciones. Cada plano de Falconetti es un primer plano furtivo, audaz, de una cercanía violenta, que desafía la distancia que un espectador solía tener con los personajes/actores. La intensidad de la expresión de la actriz y la intimidad de la cámara convierten a Juana de Arco en un personaje que prácticamente se desarma y rearma ante nuestra cercana mirada.

Si bien la película comienza aclarando que existen registros de cómo fue todo el juicio a Juana de Arco, es obvio que al ser una película muda el detalle de las «minutas» no aparece y es a través de los intertítulos como vamos viendo los giros dramáticos. LA PASION DE JUANA DE ARCO puede dividirse en tres actos. La acusación y la defensa, al principio, con los clérigos reiterando sus acusaciones de blasfemia a «Jeannette», ocupa la primera etapa del film. La segunda la encuentra en otro ámbito de la iglesia, donde el debate pasa por aceptar o no firmar una nota que le evitaría ser condenada a la pena de muerte. Y la tercera, en la que vemos a Juana en la hoguera y la reacción popular que eso provoca.

Además de la ya mil veces analizada combinación entre la dimensión de los planos y la performance de Falconetti, LA PASION DE JUANA DE ARCO, estrenada en 1928, otro detalle importante de la película es su rigurosidad escenográfica, la manera expresionista de combinar ángulos de cámara y estilos de actuación y un montaje que no responde a los cánones ni a las convenciones clásicas, ya que Dreyer opta la mayor parte del tiempo por yuxtaponer imágenes que no tienen necesariamente una relación estrictamente visual entre sí sino más bien una del tipo plástico.

La película no tiene planos generales y jamás vemos planos de establecimiento de cada uno de los escenarios. Hay, si, un par de tracking shots que permiten adivinar el espacio físico en el que se desarrolla el juicio. Pero, más allá de eso, todo está narrado a través de primeros planos o planos medios hasta llegar al final donde el caos que se produce luego de la hoguera lleva a un trabajo de edición de tipo más dramático y virulento.

Hay una clara decisión de Dreyer, ya en ese entonces, de no perder el tiempo ni con presentaciones de personajes ni escenarios. Se asume que el espectador conoce lo que va a ver y la película se centra en el hecho en sí, sin casi elementos externos, de una manera económica y rigurosa que luego será retomada, con estilos diferentes, por Robert Bresson y Bruno Dumont (no así por Luc Besson, que apostó más bien por todo lo contrario). El hecho de que Falconetti no haya vuelto a actuar jamás también convierte al film en un documento histórico de esa performance, dando la posibilidad de pensar que no es una actriz sino la propia Juana haciéndose carne, gracias a la magia del cine, en la pantalla.

LA PASION DE JUANA DE ARCO (1928) se exhibe el sábado 3 y el domingo 4 de agosto a las 14, 16.30 y 21.30 en la Sala Leopoldo Lugones, en el marco del ciclo «La Pasión Según Carl Theodor Dreyer». Info completa del ciclo, por acá.