Locarno 2019: crítica de “Douze mille “, de Nadège Trebal
Curiosa, simpática y original es esta película francesa que combina drama social con comedia musical y que se exhibe en la competencia del festival suizo.
En la curiosa y original DOUZE MILLE, una suerte de comedia dramática con toques de musical, un hombre pierde su informal trabajo y toma la decisión de irse lejos de su pareja para conseguir los “doce mil euros” a los que hace referencia el título del film y que ambos necesitan para aportar de manera equitativa a la pareja. La suya es una relación particular basada en una altísima compatibilidad sexual (se miran y ya van directo al grano) y una conexión física que los lleva a bailar en cualquier circunstancia. Más que bailar, digamos, lo que ambos hacen —más él que ella, en realidad— es usar sus cuerpos de maneras graciosas, que en algún punto les dará sus réditos.
El viaje de Frank, seductor y pícaro, le resulta un tanto incómodo a Maroussia, pero él está muy enamorado de su mujer y le asegura que conseguirá el dinero trabajando duro y volverá. Claro que las cosas no son tan así. El trabajo prometido se esfuma en un instante, termina viviendo en la casa de un colega de esa fábrica y enredándose en sus propios problemas (la escena que juega con la madre de su muy joven amigo es brillante), lo que de a poco termina llevándolo a engancharse con otro personaje extraño, una bella mujer que roba en depósitos de aduana. Entre ambos empieza una relación laboral/musical muy curiosa que hay que verla para creerla.
La directora, que encarna a Maroussia, va incorporando de a poco motivos musicales y coreográficos a su película. Unos bailecitos de Frank por dinero se convierten en números musicales hechos y derechos una vez que conoce a la seductora landronzuela y a las chicas que trabajan con ella. En su bizarra serie de aventuras, Frank empieza a juntar cada vez más dinero y a dudar si quiere o no regresar a su vida previa.
La película puede ser irregular y las acciones de los personajes no siempre entendibles, pero están claramente dentro del marco lúdico que propone Trebal, cuya mezcla de realismo laboral y estilizado musical hace pensar por momentos en películas como la portuguesa UNA FÁBRICA DE NADA o experimentos franceses a la Leos Cárax. El trabajo, el dinero, el amor, el sexo, la música y el baile son los elementos principales de un film que nunca deja de sorprender al espectador, aunque por momentos sea para irritarlo o confundirlo. Eso, en medio de tantas películas que parecen formateadas en laboratorios, se agradece muchísimo. Es una loca aventura que no se olvida fácilmente.