Estrenos online: crítica de «Campamento extraordinario», de Nicole Newnham & Jim LeBrecht (Netflix)
Este documental –que fue nominado al Oscar en su género– se centra en las luchas llevadas a cabo por personas con discapacidad, durante décadas, para que se reconozcan sus derechos en los Estados Unidos.
Presentada en el Festival de Sundance y estrenada en Netflix poco tiempo después, este efectivo, potente y sólido documental se centra en la lucha de las personas con discapacidad por obtener derechos civiles que les permitieran estar en igualdad con el resto de las personas en los Estados Unidos. Y si bien el título del film parece hablar de otra cosa, en realidad hace referencia al campamento que fue el punto de partida de ese movimiento que, de una manera muy esforzada y de ribetes heroicos, fue consiguiendo avanzar en esas legislaciones.
El «Crip Camp» (dicho o escrito así, suena un tanto ofensivo, pero es como ellos mismos lo llamaban) fue un campamento que, a finales de los años ’60 y en plena explosión del hippismo en los Estados Unidos, se dedicaba a trabajar con personas con discapacidades de todo tipo. En una época en la que muchas familias enviaban a sus hijos a instituciones que usaban metodologías casi medievales, un lugar como el Camp Jened era una especie de oasis de liberación en el que los jóvenes podían interrelacionarse, divertirse, ser escuchados y disfrutar del medio ambiente de maneras imposibles casi en cualquier otro lugar. Y si bien a la distancia parece todo el tiempo bordear el caos, el lugar dirigido por un tal Larry Allison era algo así como el Woodstock para estos chicos y jóvenes, que recuerdan esa experiencia como uno de los mejores momentos de su vida.
La experiencia en Jened –que está documentada con un extraordinario material capturado en 16mm., por un grupo de jóvenes cineastas y activistas que lo filmaron en esos años– ocupa la primera parte de CAMPAMENTO EXTRAORDINARIO. Allí conoceremos a los principales protagonistas de esta historia, algunos de los cuales –muchos de ellos fallecieron– recuerdan su experiencia desde la actualidad. Está el propio codirector, LeBrecht; la pareja que compondrán Denise Sherer Jacobson y Neil Jacobson y, fundamentalmente, Judy Heumann, una mujer que marcará la principal conexión con la etapa siguiente, ya que ella fue la que lideró las sucesivas marchas, campañas y demostraciones tendientes a conseguir que el Estado tomara en cuenta sus derechos.
De ahí en adelante la película se centrará en las distintas etapas, contratiempos e idas y vueltas de sus intentos por pasar legislación que les permita accesos adaptados a edificios públicos, transportes, escuelas y rampas en las calles, hasta llegar al Acta de 1990 que prohibiría cualquier tipo de discriminación. Cada reclamo suyo solía ser pasado por alto, por lo cual debían optar por manifestaciones y hasta huelgas de hambre que, para muchas personas con severos problemas físicos, eran extremadamente complicadas de llevar adelante. Fue una lucha contra varios gobiernos (Carter, Reagan, Bush) hasta llegar a que sus reclamos sean escuchados. Aún así, por más legislación que se pasara, muchas cosas que se prometían luego en la práctica no se cumplían.
Con un gran material de archivo, una notable intimidad con los personajes y con el mundo que retrata, CAMPAMENTO EXTRAORDINARIO pone en primer plano una lucha por derechos civiles que alcanzaba en ese momento a más de 40 millones de personas –Heumann decía que eran la principal minoría del país– y que no ha sido celebrada o contada lo suficiente en términos cinematográficos. O, al menos, no tanto como otras luchas similares. Con producción de Barack y Michelle Obama, esta película tuvo el apoyo necesario para superar lo que seguramente también habrán sido impedimentos para financiarla. Como bien lo dicen muchos de los entrevistados, una cosa es lograr esos derechos y otra es que la sociedad toda cambie sus actitudes respecto al colectivo de personas con discapacidad. Películas como ésta sirven para que eso termine de una vez por todas de cambiar.