Estrenos: crítica de «La escuela del bosque», de Gonzalo Castro (Sala Lugones)
En su primera película desde 2012, el realizador de «Resfriada» se centra en un grupo de argentinos que viven en Barcelona, haciendo eje en una madre, su hermana y su hija. En la Sala Lugones desde el jueves 17.
Rodada en Barcelona y en blanco y negro, L’ESCOLA DEL BOSC –tal es su apropiado título en catalán– es una muy honesta y sentida película acerca de la experiencia de unos argentinos en Cataluña. María (Guillermina Pico) es una mujer de treintaypico que vive allí hace años, está divorciada y tiene una pequeña hija. A lo largo de una serie de encuentros –y desencuentros– en plan un tanto nouvelle vague, María va manteniendo una serie de diálogos con personajes importantes –y no tanto– con los que vive o se cruza en su vida cotidiana: su hija (y un amigo de ella), algunas amigas, su jefa en la librería en la que trabaja, su ex marido, una dupla de músicos (Gastón Solnicki y Mariano Malamud) y, fundamentalmente, con su hermana menor, Iara, que ha llegado a Barcelona a pasar un tiempo.
En las conversaciones con Iara surgen conflictos ligados a ellas dos, a la relación que tienen con sus padres, a sus relaciones afectivas individuales y a la distancia que tienen una y otra (broncas acumuladas y cosas nunca dichas entre la que se fue y la que se quedó) en una serie de charlas que fluyen con tal naturalidad que uno tiene la sensación de estar espiando la vida de toda esta gente, como si el espectador fuera en cierto modo la cámara o fuera invitado a ver las home movies de alguien.
En otras situaciones que se van sucediendo en esta película que debutó en el Festival de Mar del Plata hace ya dos años se habla de una mudanza que Iara no quiere hacer (vive en una casa muy cómoda en el barrio de Gracia e irse de allí a las afueras de la ciudad implica muchos cambios, incluyendo llevar a la hija al colegio que da título al film) y también se discuten cuestiones identitarias entre argentinos y catalanes, los que van y vuelven y los que se quedan allí.
Después de mucho tiempo de «retiro» del cine (su última película, DIORAMAS, es de 2012 y sus cuatro películas se condensan entre el 2008 y ese año), el escritor, editor y cineasta regresa como acostumbra –con una película hecha en solitario en términos técnicos– y yendo más a fondo a la hora de explorar las vidas de personajes que, en este caso, viven en un espacio intermedio entre el aquí y el allá, y entre el pasado, el presente y el futuro.
En la Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (Av. Corrientes 1530): Jueves 17, viernes 18 y sábado 19 de noviembre, a las 21; martes 22, miércoles 23, jueves 24 y viernes 25 de noviembre, a las 18.
