Estrenos online: crítica de «Unos suegros de armas tomar» («The Out-Laws»), de Tyler Spindel (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Unos suegros de armas tomar» («The Out-Laws»), de Tyler Spindel (Netflix)

Los misteriosos padres de la novia de un timorato gerente bancario reaparecen, tras varios años sin verla, para su boda. ¿Tendrán acaso otras intenciones? Adam DeVine, Pierce Brosnan y Ellen Barkin protagonizan esta comedia que estrena Netflix el 7 de julio.

La productora Happy Madison, de Adam Sandler, no solo genera material para su estrella sino también para muchos de sus colegas y amigos, como Rob Schneider, Kevin James y David Spade, entre otros. De hecho, el realizador de THE OUT-LAWS (el título en castellano duele a los oídos) ya había trabajado para Sandler y su compañía en LA OTRA MISSY, una bastante divertida comedia que se estrenó a principios de la pandemia. Aquí el beneficiario de los millonarios acuerdos de Sandler es Adam DeVine, un comediante al que usualmente vemos en roles secundarios, como en la saga PITCH PERFECT.

En esta comedia con toques de thriller lo rodea un elenco de figuras conocidas –y veteranas– como Pierce Brosnan, Ellen Barkin, Julie Hagerty y Richard Kind–, pero el centro de la acción pasa él, que interpreta a Owen, joven gerente de una sucursal de un pequeño banco que está planeando su casamiento con Parker (Nina Dobrev), una profesora de yoga a la que conoció en una clase. Entre nerd y tontuelo, con dos padres bastante peculiares (Hagerty y Kind), a Owen le llama la atención que los padres de la novia no sean parte de su vida. Pero, por lo que sabe, hace tiempo que viven con una tribu indígena en algún país latinoamericano y no se sabe casi nada de ellos.

La sorpresa es que los padres de Parker (Brosnan y Barkin) deciden aparecer en la boda, para alegría de todos (bah, menos de los padres de Owen, que miran todo con desconfianza). Alguna razón tendrán porque pronto queda claro que los padres de la chica no solo han mentido respecto a su vida sino que esconden otras cosas. Y cuando dos personas encapuchadas físicamente muy parecidos a ellos entran a robar el banco de Owen, al chico le queda claro que los culpables son ellos. Es así que inicia por su cuenta una investigación, convocando a un torpe agente federal (Michael Rooker), para que lo ayude a desenmascarlos. Pero rápidamente quedará en evidencia que hay más cosas sucediendo por detrás.

THE OUT-LAWS no es una gran comedia ni mucho menos, pero funciona razonablemente bien para las módicas expectativas que uno tiene respecto de este tipo de producciones tan de fórmula. Hay algunos buenos momentos cómicos –en general ligados a las apariciones de algunos de los padres de la pareja, cuatro actores con mucho talento para la comedia– y ciertas vueltas de tuerca narrativas tienen su gracia. Cuando la película intenta pasar a la acción, con escenas llamativamente violentas para el tono de general que propone, se pierde un poco esa liviandad y todo se vuelve bastante más aparatoso y chato.

Aún así, hay momentos divertidos que logran escapar a la medianía de la propuesta. DeVine es responsable de algunos, especialmente cuando se junta con la dupla Brosnan-Barkin, ya que ellos son duros y severos mientras que Owen es todo lo que odian, entre bobalicón y pusilánime, lo cual genera algunos chispazos simpáticos. Owen, además, está enamorado de su hija, lo cual quizás le haga descubrir recursos que ni él sabe que tiene. Más allá de que sus roles son breves, cada vez que aparecen Lauren Lapkus (la estrella de LA OTRA MISSY), Poorna Jagannathan (NEVER HAVE I EVER) o Lil Rel Howery (de HUYE!), se roban todas la atención.

Amable, menor, fallida pero finalmente simpática, THE OUT-LAWS no es ni una gran sorpresa de la cadena de producción de Happy Madison para Netflix ni tampoco una película para pasar de largo. Conserva muchos de los mismos códigos que los films de Sandler –la mezcla de comedia y acción, los chistes gruesos, cierto cariño y ternura por sus ridículos personajes, un elenco de talentosos comediantes y una realización formalmente bastante chata– y permite, para los fans de la saga James Bond, ver a Brosnan no solo haciendo escenas de acción sino homenajeando, literalmente, a su 007.