Series: crítica de «Siempre el mismo día» («One Day»), de Nicole Taylor (Netflix)

Series: crítica de «Siempre el mismo día» («One Day»), de Nicole Taylor (Netflix)

Basada en la novela de David Nicholls esta serie sigue las vidas, en común y por separado, de Emma y Dexter, dos amigos que se conocen en la universidad. Estreno de Netflix.

Más allá de que muchas cosas importantes en la vida de Emma y Dexter pasan siempre en el mismo día, no hay elementos de realismo mágico ni nada parecido en SIEMPRE EL MISMO DIA, pese a lo que da a entender el título local (el original, ONE DAY, es más amplio) que sugiere algo parecido a lo que pasa en HECHIZO DEL TIEMPO. Aquí no hay nada de eso o, si lo hay, es solo metafórico. Se trata de una historia de amor, amistad y peleas entre un chico y una chica que se conocen el último día de la universidad y que cuenta lo que les va pasando, juntos y por separado, a lo largo de casi dos décadas. Esa fotografía anual es siempre la misma (el 15 de julio, o St. Swithin’s Day, un día con su propio folklore, no tan distinto al del Día de la Marmota), pero las circunstancias, año a año, son muy diferentes.

Adaptada de la popular novela de David Nicholls publicada en 2009 y que fue llevada ya al cine por la danesa Lone Scherfig en una fallida película de 2011 protagonizada por Anne Hathaway y Jim Sturgess, ONE DAY –que se extiende durante 14 episodios– arranca en 1988 y culmina en 2007 utilizando una estructura que tiene reminiscencias de la trilogía ANTES DEL…, de Richard Linklater, y de la novela también convertida en miniserie NORMAL PEOPLE, pero que podría retrotraerse a CUANDO HARRY CONOCIO A SALLY, también centrada en una relación ubicada en una zona un tanto gris entre la amistad y el amor.

El 15 de julio de 1988, en la fiesta de fin de curso de la uni, Emma Morley (Ambika Mod, de THIS IS GOING TO HURT) conoce a Dexter Mayhew (Leo Woodall, de la segunda temporada de THE WHITE LOTUS). Ella es una chica un tanto nerd y politizada que tiene un grupo de amigas de clase media, muy alejadas del mundo en el que se mueve Dex, un joven rubio de clase alta, amigos ricos y modales un tanto pedantes, al que no le interesan ni las noticias. Emma y Dex conversan, beben y se van al cuarto de ella en una noche un tanto enrarecida que se va más en charlas y dudas que en cualquier cosa ligada al sexo. Comparten la mañana siguiente, paseando y conversando más, y cuando Dex se encuentra con sus padres, se va cada uno por su lado y se separan. ¿Para siempre?

No será así. Quedarán amigos y la serie irá recuperando sus historias paralelas durante la década y pico que sigue, haciendo eje fundamentalmente en los años ’90, con sus cambios de moda, su música (ver banda sonora abajo) y sus costumbres. Cada episodio se ocupa de un año en particular y son muy distintos entre sí. Algunos incluyen encuentros entre ambos, otros de cada uno por separado y están los dedicados a un personaje en el que el otro ni siquiera aparece.

Allí se verán los problemas de Emma para salir adelante con su carrera de escritora, sus frustraciones románticas, sus problemas laborales como maestra y sus dificultades económicas. Lo de Dexter es casi opuesto en lo profesional: le va muy bien como conductor de programas de música, entretenimiento y deportes en la tele (una suerte de conductor de MTV) y se hace famoso, pero también la pasa mal por asuntos románticos y familiares. A lo largo del núcleo central de ONE DAY se irán encontrando, a veces pasándolo bien juntos y, en otros, peleándose y marcando más claramente sus diferencias. Más allá de eso, es evidente que, de algún modo u otro, se adoran.

Si bien los 14 episodios exigen un compromiso importante de tiempo, son por lo general breves (entre 20 y 35 minutos la mayoría), SIEMPRE EL MISMO DIA funciona porque va planteando no solo la historia de la relación sino las distintas maneras en las que las vidas de los dos va cambiando entre los veintipico y los cuarenta. La vida de Emma puede parecer complicada en un momento pero luego mejorará, mientras que la de Dexter parece ir en un camino opuesto. Diferencias sociales, étnicas y de costumbres son los otros elementos que aparecen, más que nada a partir de los personajes secundarios: amigos, familiares, compañeros de trabajo y otras parejas.

Es una serie emotiva y simpática, con grandes momentos y otros un tanto más olvidables, en la que lo más rico pasa por esos giros –algunos esperables, otros no tanto– que va dando la vida de cada uno de ellos, juntos y por separado. Lo que falla, para mí, tiene que ver con el elenco o, si se quiere, uno de los personajes. Es que así como Emma es encantadora, graciosa e inteligente –y Mod encuentra ese tono a la perfección, en una decisión inesperada pero valiosa de casting–, el Dexter de Woodall es un tipo muy poco interesante. Un buen pibe, amable y relativamente carismático, que va perdiendo las formas a partir de la fama, Dex en el fondo es, como muchos lo acusan por su rol en la tele, un personaje un tanto hueco, sin demasiada tela para cortar. Llama la atención, de hecho, la devoción que Emma tiene por él, más allá de los motivos obvios.

Sorprende también que esta adaptación haya mantenido la época de la novela original (las experiencias de Emma y Dex, si bien son bastante universales, se corresponden a las de los nacidos en la segunda mitad de los años ’60 y que hoy andan por los 55-60 años), pero tengo la sensación que, igualmente, todos aquellos que ya pasaron o rondan los 40 podrán identificarse con las idas y vueltas de los personajes a lo largo de esos años y hasta con la selección musical que recorre la historia del pop británico desde, digamos, New Order a Cat Power, pasando por Cocteau Twins, The The, Blur, Radiohead, Primal Scream, Portishead, Suede y otros grupos y solistas exitosos en los ’90.

La estructura anual ayuda a que los espectadores vayan llenando los huecos –a veces de a poco– de lo que fue pasando a lo largo del tiempo en el que no vemos a los protagonistas. Y por más que suene un tanto excesiva la cantidad de cosas que, sí o sí, pasan el mismo día, ONE DAY se permite ese juego lúdico de imaginar que existe una jornada importante a lo largo de nuestras vidas en la que nos pasan cosas decisivas. En la complicada historia de Emma y Dex, ese 15 de julio puede ser el mejor y el peor de los días, el inicio de una bella amistad, de una historia de amor enredada y de casi todos los buenos y los malos momentos que nos quedarán en el recuerdo.