Estrenos online: crítica de «Al borde del abismo» («Find Me Falling»), de Stelana Kliris (Netflix)

Estrenos online: crítica de «Al borde del abismo» («Find Me Falling»), de Stelana Kliris (Netflix)

Un músico de rock al que se le pasó su «cuarto de hora» compra una casa en Chipre y se va a vivir allí, donde se reencontrará con un viejo amor y atravesará nuevos problemas. Con Harry Connick Jr. Disponible en Netflix.

No se dejen engañar por el título. No tiene nada que ver esta AL BORDE DEL ABISMO con la clásica película de Howard Hawks protagonizada por Humphrey Bogart y Lauren Bacall de 1946, que se tradujo así en la Argentina (en el original era THE BIG SLEEP, como la novela de Raymond Chandler en la que se basó). Acá la traducción, si bien no literal, es bastante directa respecto a los dos ejes centrales de la película. Y tampoco, digamos, se dejen engañar por la primera escena, que hace pensar que nos toparemos con una complicada y un tanto oscura comedia que involucra temáticas difíciles como el suicidio. Todo el curioso comienzo –propio de una novela de Nick Hornby– dará pronto paso a una comedia romántica tan convencional que MAMMA MIA! parece shakespeareana a su lado.

El comienzo explica las dos metáforas principales del título. Un músico de rock estadounidense llamado John Allman (intepretado por el también músico, aunque no precisamente de rock, Harry Connick Jr.), quien hace tiempo no tiene ningún éxito, se ha mudado a una casa frente a un risco en las afueras de un pueblo de Chipre en el que todos se conocen con todos. Está contento porque la consiguió muy barata, pero allí se da cuenta de los motivos del bajo precio. El risco sobre el que se emplaza la construcción es un lugar al que muchos locales van a suicidarse. Y la película arranca con el tipo no pudiendo evitar que un joven se lance a su muerte desde allí. ¿Es esto una comedia romántica?

Bueno, a la larga sí. La otra «metáfora» del título de la película –tanto en castellano como en inglés– tiene que ver con un abismo o una caída, si se quiere, anímica del protagonista, que no sabe bien qué hacer con su vida ya que hace mucho que no consigue ningún éxito y todos lo consideran un has-been. Su canción más popular es «Girl on the Beach», editada décadas atrás, y parece ser la única que los locales, que lo miran con cara «te conozco de algún lado», recuerdan. La idea de un músico de rock frustrado y en la mala tratando de pensar qué hacer con su vida en una «playa suicida» –y construyendo una verja para evitar que la gente se tire a la playa– es tan pero tan Hornby que el escritor debe estar pensando cómo no se le ocurrió antes a él.

El problema de FIND ME FALLING pasa por el hecho de que, una vez planteada esa posibilidad de comedia con toques algo siniestros, rápidamente se abandona para transformarse en la más convencional y remanida de las comedias románticas posibles, con incidentes, problemas y vueltas de tuerca tan anodinas como poco convincentes. Allman (nada que ver con los Allman Brothers) conoce casualmente allí a una chica más joven, Melina (Ali Fumiko Whitney), que también canta, pero en los bares locales. Y parece haber entre ellos algún tipo de conexión.

Pero todo cambiará rápidamente cuando, en una cena, John se tope con Sia (Agni Scott), una mujer más cercana en edad a él. Ambos se miran y se reconocen. Y recién allí él contará que estuvo en Chipre décadas atrás y que su canción famosa la escribió en ese lugar. No hace falta decir más: las miradas dejan en claro que la «chica de la playa» es la tal Sia y que quizás ese era el motivo real de su estadía en ese lugar. Lo que no será tan sencillo, más allá de las sonrisas y la química inicial entre ambos, es poder recomponer la relación. ¿Los motivos? Entre caprichosos, exagerados y absurdos, todos ya probados en mil comedias románticas previas.

Turística en su estética –con canciones típicas interpretadas por Melina–, con una población a la que se le da por hablar en inglés mucho más que lo normal (no solo cuando hablan con John, sino que entre ellos van y vienen del griego a ese idioma solo para que los suscriptores a Netflix en Estados Unidos no tengan que leer muchos subtítulos) y con un nivel de diálogos y actuaciones que apenas supera lo competente, FIND ME FALLING es una bastante liviana historia sobre segundas oportunidades y la posibilidad de reconectar con gente que, por distintos motivos, la vida llevó por otros caminos. Salvo por los sorprendentes primeros cinco minutos, el resto se olvida al instante. Casi como los éxitos musicales de su protagonista.