Estrenos online: crítica de «No negociable», de Juan Taratuto (Netflix)

Estrenos online: crítica de «No negociable», de Juan Taratuto (Netflix)

En esta comedia policial, un negociador que se dedica al rescate de rehenes vive una tensa situación matrimonial que se mezcla con el caso más importante de su carrera profesional. Con Mauricio Ochmann, Tato Alexander y Leonardo Ortizgris. Estreno de Netflix.

A ocho años de su última película, el director argentino Juan Taratuto regresa al cine con la comedia policial mexicana NO NEGOCIABLE, en la que retoma y recupera el timing cómico conocido en la Argentina gracias a películas como ¿QUIEN DICE QUE ES FACIL? y NO SOS VOS, SOY YO. Una suerte de comedia de rematrimonio dentro de la estructura de un thriller que involucra un secuestro, NO NEGOCIABLE se centra en la tensa pero divertida relación de pareja entre un negociador que se dedica a lidiar con casos de tomas de rehenes y su esposa, psiquiatra, con la que tiene una relación complicada, más que nada por la manera en la que el trabajo de él invade la vida familiar.

Mauricio Ochmann interpreta a Alan Bender, quien trabaja para la policía mexicana y es un experto en negociar con secuestradores o personas que toman rehenes en distintas situaciones gracias a sus dotes para manejar a sus interlocutores con repreguntas y falsas promesas que suenan honestas. Su mujer, Victoria (Tato Alexander), es una reconocida psiquiatra que lidia con un problema inesperado: las infidelidades de una paciente suya, que es parte de su círculo social, se hacen públicas transformándola en una «paria» en su mundillo, con posibilidad de perder su licencia.

Pero a Alan nada de lo que le pasa a Victoria parece importarle, enfrascado en su mundo, pendiente siempre de su celular. Y la tensión se vuelve más grande –siempre en tono cómico– cuando ella revela en una sesión de terapia de pareja que tiene un affaire con su personal trainer. Pero todo parece quedar en el olvido cuando Alan recibe una llamada inquietante: un hombre enmascarado (Leonardo Ortizgris) ha secuestrado al presidente y él tiene que encargarse de negociar su rescate. Lo que no imagina es que ambas situaciones –la personal y la política– se mezclarán ya que las dos cosas están relacionadas entre sí de una manera impensada.

En cierto sentido NO NEGOCIABLE puede dividirse en dos partes, dos tonos y hasta dos temas. Uno de ellos, el que mejor funciona, es el ligado a la comedia matrimonial, en el que los diálogos y las actuaciones tienen un ritmo y una frescura propias de un realizador que maneja el timing del humor con conocimiento de causa. Si bien el tono cómico se sostiene hasta el final del relato, cuando el episodio del secuestro del presidente ocupa el centro de la trama, el guión empieza a meterse en asuntos de corrupción política y venganzas personales que terminan desviando la atención de lo que hasta ese momento era una agradable comedia, en cierto punto, romántica.

La simpática tensión entre Alan y Victoria continúa viva una vez comenzado el episodio del secuestro –sin spoilear diremos que de un modo u otro todos los personajes están involucrados en todo–, pero la mecánica de la toma de rehenes en sí, los motivos y objetivos del secuestrador, y la subtrama política que va cobrando mayor relevancia sobre el final de la película toman un peso excesivo y en ningún momento alcanzan ni el interés ni la chispa de «comedia rematrimonial». NO NEGOCIABLE mejora sustancialmente cuando se ocupa de los problemas de la pareja, que además tiene una muy simpática hija que inocentemente tiende a meterlos en problemas.

Más allá de esos detalles, NO NEGOCIABLE es un bienvenido regreso a la dirección de parte de un realizador que fue parte de la renovación de la comedia argentina a mediados de los 2000 y que luego probó suerte combinando algunos dramas personales (LA RECONSTRUCCION, PAPELES EN EL VIENTO) con comedias comerciales como UN NOVIO PARA MI MUJER y ME CASE CON UN BOLUDO que se cuentan entre las mejores que hizo el prolífico actor y productor Adrián Suar, ambas en compañía de Valeria Bertuccelli.

Lo curioso de NO NEGOCIABLE es que cuenta con muchos talentos argentinos detrás de cámara, empezando por el generador de la idea (el también productor y distribuidor Alejandro De Grazia), gran parte del equipo de guionistas, el músico (Pablo Borghi) y el editor (Pablo Barbieri), entre otros, todos veteranos de la industria local. Desconozco los motivos de Netflix de producirla en México pero da la impresión que se trata, lamentablemente, de un futuro posible para los creativos argentinos que, imposibilitados de filmar en el país por la crisis económica y los nulos aportes oficiales a la industria (el de Taratuto y equipo no es el único caso), deben buscar trabajo y llevar su talento a otras partes.