Estrenos online: crítica de «El Sindicato» («The Union»), de Julian Farino (Netflix)

Estrenos online: crítica de «El Sindicato» («The Union»), de Julian Farino (Netflix)

Un obrero de la construcción es convocado por su ex novia, una espía, a ser parte de la organización secreta para la que ella trabaja y que tiene una peligrosa misión. Con Halle Berry y Mark Wahlberg. Estreno del 16 de agosto en Netflix.

La producción habitual de Netflix parece exigir que cada varios meses haya una película de acción, por lo general con tono un tanto cómico, filmada en varias locaciones de Europa y lo suficientemente genérica como para que se parezca a otras conocidas. Es, al menos en este aspecto, como una empresa que fabrica prolijas imitaciones de otras marcas, de esas que no se distinguen fácilmente al verlas pero si uno observa con detenimiento se da cuenta que la calidad no es la misma. Es, sí, una prolija copia.

Con EL SINDICATO sucede exactamente eso. Es la versión made in Netflix de MISION: IMPOSIBLE, un thriller internacional con agencias secretas que se esconden por debajo de otras agencias secretas, que tienen que encontrar datos en valijas con materiales encriptados, que tienen como protagonistas a un grupo de técnicos especializados, que sufren golpes sorpresivos que los ponen al borde de la desaparición, que tienen que lidiar con uno o más traidores y que recorren buena parte de Europa (bellos lugares turísticos de Italia y Eslovenia, en este caso, además de Londres) persiguiéndose los unos a los otros. No está Tom Cruise, pero cambiándole algunos detalles podría.

Acá los protagonistas son dos: Halle Berry y Mark Wahlberg. La primera (que ya fue parte de una película de James Bond, otra saga que se le parece) es Roxanne, la líder operativa del llamado Sindicato, una de esas agencias que operan en secreto y por detrás de la CIA, el MI6, etcétera. Tras un revés grave en un operativo en Trieste y necesitados de recuperar una valija que contiene datos importantes para la seguridad del mundo entero (¿cuándo no? ¿alguna vez pelearán por el secreto de una receta de cocina de la abuela?), a Roxanne se le ocurre una rara idea para sorprender a sus rivales: sumar al grupo a alguien totalmente impensado, fuera de cualquier lista que tengan los supuestos enemigos.

El tipo se llama Mike (Wahlberg, saliendo por un rato y por suerte de su cadena de películas de temáticas religiosas) y es su ex novio de la secundaria de New Jersey, un obrero calificado que trabaja en grúas, un tipo amable, seguro de sí mismo y que no tiene miedo a tomar riesgos. Además, bueno, era su novio y qué mejor que aprovechar que la CIA paga el sueldo y tener unas vacaciones de riesgo en Europa. Es así que a Mike se lo llevan «de prepo» de su barrio, le explican qué está pasando, lo convencen de ser parte del grupo, lo entrenan y lo meten en medio de la acción.

Y eso, amigos, es EL SINDICATO. Un poco la citada M:I, un poco Bond y otro tanto cualquier tipo de comedia de acción tipo «rematrimonio» en el que una mujer y un hombre que estuvieron juntos se reconectan esquivando balas y persecuciones de autos de matones del Este de Europa y así. Habrá una serie de personajes que trabajarán con ellos (entre los que se cuentan J.K. Simmons, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Alice Lee, Jackie Earle Haley, en un a esta altura prototípicamente correcto reparto étnico) y pronto notarán que si siempre llegan tarde a todos lados es porque alguien de adentro los traiciona. Pero, ¿quién?

Alguna que otra sorpresa bien aplicada, alguna escena de acción manejada con cierta sobriedad por el realizador que trabajó años con Wahlberg en ENTOURAGE y el relativo carisma de los protagonistas (incluyendo al siempre gruñón Simmons) hacen que EL SINDICATO pase más o menos sin daño por los ojos y oídos del espectador que se cuelga un fin de semana a ver qué hay en Netflix. En ese sentido, la dupla de muy atléticos cincuentones de Berry-Wahlberg sale más o menos entera de la máquina productora de contenido, sobrevive para una aventura más y muy probablemente los veamos en alguna que otra secuela a lo largo de los próximos años. Así, más o menos, es como funciona esto.