Locarno 2024: crítica de «La mort viendra» («Death Will Come»), de Christoph Hochhäusler
Un gangster contrata a una asesina sueldo para encontrar y matar a la persona que asesinó a un hombre que trabajaba para él en este policial del realizador alemán que transcurre en Luxemburgo.
A lo largo de su carrera el realizador alemán Christoph Hochhäusler ha probado manejar con mucho conocimiento, casi enciclopédico, todos los vericuetos del cine negro. Su más reciente película, TILL THE END OF THE NIGHT –presentada y muy bien recibida en la Berlinale 2023–, dejaba en claro no solo ese conocimiento sino que lograba penetrar más allá de la cáscara del estilo para contar una historia muy humana con un personaje trans como protagonista. En LA MUERTE VENDRA, el alemán retoma el género en esa versión centroeuropea que lo caracteriza, pero esta vez para contar una historia que transcurre en Luxemburgo.
Todo comienza con un clásico «ladrón roba a ladrón». Un courier que ha robado un cuadro en el que tenía adentro escondido mucho dinero es detenido por la policía y ellos le incautan su «paquete». Pero quien le encomendó el crimen sospecha que alguien lo delató. Y eso se vuelve más obvio cuando al courier en cuestión lo asesinan a sangre fría. Para resolver eso, el tal Mahr ( Louis-Do de Lencquesaing) contrata a Tez (Sophie Verbeek), una elegante asesina a sueldo cuya tarea consiste en descifrar los secretos escondidos por detrás de esa operación, descubrir al traidor y, de ser posible, liquidarlo.
Todo esto parece muy simple, pero no lo es tanto, ya que para llegar hasta allí el realizador construye un enmarañado sistema de relaciones que presenta de entrada y que cuesta mucho tiempo y esfuerzo desenredar. Se trata de un sistema propio de un CHINATOWN –con su compleja cadena de socios, acuerdos comerciales, engaños, dueños de clubes nocturnos, de prostitución de lujo, fabricantes de juguetes sexuales de latex, mafiosos, enfermedades y varios etcéteras– que necesitaría de una serie de varios episodios para justificarse y desarrollarse.
Pero eso no sucede acá. El enorme grupo de personajes finalmente da paso a Taz y allí todo se simplifica bastante, ya que estamos ante una asesina a sueldo que funciona como detective y que pasa luego por la clásica duda de si su propia contratación no es parte del asunto, ya que hay señales que la hacen pensar en eso. De allí en adelante la película se vuelve más clara y directa, con la excelente Verbeek dándole a su Taz las características de una asesina cool (recuerda en aspecto a Carrie Anne-Moss de la primera MATRIX) y gracias a ella el panorama de conexiones se va aclarando un poco.
Más allá de su guión confuso y demasiado ambicioso para lo que finalmente quedó –da la impresión que había otra película más larga y con más giros en el origen–, LA MORT VIENDRA vuelve a dejar en claro que Hochhäusler tiene un innegable control del tono que tienen que tener estos policiales negros de tradición europea, con aires al polar francés y a representantes clásicos como Jean-Pierre Melville o Jacques Becker, entre otros. Ese mundo de negocios, callejuelas, acuerdos secretos y personajes siniestros están muy bien capturados por el realizador.
Y aún cuando la «asesina cool» sea un motivo propio de un cine más reciente y estadounidense, el hombre logra integrarla muy bien a ese espacio cinematográfico clásico. Lo que impide que DEATH WILL COME sea la gran película que promete ser es que se enreda en su propia trampa más de lo necesario y que los personajes no tienen la riqueza de los de BARRIO CHINO como para que ameriten el trabajo de desmenuzar todo lo que les pasa y descifrar sus secretos. Es un gran policial con un hueco en el centro. Entretenido de ver pero sin la potencia emocional de sus mejores películas.