Estrenos online: crítica de «El hombre celoso» («Killer Heat»), de Philippe Lacôte (Amazon Prime Video)
En este policial que transcurre en una isla griega, un detective investiga si la muerte de un millonario fue accidental o si lo asesinaron. Con Joseph Gordon-Levitt, Shailene Woodley y Richard Madden. Estreno de Amazon Prime Video.
Hay un subgénero dentro de ese subgénero que es el film noir que no tiene nada de nocturno. Al contrario, tiende a transcurrir a plena luz del día, muchas veces en lugares paradisíacos o soñados. La misma Los Angeles tiene muchos thrillers oscuros en trama pero luminosos en, bueno, fotografía. Y muchos más transcurren en Europa. Quizás el ejemplo más claro, en todo sentido, sea A PLENO SOL, de Renè Clement, basado en la clásica novela de Patricia Highsmith, o su actual remake en formato serial llamada, simplemente, RIPLEY.
KILLER HEAT se sube a ese espacio poblado de engaños, falsedades, detectives, muertes y sospechosos y lo hace en la isla de Creta, en Grecia, en playas blancas, mares azules y yates lujosos. Basada en un cuento del célebre escritor noruego de policiales Jo Nesbø, la película dirigida por el franco-marfileño Lacôte (NIGHT OF THE KINGS) se centra en un personaje prototípico del género: un detective alcohólico, perturbado y con una historia pesada. Interpretado por Joseph Gordon-Levitt –un actor más ligero de lo que requeriría un personaje así–, Nick es convocado por Penélope (Shailene Woodley) para que investigue la muerte de Leo Vardakis, su cuñado, que la familia cerró como accidental.
Interpretado por Richard Madden, Leo era un experto deportista que misteriosamente se cayó escalando una montaña. Puede sucederle a cualquiera. Pero Penélope creo que hay algo escondido ahí. Lo curioso es que su marido, Elias, es hermano gemelo idéntico del fallecido (también lo interpreta, obviamente, Madden) y a lo largo de la historia de los tres hay algunos problemas irresueltos. Pero no son los únicos: hay otros asuntos oscuros en la isla en los que Nick mete las narices y, como sabe cualquiera que haya visto CHINATOWN, no suelen pasar cosas buenas cuando un detective hace eso.
La de KILLER HEAT (en castellano llamada EL HOMBRE CELOSO, como el cuento de Nesbø) es una trama que, bien manejada, podría haber funcionado relativamente bien. Tiene los elementos prototípicos de cualquier policial detectivesco de este formato, incluyendo vueltas de tuerca que deberían ser más o menos efectivas. También, un elenco bastante bueno que podría resolver este tipo de tramas con elegancia y eficiencia. Pero la cosa nunca funciona demasiado bien y aún sin llegar a los 100 minutos la película se hace eterna. No por previsible –al final hay una pila de sorpresas–, sino por lo poco que a uno le interesan los personajes y casi todo lo que les pasa.
Quizás uno de sus mayores problemas sea el casting de Gordon-Levitt como el detective y el excesivo uso de su voz en off. Es un actor que le imprime algo más cómico a lo que sucede –en un momento tiene una discusión para entender por qué algunas ciudades y países llevan artículos antes de sus nombres que es divertida pero pertenece a otra película– mientras que el resto del elenco parece trabajar con la idea de que están ante un policial serio de toda seriedad. Es que si se analiza la trama y se le suma el pasado pesado del detective bien podríamos estar ante un thriller negrísimo. Pero eso no se siente casi nunca.
No hay tensión (ni policial ni sexual ni narrativa), no hay personajes realmente interesantes, es difícil que a uno le importa cual «Madden» es mejor o peor que el otro (los dos dan «chico rico malo» a lo Highsmith y listo) y la pobre y sacrificada actriz de la reciente MISANTROPO, de Damián Szifron, hace sola el esfuerzo de llorar y sufrir por algo que solo parece importarle a ella. Da la impresión, de todos modos, que, con esas locaciones, al menos la deben haber pasado bien filmándola.