Berlinale 2025: crítica de «Mad Bills to Pay (or Destiny, dile que no soy malo)», de Joel Alfonso Vargas (Perspectives)

Berlinale 2025: crítica de «Mad Bills to Pay (or Destiny, dile que no soy malo)», de Joel Alfonso Vargas (Perspectives)

por - cine, Críticas, Festivales
18 Feb, 2025 07:59 | Sin comentarios

Tras pasar por el Festival de Sundance compite en la sección Perspectives esta opera prima acerca de la complicada vida de una familia de origen dominicano en el Bronx neoyorquino.

Un ejercicio de cine directo, naturalista, de realismo urbano y cotidiano, MAD BILLS TO PAY se ubica de lleno en el Bronx neoyorquino para contar la historia de una ensamblada y complicada familia que lidia de origen dominicano con la potencial llegada de un nuevo integrante. De una manera que por momentos se acerca al documental, el realizador Vargas pone a sus cuatro personajes principales a discutir en planos secuencia que funcionan como una ventana a ese mundo, como si lo que viéramos fuera una combinación de teatro, documental y un muy prolijo ejercicio barrial, con amigos y vecinos.

El protagonista principal es un joven llamado Ricardo (Juan Collado), al que le dicen Rico, aunque su madre, con su típico acento, lo llama «Ricaldo». Rico tiene 19 años, se pasa el tiempo vendiendo en la playa local unos mixes de alcohol y jugo de frutas que se conocen en la zona como nutcrackers (o «nutties»), bebiendo con amigos, yendo a fiestas y viviendo una vida en apariencia despreocupada. Sus problemas principales pasan por sus peleas con su madre (Yohanna Florentino) y con su hermana (Nathaly Navarro), con las que vive discutiendo todo el tiempo por cualquier cosa.

A la caótica pero simpática convivencia familiar le aparece un problema más serio: Rico anuncia que será papá. Ante el estupor de mamá y hermano, les cuenta que a dejado embarazada a una chica llamada Destiny, a la que ni su madre ni su hermana conocían No es sencillo el asunto, además, porque la chica tiene 16 años y la han echado de su casa, por lo que Rico la va a llevar a vivir con ellos. Así llega su tímida novia (Destiny Checo), que empieza de manera muy dura la convivencia, ya que nadie parece quererla allí ni entender bien la situación.

La película pondrá su eje en el caos familiar y también en el propio de Rico y Destiny, que tratan, se equivocan, se esfuerzan y se pelean en sus confusos intentos por salir adelante en esa tensa e incómoda situación. MAD BILLS TO PAY se apoya fundamentalmente en eso, en las vivencias cotidianas –laborales, personales, policiales, sanitarias y con algunos pocos momentos de cariño– de esta pareja; y la de ellos con la querible pero muy metida e intensa familia de Rico. Vargas logra actuaciones muy creíbles de un grupo de intérpretes que no parece profesional pero que hace de esa propia naturalidad un arma que le juega a la película a favor, un poco en la línea de anteriores cineastas que empezaron filmando su barrio y su gente, como el caso de Spike Lee.

El realizador se mete en el interior de una familia dominicana, con su mix idiomático, sus bailes, fiestas y característica intensidad. Quizás lo más incómodo de la película es que, en cierto momento, el griterío entre los protagonistas puede llegar a ser agotador. Creíble y natural, sí, pero por momentos tan irritante como ver algo así en la vida real. Por fuera de esas escenas filmadas en un solo plano largo y a cierta distancia, la película le agrega mucha sensación de lugar gracias a las locaciones de las playas, los bares, el metro y las calles de un Bronx muy latino que el director de fotografía de Rufai Ajala muestra con llamativa elegancia.

MAD BILLS TO PAY presenta a sus personajes con cariño y es comprensivo con ellos, aún cuando se equivoquen. Rico, de hecho, por más intentos que haga por cumplir con todos sus compromisos (él es quien más quiere ser padre), no siempre logra hacerlo y entra en algunas insoportables espirales de frustración regadas de mucho alcohol. Pero si bien la película no lo presenta como un dechado de virtudes –hay una escena que parece homenajear a EL GRADUADO que deja eso en claro–, tampoco lo juzga severamente. Le será difícil a todos ellos salir adelante. Pero se esfuerzan por lograrlo. No es poco, en estas circunstancias.