FestiFreak 2016: 16 críticas y recomendaciones
El viernes 14 comienza la 12 edición del festival de cine independiente que se organiza en La Plata. Aquí van una serie de recomendaciones que incluyen títulos imperdibles como «Weiner» (foto), «La noche» y «Toni Erdmann», entre muchos otros.
El viernes comienza la 12 edición del FestiFreak, el festival de cine independiente que se organiza en La Plata y que cuenta con una más que interesante programación, una que incluye muchos títulos aún inéditos en el país y otros que han sido muy poco vistos. Nunca pude ir al festival, pero tengo entendido por los que fueron que es una de las mejores propuestas que se realizan localmente. A juzgar por la programación de este año, es más que claro que están en lo cierto.
La información de salas, sedes, grilla y catálogo las pueden encontrar por acá. Veo ahí que hay grandes clásicos como PICKPOCKET o EL DESPRECIO y CARNIVAL OF SOULS, otra interesante sección con cine mudo musicalizado, y lo nuevo de independientes norteamericanos como Joel Potrykus y Zach Weintraub, que aún no pude ver. Lo que aquí les dejo son una serie de críticas y recomendaciones, arrancando con una película excepcional que acabo de ver, otra de visión casi obligatoria y, luego sí, recorriendo el programa por secciones ordenadamente, con links a las críticas completas.
IMPERDIBLE INTERNACIONAL
WEINER, de Josh Kriegman and Elyse Sternberg.
El caso reciente de Donald Trump y el video en el que se lo escucha hablar crudamente de su manera de tratar a las mujeres pone en contexto y trae a la actualidad este excepcional documental que, utilizando los recursos del cine directo, el fly on the wall, se mete en la campaña política de Anthony Weiner, un ex-congresista de Nueva York que compite en la interna para alcalde de esa ciudad. Cuando la película arranca Weiner viene de atravesar un escándalo que la película, tras presentarlo a él como un congresista combativo y liberal, nos cuenta rápidamente: el hombre debió renunciar cuando salieron a la luz mensajes por las redes sociales sexualmente un tanto explícitos entre él y diversas mujeres. Para Weiner, casado con Huma Abadin, la asistente de Hiilary Clinton, la presión fue demasiada, las burlas constantes y debió renunciar.
La película en sí comienza dos años después cuando Weiner comienza a dejar esa «mancha» atrás y se lanza como candidato en su ciudad, todavía acompañado por su comprensiva mujer. Weiner es un hombre de una personalidad avasallante, un político progresista que se conduce casi como un vendedor de autos usados. Convincente, simpático, pero un tanto pasado de rosca. Cuando la campaña avanza y todo parece ir muy bien –está primero en las encuestas– vuelven a aparecer los mensajes online, los chats subidos de tono y las acusaciones. Y todo entra en un caos que la cámara captura como en pocas películas se ha visto, metida en medio de la situación al punto que Weiner y su mujer se enteran del asunto junto a los cineastas. Y su shock queda grabado.
Uno de los realizadores trabajaba en la campaña de Weiner, lo que explica el nivel de acceso. Y cierta megalomanía de Weiner puede explicar también porqué permitió exponerse de tal manera. De todos modos, WEINER no va contra el candidato sino contra el sistema político-mediático que explota y manipula las campañas en función de estas cuestiones. Cada vez que Weiner quiere hablar de política le preguntan por sus fotos eróticas. Y así. Al final del filme el show que se crea para hacerlo cruzarse con una de sus «amigas online» entra en el terreno del ridículo.
Más allá del acceso a los detalles del mundo político y mediático, WEINER nos pone en una difícil situación en relación también a lo que acaba de pasar con Trump: la explotación de los escándalos de la vida privada de los candidatos. Weiner nos puede caer mejor que Donald, no hay dudas, pero que el eje de sus caídas políticas sea ese resulta un exceso solo posible en los Estados Unidos, en donde Trump puede decir «los mexicanos son todos violadores» y a nadie se le mueve un pelo, pero cuando hace un comentario repulsivo sobre cómo trata a las mujeres se le cae la campaña del todo. No es por minimizar esto último, pero WEINER deja en claro que al show mediático norteamericano lo que menos le importa es la política.
IMPERDIBLE NACIONAL
LA NOCHE, de Edgardo Castro
Como la película de Michelangelo Antonioni con la que comparte título, LA NOCHE de Castro es la crónica de una angustia, un cierto ennui contemporáneo, pero con recursos formales muy diferentes –si no directamente opuestos– a los del maestro italiano y otra clase social como protagonista. Castro construye una épica cotidiana y nocturna de la vida de Martín, un ser solitario interpretado por él mismo que vive por la zona del Once y cuya principal actividad parece ser tener aventuras sexuales de todo tipo (con hombres, travestis, en tríos o grupos), consumir drogas (cocaína, preferentemente) y beber hasta regresar desmayado a su departamento casi todas las noches.
No se lo ve trabajar, no se sabe nada de su pasado (no hay traumas ni abandonos visibles) ni se conoce mucho de su actualidad fuera de “la noche” a lo largo de los 135 minutos que dura el filme. Castro se filma a sí mismo en puro tiempo presente: los diálogos son todos ligados a acciones concretas, puntuales y al grano (conseguir droga, comprar una camisa, mirar a Fantino en la tele, pedir otra cerveza y así) y jamás hacen referencia a nada que esté fuera de cuadro. Es la crónica de una serie de noches –de una vida o de una etapa en la vida– de un tipo, su amiga travesti Guadalupe y algunos seres más (interpretados por actores no profesionales y “gente de la noche”, digamos) en algunas zonas porteñas no particularmente fashion.
Castro no se anda con vueltas en su descripción de estas vidas en las que el sexo y las drogas son los ingredientes principales: nada se oculta ni se disimula pero tampoco se exhibe para la “explotación” o el escándalo. Es el retrato más sincero posible, casi documental, de lo que son esas noches largas, esas vidas tambaleantes, esos cuerpos imperfectos, ese devenir constante sin rumbo fijo. No se critica, no se juzga, no se celebra, ni se trata de escandalizar. Es lo que es, lo que hay, lo que se vive, lo que les pasa.
Con John Cassavetes como referente principal –y cierto cine francés y europeo más sexualmente franco, pero lejos de cualquier aroma a Gaspar Noé–, Castro construye un relato crudo y duro pero casi nunca sórdido: hay momentos de celebración, ternura y belleza (el final es conmovedor) y muy pocos momentos donde se vive al borde del miedo o el peligro. La larga duración de cada secuencia –en su mayoría sexuales– sirve, a lo sumo, para dejar en el espectador la sensación de cierto hartazgo y repetición, una soledad que el personaje tapa con sexo que en muchos momentos parece más compulsivo que disfrutable.
LA NOCHE podría claramente definirse como un tour de force personal –autoral y actoral– de Castro y de la otra estrella de la película que es Guadalupe (Dolores Guadalupe Olivares), la que finalmente resulta su gran (su única) compañera. Apoyándose entre sí en esos momentos de potencial crisis, los dos terminan constituyéndose en los Ratso y Joe Buck de esta versión hardcore y local de PERDIDOS EN LA NOCHE: se tienen el uno al otro y eso tal vez alcance para soportar la angustia y el frenesí de buscarle el sentido a este paso por el mundo.
TONI ERDMANN, de Maren Ade. Ver crítica completa aquí
EL LIMONERO REAL, de Gustavo Fontán Ver crítica completa aquí
IMPLANTACION, de Acosta-Bolloqui-Salas Ver crítica completa aquí
LA FAMILIA CHECHENA, de Martín Sola Ver crítica completa aquí
SOLAR, de Manuel Abramovich Ver crítica completa aquí
MARIA DO MAR, de Joao Rosas Ver crítica completa aquí
LAS CALLES, de María Aparicio Ver crítica completa aquí
OLEG Y LAS RARAS ARTES, de Andrés Duque Ver crítica completa aquí
RAIDOS, de Diego Marcone Ver crítica completa aquí
ONCLE BERNARD, de Richard Brouillette Ver crítica completa aquí
STAND BY FOR TAPE BACK UP, de Ross Sutherland Ver crítica completa aquí
ENTRE DOS LUCES – SUAREZ: PRIMERA PARTE, de Fernando M. Bianco Ver crítica completa aquí
DEUX REMI DEUX, de Pierre León Ver crítica completa
EL TEOREMA DE SANTIAGO, de Ignacio Masllorens y Estanislao Buisel Ver crítica completa aquí
Gracias Diego Lerer y Otroscines.com por difundir el festival y contagiar el entusiasmo. ¡Los esperamos el año próximo en La Plata!
De nada. Felicitaciones por la programación.
Espero que haya salido todo bien… :)
saludos,
d