San Sebastián 2016: «Yourself and Yours», de Hong Sangsoo
La nueva película del prolífico realizador coreano («Woman on the Beach», «Like You Know it All») vuelve sobre un tema central en su filmografía: el alcohol. Aquí el centro pasa por las complicaciones que se generan cuando una pareja se separa por el consumo alcohólico de la chica. ¿O se trata en realidad de una enorme confusión?
A lo largo de 18 películas el coreano Hong Sangsoo parece haber llegado a un punto tal de depuración de su lenguaje cinematográfico que solo parece hacerle falta un par de personajes y poquísimas escenas para contar otras de sus falsamente simples historias de amor. No son simples no solo porque usan un extravagante mecanismo narrativo que casi siempre ponen en funcionamiento sus relatos sino por lo que ese «mecanismo» despierta, todo el conflictivo universo que resuena a partir de él.
El mundo de YOURSELF AND YOURS es puro Hong: alcohol por doquier, bares, cuartos, camas, conversaciones y, como nunca falta, un personaje que es cineasta. Acaso es la primera de todas donde el alcohol no solo fluye sino que es el tema central del filme, el disparador de la serie de discusiones y equívocos en la que se meten los personajes.
Todo comienza cuando el pintor Youngsoo escucha un rumor de parte de un amigo suyo quien dice haber visto a su novia Minjung emborrachándose con otro tipo en un bar de la ciudad. Aparentemente la chica tiene un problema de alcoholismo y su novio la tiene limitada a cinco vasos de soju y dos de cerveza. Como límite es bastante generoso, digamos, pero parece que no funciona, ya que cuando no está controlada por él la chica sigue pasándose de rosca. Y pasando la noche con otros.
Paralelamente la vemos a Minjung en dicho bar hablando con otro hombre que la conoce, pero ella dice no conocerlo a él. No solo eso, sino que dice no llamarse Minjung para luego admitir, de manera confusa, que en realidad es su hermana gemela. ¿Es otra mujer? ¿Es ella misma haciéndose la tonta? ¿No lo recuerda en serio? Lo cierto que este otro hombre inicia una relación con ella, sea o no Minjung.
El novio finalmente la confronta respecto a los rumores previos y ella los niega. Pero la duda ya está instalada, discuten y ella decide separarse por un tiempo. Youngsoo se deprime, empieza a buscarla, nunca la encuentra en su casa y empieza a verla donde no está. A la que sí vemos es a ese otro yo de la chica (hermana o no, ustedes decidirán), la que sí hace lo que Minjung tenía suspuestamente prohibido por su novio: beber sin límites. Cuando el primer hombre ya no le interesa se topa con otro con quien juega el mismo juego. El la conoce, ella dice no conocerlo y dice ser otra. Y así…
El asunto parece ser claro: ese «otro yo» que Minjung pone en juego es esa parte de su personalidad que aparece cuando está alcoholizada, una doble vida de la que no quiere hacerse cargo ni con su ahora ex novio ni con ella misma. Como si fuera una persona sobria y, literalmente en este caso, otra cuando bebe en exceso.
Esa «doble personalidad», esos límites y los conflictos que vive con su novio a partir de sus excesos son el centro de YOURSELF AND YOURS, pero adentro del juego de «es o se hace» lo que Hong pone de manera frontal en esta película es que el tema del alcoholismo puede llevar a sus protagonistas a convertirse en Jekylls & Hydes pero, a la vez, es lo que los define como personas. Intentar convertirlos en otra cosa –ponerle límites, como en este caso– los hace literalmente desdoblarse.
La película podría casi leerse como una justificación o hasta defensa del consumo alcohólico –y tal vez lo sea–, pero tengo la impresión que Hong quiere hablar de la libertad que los personajes deberían tener para comportarse como lo deseen. Los esfuerzos del buenazo de Youngsoo pueden ser nobles en sus intenciones pero llevan a su pareja a convertirse en una máquina muy sólida de mentir. Tan sólidas, en un punto, que uno nunca sabe si ella es consciente de estar mintiendo o sí, literalmente, tiene un desdoblamiento de su personalidad.
Ese «desdoblamiento» presente en casi todo el cine de Hong es el que lo lleva a que sus personajes puedan hacer barbaridades borrachos una noche y al otro día funcionar como si nada hubiera pasado. Es como si en ese estado la persona fuera un «otro yo» al que desconoce y que, botellas mediante, lo lleva literalmente a no recordar a nadie que conoció en ese estado, situación que –sin llegar a los extremos de Minjung y su «gemela»– algunos deben haber sentido alguna que otra vez en sus vidas. Tal vez sea una forma en la que Hong convierte en cine sus propios conflictos internos con el tema…
El notable final es para atesorar como uno de los grandes momentos de todo el cine de Hong. Ya lo verán, pero si en algún momento sienten que el filme gira un poco sobre sí mismo (algo que sucede, claro, porque cada diálogo es una variación sutil sobre uno anterior) todo cerrará de una forma poética y mágica. Hong Sangsoo en estado de gracia.