Series: reseña de «Reacher – Temporada 2», de Nick Santora (Amazon Prime Video)
En la segunda temporada de la serie basada en las novelas de Lee Child, el protagonista se une a algunos de sus viejos compañeros de escuadrón militar para investigar la misteriosa muerte de varios de ellos. Con Alan Ritchson, María Sten y Robert Patrick. Los tres primeros episodios ya están disponibles en Prime Video.
Tras una exitosa primera temporada, vuelve Jack Reacher, el violento héroe de las novelas de Lee Child que se hizo conocido primero por los libros, luego por dos adaptaciones al cine protagonizadas por Tom Cruise y, finalmente, en su versión serial, con Alan Ritchson en el rol protagónico, un actor más anatómicamente correcto para la descripción que del personaje hace el autor. Es que Reacher –así le gusta que lo llamen, solo por el apellido– es un grandote musculoso, de pocas palabras, un ex militar transformado en una mezcla de justiciero solitario y vagabundo que recorre los Estados Unidos metiéndose en problemas. Y Ritchson da a la perfección con el physique du rol, más cerca de un Arnold Schwarzenegger, o de cualquier otro héroe de acción de los ’80 y ’90, que lo que podría dar el bueno de Tom por mucho esfuerzo y gimnasio que le ponga.
La primera temporada, centrada en la novela Killing Floor –la primera del personaje y del autor, allá por 1997– contaba los rasgos básicos del personaje, descriptos anteriormente, y lo mostraba resolviendo un complicado asunto policial en Georgia. Reacher es un tipo duro y violento, que resuelve casi todo a los golpes, pero también un tipo muy inteligente capaz de investigar, analizar, atar cabos y resolver asuntos intelectualmente. Tiene, además, bastante humor. De todas sus características, sin embargo, la que domina es la fuerza. Uno lo ve acercarse a cualquier rival y tiene la sensación de estar ante una topadora humana que no tendría mayores dificultades en matar a una persona con los puños.
La principal característica de la serie pasa por ahí, aún más en la segunda temporada. Es que aquí la trama –al menos hasta el tercer episodio– parece ser bastante más sencilla y casi todo pasa por ver cómo Reacher demuele humanos cual Terminator de la vida real. La diferencia más notoria es que acá trabaja en equipo de una manera más constante, a partir de reencontrarse con el grupo militar de investigadores especiales que conducía años atrás, cuando no había abandonado la vida pública.
Basada en Bad Luck and Trouble, novela que Child escribió en 2007 y que es la onceava en la saga de Reacher, la segunda temporada reúne a Reacher con sus ex compañeros a partir de la muerte de uno de ellos, llamado Calvin Franz, quien es lanzado a la muerte desde un helicóptero en la primera escena del primer episodio. La que logra ubicar a Jack –que circula «fuera de sistema»– es la ya conocida Neagley (Maria Sten) y con ella comienza a investigar qué pudo haber pasado con Franz. Pronto empiezan a buscar a los demás y, tras reencontrarse con la experta en números Dixon (Serinda Swan) y el cínico O’Donnell (Shaun Sipos), descubren que Franz no es el único de ese grupo que murió o se encuentra desaparecido.
¿Quién está buscando, persiguiendo, matando y/o tratando de matar a los miembros de ese escuadrón de investigación militar? ¿Y por qué? De eso, amigos, va la segunda temporada de REACHER, que funciona utilizando un 20 por ciento de tarea detectivesca, otro 10 por ciento de humor y un 70 de violencia, por lo general a mano limpia, vidrio roto, hueso quebrado, su ruta. Habrán algunas explosiones y se utilizarán armas de fuego, pero primarán los golpes de puño que parecen ir a la cara del espectador. La especialidad de la casa.
Quizás la otra gran diferencia de esta temporada respecto a la anterior es que Reacher trabaja mucho más en equipo, lo cual es inusual considerando su filosofía de vida a lo Bruce «Hulk» Banner, de parar en un pueblo, actuar solo y partir al siguiente. Aquí, su grupo de amigos y compinches le dan a la temporada algunos momentos de liviandad y permiten que conozcamos otras facetas del personaje. Y un pequeño plus pasa por un elenco que incluye a carismáticos actores como Robert Patrick (el villano de TERMINATOR 2) y Domenick Lombardozzi (el inolvidable «Herc», de THE WIRE) en roles que ya descubrirán al verla.
Como muchas otras series de Prime Video, plataforma que parece haber encontrado un nicho en los shows de acción y aventuras (como JACK RYAN o THE BOYS y sucedáneos), REACHER apuesta por ese camino un tanto retro y políticamente incorrecto de golpear primero y preguntar después, donde nadie duda antes de moler a palos a un rival hasta matarlo (se asume que es malo y ya) y en la que siempre hay una canción de rock clásico o blues sonando en la banda sonora, gente bebiendo cervezas en bares y rutas, muchas rutas. Para los que recordamos con cariño viejas épocas, es como encontrar alguna película perdida de Walter Hill, Michael Winner, George Pan Cosmatos o J. Lee Thompson, entre otros. De hecho, Paramount+, gracias a las series de Taylor Sheridan, también apuesta por similares formatos y tipos de espectador, un tanto más conservadores.
Como sucedía en la temporada anterior, hay un encanto clásico en volver a estos formatos popularizados en los ’70 por Clint Eastwood y Charles Bronson, y que luego fueron anabolizados por Schwarzenegger, Stallone y todas esas figuras que suelen aparecer en las secuelas de LOS INDESTRUCTIBLES. Pero Santora es inteligente y le agrega una buena dosis de humor a los procedimientos y tiene un elenco por lo general carismático. Dicho de otro modo: REACHER no es un placer culpable que uno mira sabiendo que no es realmente bueno. Han logrado que la serie tenga un espíritu retro pero un ritmo, un tempo y una energía bastante contemporáneos. Hasta el tercer episodio de la temporada –los que están ya disponibles en la plataforma–, la serie no tira por la borda lo logrado en la primera. Y eso, en este momento de saturación televisiva, ya es bastante.
Los tres primeros episodios ya están disponibles en Amazon Prime Video. Los restantes cinco se estrenarán cada viernes, de a uno por semana, hasta el 19 de enero de 2024.