San Sebastián 2024: crítica de «Los destellos», de Pilar Palomero (Competición)

San Sebastián 2024: crítica de «Los destellos», de Pilar Palomero (Competición)

por - cine, Críticas, Festivales
22 Sep, 2024 07:06 | Sin comentarios

La ex mujer de un escritor tiene que cuidarlo cuando él enferma gravemente en este drama familiar de la directora de «Las niñas» y «Maternal».

La tristeza es el tono que recorre la nueva película de Pilar Palomero, directora de LAS NIÑAS y LA MATERNAL, y una de las nuevas y más reconocidas voces del panorama del cine español reciente y mayormente femenino. La más grave y severa de sus películas, más allá de ciertos momentos de humor, LOS DESTELLOS –adaptada de la novela «Un corazón demasiado grande» del escritor vasco Eider Rodríguez— es una crónica de una muerte anunciada, un relato que sigue a los distintos miembros de una familia desmembrada lidiando con la en apariencia inminente muerte del padre.

Todo comienza con Madalen (Marina Guerola) llegando desde Valencia, donde estudia en la universidad, a un pueblo en Tarragona a visitar a sus padres. Su mamá, Isabel (Patricia López Arnaiz), la recibe junto a su pareja (Julián López), pero esta vez la visita de la hija tiene más que ver con acompañar a su papá, Ramón (Antonio de la Torre), que está cada vez más enfermo y, todo parece indicar, le queda poco tiempo de vida. Isabel está separada hace muchos años de Ramón y la relación entre ellos, se adivina, no terminó necesariamente bien. Si bien siguen viviendo en la misma zona, Isabel no se mete mucho en su vida y en principio no se ocupa de cuidarlo.

Pero Ramón –que es escritor pero no vende, como le gusta definirse– está empeorando y como Madalen solo viene los fines de semana, a Isabel no le queda otra que cumplir con los deseos de su hija y ocuparse de su ex. Al principio son cosas menores –lavar, pasear al perro–, pero como a Ramón cada vez le cuesta más todo, Isabel tendrá que involucrarse de maneras que no tenía calculadas. No es esa la entrada a un conflicto en puerta. Quizás lo más valioso que tiene este film sea la nobleza de sus personajes, la casi total falta de antagonistas o problemas que vayan más allá de la salud de Ramón. A Isabel le cuesta, claro, tener que ocuparse de su ex, pero al hacerlo también sabe que tiene esa deuda con su historia y con su hija, cada vez más angustiada por la situación.

LOS DESTELLOS es un film amoroso conceptualmente pero también muy difícil de ver. Los lazos solidarios se expanden a vecinos, grupos de ayuda y viejos amigos de Ramón. Y si bien es evidente que no hay mucho que puedan hacer para cambiar ese recorrido inevitable, lo que Palomero pone en primer plano es la importancia de esas compañías, de esos momentos compartidos, de ser parte de una experiencia dolorosa pero que se soporta mejor cuando hay muchas personas cerca, aunque sea solo para dar un abrazo, una caricia o contar una vieja anécdota.

De la línea de films rurales tan en boga en el cine español reciente pero poniendo más el eje en el drama humano que en la «vida natural», LOS DESTELLOS es un film doloroso y seguramente una experiencia dura para los que pasaron por situaciones de similar sufrimiento y angustia. En ese sentido, Palomero no explota ni la lágrima fácil ni exagera el lado sentimental del asunto. Es una película que mantiene una distancia justa, que es sobria, pudorosa y sutil (quizás en demasía) y que se acerca de frente a hablar del misterio de la muerte y de todo lo que la rodea.