Series: crítica de «Fachadas» («No Good Deed»), de Liz Feldman (Netflix)
Esta tragicomedia se centra en las tres parejas que intentan comprar una casa en la que tiempo atrás sucedió una tragedia y en los que quieren venderla. Con Lisa Kudrow, Ray Romano, Linda Cardellini, Luke Wilson y Abbi Jacobson. En Netflix.
El murder mystery regresó con todo en el cine y la televisión. En los últimos años y gracias al éxito de KNIVES OUT, ONLY MURDERS IN THE BUILDING y THE WHITE LOTUS, por citar solo las más conocidas, las tramas clásicas en plan Agatha Christie, ligadas a grupos de personas entre las que suele haber algún muerto y algún asesino, parecen salir de a una por mes. Esa tendencia creciente tiene entre sus cultoras a Liz Feldman, cuya serie DEAD TO ME tenía algunas de estas características, en especial las ligadas a la mezcla de comedia negra y drama humano.
NO GOOD DEED recupera esos códigos en una serie que está llena –plagada, de un modo casi absurdo– de secretos y mentiras. No hay aquí un misterio por resolver sino decenas, desparramados a través de una docena de protagonistas conectados entre sí. Es tan excesiva la cantidad de revelaciones y mentiras acumuladas en la temporada que el efecto termina siendo gracioso por sí solo, ya no como resolución de misterios sino por ver qué otro secreto se devela –entre los protagonistas o para los espectadores– cada diez minutos de show.
Lo que une o desune a todos los personajes es la venta de una casa. Lisa Kudrow y Ray Romano encarnan a los dueños de una muy bonita casona en el barrio Los Feliz, Los Angeles, casa que intentan vender ya que han atravesado una tragedia familiar, no quieren vivir más allí y, además, necesitan dinero. Entre los compradores hay una pareja de chicas (Abbi Jacobson y Poppy Liu), cuya relación es tensa a partir de diferencias con el tema maternidad; otra pareja afroamericana con la mujer embarazada, el hombre temeroso y su sobreprotectora madre que se suma (Teyonah Parris, O-T Fagbenle y Anna Maria Horsford), y los vecinos de enfrente (Luke Wilson y Linda Cardellini), una estrella de TV en decadencia y su estrafalaria esposa. A ellos hay que sumarles a un intenso familiar recién salido de la cárcel que vuelve con oscuras intenciones (Denis Leary), el agente de bienes raíces y una vecina chismosa, entre otros.
Quién de todos ellos se queda con la casa podría ser el punto de partida de la intriga pero en realidad el tema principal es lo que sucedió tres años atrás en esa casa, algo que marca a los protagonistas de manera muy fuerte, especialmente a Kudrow, que dejó de tocar el piano y cree que el fallecido le manda señales tipo fantasma. A esos nudos principales hay que sumarles los secretos que tienen todos los otros personajes, secretos que no conocen ni sus parejas, dando a entender que nadie allí dice nunca la verdad y que cualquiera puede ser sospechoso de cualquier cosa.
Así, en cada episodio de los ocho de media hora que dura FACHADAS se van introduciendo distintas revelaciones, que se suman a las ya instaladas para llegar a una superposición de tramas pocas veces vista. La serie apuesta, por ese lado, a la comedia absurda y un tanto ridícula, con personajes funcionando en ese tono zumbón (especialmente Cardellini, Wilson y Fagbenle) mientras que en paralelo intenta tomarse un tanto más en serio el drama personal de Kudrow y Romano. Hay armas, intentos de asesinato, desapariciones, pruebas escondidas, misterios online, espionaje en casas y todo tipo de trucos y trampas cuyo objetivo tiende a ser económico. Casi todos ellos buscan vivir bien y de manera lujosa, pero ninguno parece hacerlo con recursos del todo lícitos.
La serie es entretenida y absurda a la vez, su choque de tonos no siempre funciona –Cardellini y Kudrow parecen actuar en dos series diferentes, pasadísima de rosca la primera y llamativamente contenida la segunda– y en cierto momento la cantidad de engaños acumulados es tal que, más que intentar resolver el misterio (algo que no es tan complicado en realidad), los espectadores pondrán más atención a ver qué nueva revelación telenovelesca aparece en el siguiente episodio. Hay algunas (no voy a revelar cuáles) que, de tan absurdas, terminan siendo hasta efectivas.
Con el mismo tipo de musiquita de misterio que traen casi todas estas series, con espectadores cautivos de episodio a episodio enganchados con cada nuevo giro, shows como NO GOOD DEED funcionan porque atraen en las plataformas a un público que busca series breves, amables y sin demasiadas ambiciones. Que no sean necesariamente buenas es un tema secundario. Funcionan más o menos bien y son entretenidas. Con eso, da la impresión, alcanza.
Gracias