Estrenos/Netflix: crítica de «Roma», de Alfonso Cuarón
La película del realizador mexicano de «Gravedad», ganadora del León de Oro de Venecia, es un espectacular, impactante y emotivo drama que tiene como eje la vida, los sufrimientos y sacrificios de la «nana» de una familia pudiente de la capital de ese país, a principios de los ’70. Pero a veces su grandiosidad visual la aleja del corazón emocional de la historia.
¿Qué pasa cuándo un cineasta empieza a hacer películas del género «Obra maestra»? ¿Cuándo ya sabe que su nombre, su carrera y su reputación le permite, más o menos, hacer lo que le venga en gana y intenta hacer una película que responda a la premisa: «¿qué hago cuando puedo hacer lo que quiero?» En cada plano de ROMA es claro que Cuarón está dándose el gusto de su vida. La película es un amoroso, doloroso, intenso y fetichista memoir de su infancia en la «Colonia Roma», ese barrio del entonces DF mexicano que ha cambiado mucho desde ese 1970-1971 que la película cubre. En lustroso blanco y negro, con un sonido expresionista y envolvente (que seguramente se perderá en Netflix), con una dirección de arte de una precisión exquisita y con planos que casi siempre llaman la atención sobre sí mismos, ROMA apuesta al obramaestrismo. Y en su ambiciosa búsqueda consigue excelentes resultados pero también otros donde se nota que, por momentos, la película es más grande (o grandiosa) de lo que debería haber sido.
A la manera de AMARCORD, de Federico Fellini, o FANNY Y ALEXANDER, de Ingmar Bergman, pero en un tono muy distinto, ROMA intenta condensar la infancia de una familia que bien podrían ser los Cuarón pero poniendo el eje en la nana (mucama, sirvienta) indígena que ayudaba a la familia «con cama adentro». Cleo (Yalitza Aparicio) es la protagonista principal de una historia que la envuelve y enreda: la de un familia, la de una clase social, la de una ciudad, la de un país. Pero a fuerza de una historia personal conflictiva y poderosa y una actuación excepcional, el personaje de Cleo se vuelve tan fuerte y dominante que, por momentos, las florituras y planos lujosos de la película se tornan innecesarios. Es como si en el combate por la atención entre el minimalista silencio que expresa su rostro y la espectacularidad de la puesta/fotografía/arte hubiese ganado, quizás sin proponérselo, el personaje.
ROMA arranca mostrando la cotidiana labor de Cleo limpiando el caserón de la familia en «la Roma», ocupándose de cada detalle. Cuando los niños llegan es claro que la adoran y ella también a ellos. La familia, sin embargo, está en problemas y queda claro de entrada que el padre está distanciándose de su mujer y sus hijos, separación en puerta. Frente a una madre angustiada, es Cleo la que sostiene más que nadie el orden familiar. Pero la chica tiene también su propia vida y sus salidas los fines de semana la hacen experimentar otro mundo (y con ella la película sale a la calle del DF mexicano de 1970 y la impresión de estar viendo una fotografía en movimiento de la época es impactante) y meterse en ciertos problemas que mejor será no adelantar.
Cuarón alterna entre esos dos universos: el intimo/familiar y el público/social. Y Cleo es, casi siempre, el personaje que atrapa nuestra atención. De entrada queda claro que Cuarón piensa que ROMA debe ser más que la historia de Cleo y le impone a su película una grandiosidad que maravilla y apabulla (no es ninguna novedad que cada plano suyo es un trabajo de orfebrería cinematográfica) pero que no siempre se lleva del todo bien con la intimidad y el costado humano de la historia, que es lo que le da al filme su fuerza emotiva. La recreación de época y la caligrafía cinematográfica son notables pero desvían la atención por momentos del drama humano de un personaje que vive una encrucijada fuerte y dolorosa.
Mientras más se complica la historia de Cleo, de la familia y también la del mundo que los rodea (una lucha de clases de complejas aristas corre en paralelo a la trama) más potente es ROMA. Cuarón logra que la emoción fluya, sin embargo, en los momentos más chicos: en una mirada de Cleo, un comentario gracioso de alguno de los chicos, un dibujo, la angustia callada de una madre que no se atreve a contarles a sus hijos lo que está realmente pasando con su padre. En otros, coquetea con el exceso, especialmente en dos impactantes secuencias sobre el final de la película en las que el golpe emocional pega ligeramente por abajo del cinturón, como se diría en boxeo. Uno se quiebra, sí, pero advierte también que los recursos para lograrlo se pasan un poco de lo «permitido».
De todos modos, ROMA se siente en la piel, afecta los sentidos y las emociones. Y es imposible no salir de ella shockeado, tembloroso, impactado. Es de a poco, cuando algunas fichas caen, que uno duda de algunos mecanismos narrativos y de la ya comentada grandiosidad de la puesta en escena. Hay otra discusión a tener y que es más del tipo socioeconómico y cultural: la película es un homenaje literal a una mujer que se desvive por cuidar y proteger a los hijos de sus patrones. Y si bien uno aprecia ese sacrificio y esa devoción, no puede dejar de ver las claras injusticias sociales que esa misma situación pone de manifiesto. Que en el momento de mayor alegría familiar Cleo se ocupe de ir y venir preparando la comida para sus patrones no deja de ser un tanto irónico y políticamente discutible.
Es cierto que ROMA está contada desde el amor de un niño por su nana y por admirar, casi 50 años después, los sacrificios y esfuerzos que esta mujer hizo para ser la querible empleada, la madre sustituta y hasta una suerte de ángel para esos chicos que pasaban un momento dificilísimo. Y ese punto de vista permite que las contradicciones socioeconómicas sean pasadas por alto. En cierto modo, hasta la grandilocuencia visual puede ser justificada desde esa mirada de un niño (de los cuatro chicos, uno puede suponer que Alfonso es el más pequeño y que más cercana relación con Cleo tiene) para quien el mundo –la calle, las fiestas, las marchas, el centro, el cine, los paseos– es un lugar inmenso e inasible, demasiado grande para ser abarcado por la mirada. Pero el recuerdo es en realidad de ese niño ya adulto y es allí donde uno espera alguna reflexión más sobre lo narrado.
ROMA se va a llevar muchos de los premios a los que aspira (será, salvo sorpresas, la mejor película extranjera del Oscar y muy probablemente sea fuerte candidata en muchas otras categorías) y será difícil poner en duda sus innegables valores artísticos, que los tiene y son muchísimos. Pero esa zona que funciona a mitad de camino entre una puesta en escena del más puro cine de autor (de la tradición europea de los ’60 y ’70) y los recursos narrativos más, si se quiere, hollywodenses hay una lucha interna que no termina de definirse del todo, un poco como sucedía –de otro modo– en películas «extranjeras» del género obra maestra como puede serlo la reciente LA GRANDE BELLEZZA. Es que no siempre más es más. A veces, un rostro en primer plano tiene mucho más que decir que una larga, precisa y coreográfica secuencia que reconstruye el mundo entero. Es que ese rostro, tal vez, sea en ese momento y a lo largo de las horas que dura la película, ese mundo y todo entero.
A veces,el cuadro de una situación,habla por si mismo .Cleo es un personaje,mexicano,no debe existir en la Europa actual.
La elección,si bien parece una maravillosa puesta,no trae nuevos aires.
Algo que el séptimo arte,siempre ha tenido,la de una transformación de nuestras sociedades.Pensando,después de la fluida crítica.
No todo es acerca de la actualidad o de Europa. El mundo y el tiempo abarcan muchísimo más y es cíclico.
Todo te puede transformar si se lo permites.
Namasté.
Parece un capitulo de novela, la direcccion es buena pero la «historia» aburre
La película me dejó sabor a poco. Esos paneos lentos se vuelven un recurso demasiado reiterativo y se pierde el eje del personaje principal de la historia, Cleo. Hay un constante intento por darle «vida» a las escenas, con decenas (y en ocasiones cientos) de extras, que no hacen más que sumar dispersión a la idea que se quiere desarrollar. Hay subtramas que no terminan de funcionar (el papel de la abuela, por ejemplo, personaje que podría no estar y la película sería muy similar). También, como película supuestamente crítica se queda a mitad de camino. Hay veces en las que menos es más, y Cuarón con Roma parece haberse inclinado por querer evidenciar una grandilocuencia que no se sostiene. Cuarón no es un poeta de la imagen, es un buen narrador, y eso se nota en cada toma.
Totalmente de acuerdo. Y la aplicación de lentas imágenes q por momento hacen perder el hilo conductor.
ES LENTA..EN MOMENTOS UN TANTO ABURRIDA.NO LOGRA AYRAPAR INTERES PUES CARECE DE UN EJE… EL ASTRONAUTA EL DESNUDO EL CANTANTE DEL INCENDIO COSAS UN TANTO SURREALISTAS. ESPERABA MUCHO MAS. NO BASTA SER DE UN CUARON. NO TIENE UN TEMA QUE ATRAIGA.
Entiendo que quiere centralizar a Cleo en el personaje para no logra darle el peso suficiente ya que la
esposa abandonada dentro de un circulo social alto da mucho que esperar para salir adelante con la familia, pero confunde al espectador debido a cambios de coches y constantes viajes de paseo con varios niños y dos nanas.
Pareciera(no lo logra) querer darle conciencia a «los riquillos -como él-» de que detrás de una nana también hay una historia y vida(obvia) de sufrimiento.
Hiper-resumen: Alfonso, el director, pasa por encima a Cleo, la protagonista.
Acá te dejo, Diego. A ver qué te parece: https://letterboxd.com/moviegoergeek/film/roma-2018/
Hola Diego: leíste el comentario de Alan Pauls en la agenda?
saludos.
Acabo de leerlo. No coincido del todo pero creo que hay cosas que escribe ahí que están muy bien.
ATENCIÓN: LEER ESTE COMENTARIO DESPUÉS DE VER LA PELÍCULA
Reitero gran parte de lo dicho en el portal «otros cines» sobre esta película.
Es evidente que Alfonso Cuarón es mejor director filmando en México historias mexicanas (la muy buena película Y TU MAMÄ TAMBIËN por ejemplo) que en Hollywood filmando superproducciones como HARRY POTTER o GRAVEDAD(ambas entretenidas y no más que eso)..
Aquí con ROMA nos entrega una película ambientada en 1970-1971 donde rinde un homenaje a las mujeres fundamentales de su infancia (su madre, su abuela, y Cleo,la criada de la casa),
La película se divide en dos mitades (segundo semestre de 1970 y primer semestre de 1971) con desparejo resultado.
En la primer mitad el espectador asiste a una película coral sobre la vida en el DF donde no termina de aparecer un eje claro. Todo está muy bien filmado pero el ritmo es lento y la historia algo distante.
A partir de la escena que Cleo va a buscar a las afueras de la ciudad a su ex pareja la película comienza a levantar vuelo y la brillante escena de la manifestación estudiantil y el posterior parto de Cleo en un hospital público hace que ROMA crezca dramáticamente y conmueva.
Hay mérito en todo esto de la actriz Yalitza Aparicio(Cleo) que realiza un excelente trabajo.
Quizás gane el Oscar (para mi gusto COLD WAR es más película).
Lo importante es que ROMA es una buena película que merece ser vista en pantalla grande(7/10)
Hay Buena imagen y fotografía pero de ahí en fuera no creo que valga la pena verla , basta con que observes atentamente la vida en México, siento que le faltó más profundidad a la película y desarrollar a sus personajes. Están tan desdibujados y simples que a lo mejor es que por eso medio México se identifica con ellos.
Film que interroga, que lacera, ya (oh my god!) desde el primer fotograma, para sumergirnos en la más apabullante ignominia, con una motherfucker fotografía b&w que ya la quisiera Storaro en Droven (nunca podremos olvidarte Kenny!). Sin embargo, y juro que me tuve que morder para no gritar en el cine (ah, la dan en Netflix, sorry man), que la peli puede y debe ser la mas fucking copada historia ever written loco, dejame de joder con tanto talento, para man, Cuarón rules! for good and ever (Banega), después de ver Roma el mundo ya no será igual, tu vida ya no será la misma, you better, you bet.
No soy experta, asi que como expectador comun ceo que es buena direccion, buena fotografía, las historias van trenzadas pero un tanto dispersas. Hay momentos en los que no encuentras la linea histórica principal. Hay momentos de la película que no tienen razon de estar ahí (desnudo, equilibrio del instructor de artes marciales, el incendio del bosque, etc) a menos que sea metáfora. Honestamente tuve la intencion de dejar de verla en muchos momentos, pero continue con la esperanza de que ocurriria algo que capturara mi atención, pero terminó la película y me quedé esperando el momento nudo. Es mi respetuosa y honesta opinión.
creo que los más agresivos críticos de la película no son de la generación de Cuaron y anteriores
porque no hablarían así, del contexto, de su historia personal que pocos tienen la oportunidad de contar, es un privilegio del cineasta
esta película retrata la vida real
Emilio García Riera el cronista cinematográfico más reconocido en México, escribió un libro que lo titulo, «el cine es mejor que la vida» (Cal y arena 1990)
El cineasta Alejandro Galindo, realizo la película «Una familia de tantas» (1948) del mismo genero que gano muchos premios y ahora en 2019, tenemos los mismos dramas de la vida que magistralmente relata Cuarón, es una obra maestra que vale la pena verla varias veces
Equilibrada crítica. Se habla poco que la película pone el foco en una indígena a la que se rodea de los recursos de los laureles de la obra maestra….Los prejuicios estetico literarios (o las influencias de época) del cine acaban achicando esta novedad politica étnica. Por ejemplo aquí nuestro desaparecido Diego Rafecas hizo algo con indígenas pero con un sezgo de historia de hermanos a lo Caín y Abel, en la que los olvidables indios son obviamente extras. Lo quiero a Diego. Un gran tipo.
Las historias ganadoras (que son obras maestras) suelen ser de percepciones de la clase alta o media, de sus miradas, de sus objetos,.de sus deseos. Esta película hecha por el niño acomodado de clase media alta desdibuja la percepción de clase que se «objetiviza» con paneos paisajisticos a manera de un dron. Por qué lo hace? porque no mira desde si? Sino que mete a una india en el centro del drama? Porque la elije como heroa?
Cuaron se da el gusto, aprovecha su visibilidad para dársela a su vez a una nana típica, enaltece su figura y la ubica como eje de una narración que quiere ser verosímil… y lo es. Hechos , diálogos, contextos, personajes y sonidos varios a través de los cuales debemos «despejar» la historia. Y se agradece. Acá no hay «nudo «, sí algún desenlace rotundamente dramático o sólo sugerido. La pintura de México, lo glorioso y lo bizarro se entremezclan y diluyen, hasta que algo emerge del fondo. Coincido en el guiño al neorrealismo italiano. Alguien por ahí exige al director que se manifieste políticamente sobre el drama de clase que expone, que no asuma una postura cínica o contradictoria; Cuaron decide pintar las cosas como fueron o las recuerda, paradojicas y naturalizadas. Nada es ni debe ser políticamente correcto, no hay moraleja. Hay una historia en la que debemos fluir.
Marcia querida: Me siento obligado a aclarar que no le exijo al director nada nadita. Es un modo el preguntar para escuchar respuestas posibles. Yo ya tengo algunas. El quería a «su Cleo», tanto como para rodearla de los recursos de la obra maestra, y últimamente producir un enorme lío en México, por su calculada audacia etnica. Aquí en Argentina tenemos a un libertador San Martín, que fue hijo de una india y era de tes oscura. Bien. En todas sus películas aparece blanco y de ojos claros. No mames Cuaron, que lejos estamos. Abrazo.
Una tarde de película en casa de amiga….terminamos adelantando las escenas para ver si ocurría algo más interesante…creo que esta sobre valorada para tener tantos premios y nominaciones, quizá los que saben de cine le encuentren cosas que un espectador común no las pueda ver…Yo me aburri, y mi amiga me insulto.
La película ROMA es un capítulo más de la serie, la «Rosa de Guadalupe» con menos emoción.